¿Por qué dos periodistas excelentes, con un gran equipo, no logran un programa del mismo nivel? La respuesta está en el envase: “Entre líneas” dura dos horas pero tiene siete tandas (total: 30 minutos), tres informativos, una columna agropecuaria, dos móviles y dos pases. Pero, además, se emite en cinco bloques y realiza seis reportajes (algunos son muy buenos, y otros se interrumpen para pasar una tanda). Resultado: un buen programa, que podría ser mejor, pero que en verdad dura menos de una hora.
Nelson Castro tiene capacidad dialéctica y don para sintetizar con precisión (pudo realizar una síntesis del Caso Báez que ni siquiera lograrían los denunciantes). Solo puede aflojar cuando, en vez de denotar (señalar directamente) pasa a connotar (sugerir) en un lenguaje zumbón.
Daniel López, complemento ideal, representa el lenguaje de la agencia noticiosa, la información textual. Un solo detalle puede sintetizar su trabajo: el lunes 22, a 72 horas de la votación, adelantó cómo sería el voto de los diputados en la Reforma Judicial. Y, casualidad o no, hasta dijo que la posición de Alicia Comelli, a quien después el sistema no le tomó el voto, era “dudosa”. López, además y sin cambiar su discurso, participa sin mermar su efectividad, en dos programas ideológicamente distintos: el de Castro y “La mañana”, que conduce Víctor Hugo Morales. Deben destacarse, también, las investigaciones judiciales a cargo de Omar Lavieri.
Castro manifiesta un rechazo frontal hacia la Presidenta. Pero, no obstante, le agradece a Fernando Navarro (Movimiento Evita) que acepte hablar con él a pesar de las discrepancias. De la misma manera, desde la Feria del Libro, le reprocha a Lilita Carrió que se niegue a que la entreviste. El conductor del programa, por otra parte, fue uno de los primeros en repudiar la brutalidad represiva en el Hospital Borda y se ocupa constantemente de los inundados en La Plata.
Daniel López no solo informa sino que también trae datos de la cotidianidad: mediante un análisis de cifras detalló de qué manera, en la oferta de un famoso comercio, los productos resultaban mucho más caros que en el precio de lista, cuando precisamente, la empresa decía que estaba descontando un 25 por ciento.
Que “Entre líneas” no sea excelente, ratifica un concepto que llega desde Aristóteles: para que una potencia o capacidad natural se realice, se necesita un canal de expresión apropiado. Y Continental, que estaba para segunda, oscila hoy entre el tercer y cuarto puesto. Y, si quiere convertirse en fértil, debería afrontar algunos cambios.
Dos razones, entre otras, explican la situación de la emisora y del programa: 1°. Es absurdo pensar en Nelson Castro partido (de 5 a 6 y de 17 a 19). 2°. Resulta difícil desarrollar grandes entrevistas en bloques interrumpidos y que no duran ni 10 minutos.
por Luis Frontera
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