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DEPORTES | 28-08-2013 14:59

Fred Chaves Guedes, el amuleto de los brasileños

El astro del Fluminense gana medio millón de dólares al mes y lo acosan las mujeres.

Un gol imposible en la final de la Copa de las Confederaciones hizo que Frederico “Fred” Chaves Guedes pasara del amor de los hinchas del Fluminense a ser ídolo de todo Brasil. Descontracturado e informal, todo un galán, es objeto de la intensa admiración de las mujeres.

“La vida está muy buena”, reconoce. Pero al principio fue difícil: “Me fui de casa para jugar al fútbol a los 9 años. A los 14, 15 años ya llevaba una vida de atleta. Tuve que dejar de estudiar en 7° grado”. Sin embargo, fue aprendiendo de la vida misma y hoy se da el lujo de opinar de todo: los sueldos, las bebidas, la noche.

Periodista: ¿Aumentó la popularidad después de la Copa de las Confederaciones?

Fred Chaves Guedes: Sí, mucho. Fui a almorzar a un restaurante en Río y me asusté: todo el mundo se puso de pie y comenzó a aplaudir. Ahí me di cuenta de que el sentimiento conmigo es fuerte.

Periodista: ¿La fama de galán es cierta?

Chaves Guedes: Soy tímido en las relaciones y ya perdí muchas oportunidades con mujeres muy interesantes por ese motivo. Pero ahora estoy bien asesorado en ese tema. Mis amigos son los que me aconsejan. No me la creo, pero tengo un estilo bien masculino. A las mujeres les gusta eso. Diego Cavalieri es buen mozo. Él sí tiene estilo. Pero está casado. Quiero que Neymar se case pronto así hay más para mí.

Periodista: Se habla mucho de los excesos en la concentración, en que los jugadores llevan mujeres al cuarto...

Chaves Guedes: En Fluminense el ambiente es muy riguroso. Hay cámaras de seguridad por todos lados. Pero cuando el ser humano se empecina con algo, siempre encuentra la forma de conseguirlo.

Periodista: Los hinchas de Fluminense ya lo criticaron por verlo en un bar tomando varias caipiriñas ¿Es común excederse con el alcohol?

Chaves Guedes: Hablaron de unas sesenta caipiriñas. En realidad fueron 28 en una mesa de once personas. Y no fueron los hinchas que dijeron eso, sino unos tipos que lo inventaron para perjudicarme. Ahora yo pregunto: ¿cuál es el problema de tomar algunas bebidas de vez en cuando?

Periodista: ¿No perjudica el desempeño en la cancha?

Chaves Guedes: Creo que exageran. El otro día sacaron una foto de Wagner y Bruno, dos jugadores amigos míos de Fluminense, tomando una cerveza antes del entrenamiento ¿Acaso el tipo se va a emborrachar tomando solo eso? En Francia tomaba vino en el almuerzo y la cantidad de alcohol en el vino es mucho mayor que en la cerveza. Y no era solo yo. Todos los jugadores tomaban, incluso en la concentración. Cuando se es joven se maneja mejor. Pero un día los años pesan. Hoy no puedo salir a la noche e ir a entrenar al otro día.

Periodista: ¿Cómo fue la experiencia de vivir cuatro años en Francia?

Chaves Guedes: Al principio estaba medio deprimido, encerrado en casa con mi hermano. Todo era diferente. Pero aprendí a comer comida buena, sofisticada. En Brasil solo era asado, arroz, feijão, papas fritas, pizza. En Lyon salía a cenar tres veces por semana. Aprendí a tomar vino, incluso probé el caracol. También aprendí a hablar francés. Era una cuestión de supervivencia. Cuando iba a discutir con el árbitro gastaba mi francés. Pero a la hora de insultar no daba. Las malas palabras siempre eran en portugués.

Periodista: ¿También aprendió a apreciar a las francesas?

Chaves Guedes: Son lindas y, a pesar de lo que se dice, las que conocí olían bien. Cuando pasaban dos o tres días en mi casa, les daba un kit de baño. Fue una época muy buena, pero prefiero el cuerpo y el estilo de las brasileñas.

Periodista: ¿Es justo que un jugador gane más de 400.000 dólares por mes, incluso vistiendo la camiseta número 9 de la selección?

Chaves Guedes: Claro que es justo. Hace muchos años que trabajo duro para ser reconocido y bien pago. Lamentablemente, existe un preconcepto con los jugadores. Muchas personas critican, se indignan cuando ven que alguien que no tiene muchos estudios gane tanto. Pero se olvidan de una cosa: en ese espectáculo millonario que involucra a clubes, televisión, patrocinadores, quien menos gana es el jugador. Y nosotros somos los artistas. La responsabilidad que cargamos en nuestras espaldas es enorme. El sueldo tiene que ser alto.

Periodista: Muchos lo critican por quejarse en Twitter por problemas en un auto que cuesta 200.000 dólares ¿Eso lo incomodó?

Chaves Guedes: En Brasil está mal visto tener éxito y dinero. No se puede hablar esas cosas naturalmente porque se te vienen encima, como si fuera un pecado. En Estados Unidos, los jugadores de básquet son millonarios, no tienen cualquier auto y las personas piensan: “Tengo que trabajar mucho para llegar a eso”.

Periodista: Dicen que “Fred hace y deshace en Fluminense” ¿Es cierto?

Chaves Guedes: Mentira. Soy un tipo que respeta la jerarquía. Dicen por ahí que tengo un montón de privilegios en el club. Por ejemplo, se quejan que en la concentración tengo un cuarto solo para mí. Me acostumbré a eso en Francia, donde todo el mundo tiene su lugar. Es mucho mejor. No nos tropezamos unos con otros en el baño, no hay que escuchar los ronquidos de un compañero. Cuando regresé a Brasil, le pedí lo mismo al Fluminense. Todo se conversó y se organizó para que así sea. Ese asunto de privilegios no debería causar celos. Si no todo el mundo tendría que cobrar el mismo sueldo. Son cosas que yo mismo conseguí.

Periodista: ¿La camiseta número 9 de la selección ya tiene dueño para la Copa del año que viene?

Chaves Guedes: Me pongo esa camiseta y me siento bien. Estoy preparado. Pero sé que en el fútbol las cosas cambian rápidamente. Sé bien cuáles son mis limitaciones. No soy habilidoso, no tengo velocidad. Los hinchas brasileños reclaman mucho desempeño, el juego bonito, pero no esperen eso de mí. Soy técnico y goleador. Y, mientras convierta goles, voy a continuar sintiendo esa locura de ver la pelota entrando en el arco.

Ésta es una versión digital adaptada de la nota “El amuleto de los brasileños”, publicada en Revista Noticias edición 1913. Para adquirir la versión completa haga click aquí.

por Leslie Leitão

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