Thursday 28 de March, 2024

PERSONAJES | 21-03-2014 08:00

Bahiano: “La tevé pública tiene apartidarios como yo”

Prepara nuevo CD y conduce un programa televisivo para adolescentes. Los jóvenes que se expresan y cambiar de paisaje.

Dice que “la democracia es un quilombo, pero porque es así en esencia: confluyen diferentes ideologías. Al haber tanta idea candente, hay que tener cintura y sentido común para aceptarlo. Lo tóxico está en la lucha que se establece echándole la culpa al otro: a la gente o al gobierno. Las divisiones son tóxicas. No genera nada bueno poner a la gente en bandos. Argentina es una sola”.

Fernando Javier Luis Hortal –el Bahiano– se hizo popular como líder de la banda de reggae Los Pericos, precursora del reggae local. La dejó en el 2004 y se lanzó como solista y conductor de tevé. No le fue ni le va nada mal. Se lo ve en forma, con un collar de cuentas que compró en Sudáfrica cuando visitó la primera escuela del Soweto, a pocos kilómetros de Johannesburgo, luego del apartheid. “Era un colegio de música; los chicos nos recibieron cantando Shosholoza”, cuenta visiblemente emocionado.

Noticias: Estudió en la Escuela Argentina Modelo. ¿Era buen alumno?

Bahiano: Sí. Pero terminé en el IADES, en Montevideo y Lavalle. Ahí íbamos a parar casi todos los que echaban. Lo que pasó fue que cuando era chico tuve una enfermedad pulmonar aguda. Siempre estaba enfermo, internado, con cuidados intensivos… hasta que me curé con natación. Hacía repartos para la panadería de mis padres, nací y me crié en barrio Norte.

Noticias: Terminó el secundario ¿y luego?

Bahiano: Me anoté para hacer el curso de ingreso y meterme en Arquitectura. Fue justo en la época de la Guerra de Malvinas y aunque soy clase `62 y me salvé de la colimba por número bajo, se corría la voz de que nos iban a llamar a todos. Teníamos una sensación rara porque estaban convocando a varias clases para el combate. Ese despegue del secundario fue complicado. En ese tiempo estaba muy cercano a Gastón y Leo Satragno, los hijos de Pinky y Raúl Lavié, y hacíamos música. Nos juntábamos en su casa, empecé con ellos.

Noticias: ¿Quién le puso el sobrenombre?

Bahiano: Hice muchísimos viajes a Brasil porque me encanta su cultura, la siento próxima, tengo ancestros brasileños. Me quedé muy enganchado con Salvador de Bahía, con el Pelourinho… Les contaba a mis amigos sobre mi fascinación por ese lugar y ellos los que me pusieron el apodo. Lo acepté, me gustó. Se institucionalizó cuando salió el primer disco de Los Pericos.

Noticias: ¿Siente que trabajar en la tevé pública lo instala como pro-K?

Bahiano: Es algo que pensé. Yo venía trabajando en el canal estatal con documentales de música. Ahora es distinto. Pero la tele pública es de todos. Tiene diversidad y gente apartidaria como yo. No recibí ninguna limitación ni presión. Me tratan bien.

Noticias: Cuida su vida privada pero es un personaje público. ¿Está casado, tiene hijos?

Bahiano: Tengo una hija de 17 años, Candela, que vive con su mamá. De mi actual gestión (risas) que ya lleva 14 años, tengo a Tadeo (11) y Santino (6). La madre, mi mujer, se llama Gabo – ¡y no voy a decir su edad porque ella es atemporal!–. Vivimos pasando Escobar, en Loma Verde. Decidí irme para que mis hijos crecieran en otro paisaje.

Noticias: ¿Desde hace cuánto está pelado?

Bahiano: Me afeité en 1993, en Kigston, Jamaica, después de haber participado en el Festival Sunsplash, uno de los festivales de reggae más famosos del mundo. Lo hice porque sentí que no tenía que andar cumpliendo con el estereotipo de los dreadlocks. Había que cuidar demasiado ese peinado…

Noticias: ¿De dónde proviene su físico de deportista?

Bahiano: Practiqué Triatlon mucho tiempo. Jugué rugby en San Carlos y después en Deportiva Francesa. Este año volví a entrenar.

Noticias: ¿Cómo fue el Bahiano adolescente?

Bahiano: Mi adolescencia fue en dictadura; la pasé en los bares y en algún calabozo por averiguación de antecedentes. Con la democracia lo voté a Alfonsín. Hoy, los chicos con opinión, se plantan y la sostienen. En mi época no tenía esa posibilidad, sentíamos miedo. A los 18 tenía un escudito de Marx, pero velado; experimenté con la militancia comunista. Que la política, después, me haya defraudado, es otra cosa.

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por Sissi Ciosescu

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