El prestigio del Cirque du Soleil es tal que los ocho shows simultáneos que tienen en la ciudad de Las Vegas lograron gambetear la tragedia de Sarah Guyard-Guillot (31), acróbata de “Ká”, que murió en julio, al caer desde 15 metros de altura en plena función. Salvo por la cancelación de ese espectáculo específico –mientras duraron las pericias policiales–, no se vendió ni una entrada de menos para los demás shows, según explica a NOTICIAS la producción.
Ahora, si a la trayectoria y calidad de la compañía que modernizó al circo, se le suma el valor de las marcas de íconos de la música, el efecto se multiplica. Cirque du Soleil más Michael Jackson. Cirque du Soleil más Elvis Presley. Cirque du Soleil más The Beatles. Todas las sumas dan saldo positivo. Porque, de los ocho espectáculos en cartel –“Believe”, el trágico “Ká”, “Mystère”, “O”, “Zarkana”, “Zumanity”, “Love” y “One”– los últimos dos están anclados en la música ya legendaria de estrellas de rock del pasado. “Love” es el espectáculo Beatle; “One” es el segundo show sobre música de Michael Jackson, sucesor de “The Immortal”. A estos dos hay que sumarle “Viva Elvis”, con música de Su Majestad el Señor Presley, que actualmente no está en cartel pero, según la producción, volvería a Las Vegas hacia fin de año.
All you need is love. El espectáculo sobre música de los Beatles –exclusivo del hotel Mirage, no se ha presentado en ninguna otra ciudad del planeta, y esta exclusividad es parte de su valor– tiene su origen en la admiración mutua que se tenían George Harrison y Guy Laliberté, creador del Cirque du Soleil. Pero, a la hora del emprendimiento, más allá de las emotividades artísticas, el show fue un “joint venture” entre la compañía circense de Canadá y Apple Corporation, la empresa fundada por los Beatles que aún maneja los negocios relacionados al cuarteto como marca.
Histórico, fue el primer emprendimiento conjunto de Apple. Sin embargo, ninguno de los Beatles vivos se involucró en el proyecto. El que sí se metió de lleno fue el octogenario productor del cuarteto, George Martin, que junto a su hijo Giles se dedicó a “diseñar” la música de “Love”. Usando los “masters” originales grabados por Lennon, McCartney, Harrison y Starr, hicieron unos curiosos “remixes” y “mash-ups”: fragmentos de distintas canciones se funden entre sí creando una obra prácticamente nueva, una relectura y reescritura del repertorio Beatle hecha a la medida del Cirque du Soleil. Los fanáticos fundamentalistas detestaron la banda de sonido de “Love”, pero la industria la premió con dos Grammys en el 2008. “Creo que hemos logrado darle a la música un verdadero sentido dramático que hace que el público sienta que está en el teatro con la banda”, explicaría Giles Martin. Y algo de eso hay, tecnología mediante.
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por Diego Gualda
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