El partido por la definición de grupo de la primera fase de la Copa del Mundo en Brasil estaba 0 a 0 y Uruguay era pura impotencia. Era cuestión de mintos para quedar eliminado. Luis Suárez no aguantó.
Usó su arma más letal: le mordió el hombro al italiano Chiellini y se salvó de ser expulsado porque el árbitro no lo vio. El italiano, desencajado, se arremangó la camiseta y mostró la marca de los dientes de Suárez, pero el árbitro decidió no expulsarlo.
Un poco de revisionismo histórico. No es la primera vez que Zuarez muerde a un contrincante en pleno partido. En un partido entre Liverpool y Chelsea, en 2013, el delantero uruguayo le mordió el brazo a Branislav Ivanovic.
En otro partido, esta vez jugando para Ajax -un clúb de fútbol holandés de la ciudad de Ámsterdam- Luis Suárez también mordió a un rival.
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