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DEPORTES | 11-04-2014 08:17

¿Cuáles son las normas de la FIFA para Brasil 2014?

Un conjunto de reglamentos establece los detalles para procurar un torneo impecable. Goles y tecnología.

La expresión entró al vocabulario nacional durante las manifestaciones de protestas realizadas en junio y julio, cuando se exigía de todo: educación, salud, transportes, todo dentro de la norma de la FIFA. Entonces, ¿qué es esta medida que se convirtió en sinónimo de alta calidad? La respuesta se puede leer en el sitio web de la Federación Internacional de Fútbol, pero requiere de mucha paciencia. Allí están enumerados los 52 reglamentos para la competencia perfecta, un conjunto de normas que comenzó en la década del '90, que pasa por constantes actualizaciones y consideradas uno de los pilares del altísimo nivel de profesionalismo (y ganancias) de los campeonatos que las siguen al pie de la letra, como el europeo.

Evidentemente, los criterios que son considerados como ideales a veces chocan con las realidades locales, como la reciente caída de una viga en la construcción del Itaquerão, en San Pablo, dejando dos muertos, el tipo de fatalidad que abre los ojos de los técnicos de la FIFA a la posible necesidad de adoptar reglas nuevas y más rigurosas. En cada Copa del Mundo, un grupo de profesionales altamente capacitado cuida de cada detalle: desde personas encargadas de relacionarse con los legisladores del país sede hasta personas responsables de fiscalizar el ángulo de inclinación de las tribunas en los estadios (34 grados exactos, para que todos puedan ver).

La existencia de la norma de la FIFA es consecuencia directa del comienzo de las transmisiones vía satélite, que transformaron al fútbol en un espectáculo global, mucho más rentable, pero también más expuesto a las críticas. Allí comenzaron las exigencias en términos de organización y desempeño en el campo de juego, alcanzando a los estadios y, luego, a su entorno. La mayoría de los reglamentos aborda el tema de los estadios. En Brasil, arquitectos e ingenieros elaboran informes mensuales sobre las obras, que, incluso, siguieron en tiempo real a través de cámaras. El césped es un elemento primordial. “Primero, porque es el escenario del partido. Y también porque los ojos del hincha estarán fijos en él durante los 90 minutos que dura el partido”, explica la ingeniera agrónoma Maristela Kuhn, de 45 años, de los cuales pasó 22 años de ellos estudiando campos deportivos.

Maristela fue contratada hace tres años para garantizar el cumplimiento de la norma de la FIFA en el campo de los doce estadios de la Copa. El equipo de Maristela encomendó a laboratorios europeos una evaluación de luz y sombra en cada punto de los futuros campos de juego, y de esos informes surgieron las decisiones sobre las especies de plantas más adecuadas al clima de cada región y los tipos de arena, ya que el césped se cultiva sobre arena y roca (incluso se especifican las dimensiones del grano). En los estadios con puntos de sombra, la FIFA recomienda el uso de un equipo importado (precio: 120.000 reales) con luces fortísimas para estimular la fotosíntesis artificialmente.

Para la construcción o reforma de los doce estadios de la Copa de 2014, Arena, la empresa encargada de fiscalizar las obras, contrató 33 personas que viajan constantemente hace tres años por todo Brasil. “Desde 2010, mi cama es el asiento 14B de algún avión”, bromea el director Carlos De La Corte.

Él y otros empleados de la empresa comenzaron su capacitación en la Copa de Sudáfrica, en 2010. “Participamos activamente, como observadores, y la experiencia fue fundamental para nuestro trabajo actual”, dice De La Corte. También el CEO del Comité Organizador Local (COL), Ricardo Trade, comenzó en su cargo en la Copa de Brasil en una oficina sudafricana, en Pretoria. “Pude seguir de cerca los desafíos de aquel país en el sector de infraestructura, en cierta forma muy parecidos con los nuestros”, afirma.

Tecno. Las reglas son perfeccionadas entre Copa y Copa. “Aquí, en Brasil, la FIFA nos dio la experiencia de competencias anteriores y nosotros intentamos agregarles una visión brasilera”, explica Trade.

La mayoría de los cambios conllevan algún avance tecnológico, como el caso del monitoreo de la línea del gol con cámaras ubicadas en varios puntos, que será usada por primera vez en 2014. Detalle: la línea debe tener 12cm exactos de ancho; 1cm de más o de menos podría perjudicar la lectura. Un software registra las imágenes que confirman si la pelota cruzó la línea o no. Si la cruza, el árbitro será avisado por vibración y señal visual en su reloj. El método es la respuesta a un error increíble, repetido varias veces en videos: un gol legítimo no cobrado del inglés Frank Lampard en el partido contra Alemania en la Copa de 2010. En otro punto neurálgico, las lecciones aprendidas en Sudáfrica sirvieron para moderar el apetito tecnológico de la norma de la FIFA: en lugar de mejorar la pelota ultraveloz “Jabulani”, desaprobada por casi todos los jugadores, Adidas desarrolló la Brazuca, con gajos más grandes y más porosidad para aumentar el roce y la estabilidad.

Lo más difícil en la implementación de los criterios de la FIFA es encontrar personas especializadas para cambiar el trabajo. “Nuestro mayor desafío es formar profesionales a la altura del modelo exigido, por encima de lo que se acostumbra practicar acá”, dice Maristela, la maestra en césped. Para amenizar esa deficiencia, la federación duplicó el cuidado con la capacitación de los 15.000 voluntarios, ya seleccionados y en pleno entrenamiento en las áreas a las que fueron designados. “Aprovechamos la experiencia de Copas anteriores. Quien ya lidió con voluntarios siempre refuerza la importancia de mantenerlos motivados y de exigir un buen dominio del idioma inglés”, dice el actual gerente, Rodrigo Hermida, que ocupó el mismo cargo en los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro, en 2007.

Él señala dos particularidades en la capacitación en Brasil. Una es reforzar el respeto al uniforme: “No se puede personalizar”, explica. Otra es la medida de las demostraciones de afecto. “Las entidades europeas tienen que enfatizar el caluroso recibimiento del público. Aquí sucede lo contrario: tenemos que contener la manía de abrazar a todos”, dice Hermida.

Las exigencias de la FIFA también incluyen los alrededores de los estadios. Cada uno de ellos tendría cerca una estación de subte, paradas de colectivos, un helipuerto y una amplia cobertura de cámaras de seguridad. Por ejemplo, en la cuestión sustentable, las ciudades sede deben presentar los registros de calidad del aire de los cinco años anteriores a la Copa, ya que algunas jamás lo registraron. También hay objetivos para los aeropuertos y hoteles. En la práctica, algunos de estos puntos, que requieren inversiones y decisiones políticas, terminan en el olvido. Incluso así, el control es constante: cada seis semanas, el COL se reúne con representantes de las ciudades sede para analizar los preparativos. Con todo eso, la FIFA espera que, una vez cumplida por lo menos la mayor parte de sus normas, los brasileños puedan olvidar la otra expresión que oscurece el éxito en 2014: “Imaginate si en la Copa…”

por Helena Borges

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