Karita Mattila es una de las grandes sopranos de los últimos tiempos. En el primero de los recitales que marcaron su regreso al Colón, tras dieciocho años de ausencia, Mattila no ocultó su entusiasmo por encontrarse nuevamente en ese escenario. Se la vio exultante, pero su temperamento no logró adaptarse de manera convincente al repertorio que se escuchó en el inicio. En las canciones de Brahms y de Duparc, la soprano no pudo encontrar las sutilezas y los matices apropiados. Su voz suntuosa sigue intacta, con agudos poderosos y un registro central flexible, pero un vibrato pronunciado empañó su legato en algunas frases y le impidió regular adecuadamente los cambios de dinámica.
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por Margarita Zelarayán
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