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SHOWBIZ | 05-07-2013 16:55

El reciclado del cine

El fenómeno de las remakes: películas que fueron éxito en sus países de origen, “americanizadas” y convertidas en tanques.

La industria cinematográfica de Hollywood camina cómodamente por los pasillos de la propiedad intelectual. Se ha convertido en una eficiente máquina de adaptar contenidos.

Desde “El prófugo” hasta “Django Unchained”, pasando por “Cabo de miedo”, “Scarface”, “Lolita” y “King Kong” no han faltado remakes. Productores y directores siempre se ha ocupado de traer filmes clásicos a la actualidad, y en varios casos, con notable mérito artístico. Pero en los últimos años se ha desarrollado una nueva tendencia: ahora Hollywood rehace películas extranjeras que no tienen más de cinco años de vida. Compran los derechos de filmes relativamente exitosos en sus países de origen, pero ya no para modernizarlos, sino para “americanizarlos”.

La práctica no es estrictamente nueva. “Perfume de mujer” (1992), “12 Monos” (1995), y la inevitable “Godzilla” (1998), que a fuerza de efectos especiales le extirpó a su original japonesa todo su simbolismo nuclear –y de la que espera una nueva versión para 2014–, son también versiones de películas extranjeras. A partir de los años 2.000, la tendencia se afianzó y es hoy una apuesta recurrente y taquillera.

Pionero. Quien mejor entendió esta mecánica fue Roy Lee, un productor neoyorquino, de padre coreano, a quien se le ocurrió una idea doblemente conveniente. Eligió los mejores hits de todo el cine asiático que había visto y viajó a Japón para explicarles a las productoras locales que sus películas no iban a vender en el mercado internacional tanto como lo que él les ofrecía por comprar sus “derechos de remake”. Con su consentimiento, volvió a los Estados Unidos y les ofreció a las grandes productoras los derechos de esas películas, probadas exitosamente en sus países de origen.

Lee era solo el intermediario. Así fue como, con “Ringu” bajo el brazo –una película japonesa de terror sobre un VHS que mataba a todo el que se sentaba a verlo–, se dirigió a DreamWorks para ofrecerles el negocio. En 2002 se estrenó “The ring” (La llamada), dirigida por Gore Vebinski y protagonizada por la bella “Naomi Watts”. En su fin de semana de debut, la película facturó más de quince millones de dólares, unos nueve millones más que la recaudación completa de la versión original.

En menos de tres años, Roy Lee produjo dos remakes de películas de terror japonesas, “The Grudge” y “Dark Water”, además de “The Lake House”, un drama con toques de fantasía protagonizado por Keanu Reeves y Sandra Bullock, basada en una película surcoreana de título “Siworae”. Para el 2006, Lee era ya un personaje famoso en Hollywood y no tuvo problemas para producir, junto a la Warner Bros., “Los infiltrados”, con Leonardo Di Caprio, Matt Damon y Jack Nicholson. Después del éxito, produjo seis remakes más, en su mayoría de terror. Este año estrenará “Old boy”, la versión dirigida por Spike Lee de una película surcoreana del mismo nombre, que ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes en 2004, y que fue un éxito rotundo en su país.

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por Tomás Rodríguez Ansorena

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