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SOCIEDAD | 05-12-2014 18:53

El show de los políticos en TV

Eligen participar en programas no tradicionales. ¿Suma votos la farandulización? Fotos.

No hay manera de ignorarlos. Están en todas partes. Camino al 2015 se acabó la distinción entre ciclos políticos y programas de entretenimientos. Porque ellos están ahí, en la pista de “Bailando por un sueño”, a los gritos en “Intratables” o poniendo su mejor cara de inteligentes en “Los ocho escalones”. Hoy la tevé tiene una pantalla para el perfil que cada político quiera mostrar.

Lo sabe bien Martín Insaurralde, que no pierde oportunidad de acompañar a su flamante esposa en el estudio de “ShowMatch”. Marcelo Tinelli celebra su presencia y se toma un descanso en su intento de arrancarle definiciones políticas a Jesica Cirio para hablar directamente con él. La semana pasada tuvo al matrimonio en exclusiva para responderle a Elisa Carrió, que supuestamente había tratado a la modelo de “gato”. “Habla de la República y después dice estas cosas”, se quejó él antes de que la rubia hiciera su performance de danzas árabes. La polémica en sí misma era un buen ejemplo del definitivo entrecruzamiento entre política y farándula: no existe un audio ni un video de Carrió acusando a Cirio de “gato”. Ese mismo día, la diputada había dicho cosas aún más fuertes contra sus compañeros de UNEN y otros miembros de la oposición. Fue un notero del programa de Jorge Rial en radio La Red el que escuchó el comentario fuera de aire y el conductor decidió llevar el tema también al piso de “Intrusos”.

Escalera a la fama. El primer político llegó sin que lo llamen: Carlos Rubín, diputado correntino del Frente para la Victoria, apareció en “Los ocho escalones” en agosto. Dijo que lo había anotado su hijo y ahí fue a un programa de “la Corpo” a responder preguntas de interés general. Llegó hasta la mitad del juego y cayó ante el implacable Gerardo Sofovich. Al día siguiente, varios diarios y portales reflejaban su paso por el ciclo de Guido Kazcka. Rubín no era conocido y dio más entrevistas a medios nacionales que en toda su carrera política. La producción había encontrado una nueva fórmula. Los políticos, también.

Desde que se puede concursar en grupo, varios han sido los espacios políticos que se han dejado seducir por la invitación del ciclo de El Trece. “Ellos nos llamaron a nosotros”, aclaró Néstor Pitrola, del Partido Obrero.

La jugada es riesgosa y contestar una burrada puede resultar en un papelón pero, a cambio, el programa tiene un pequeño espacio para anécdotas amenas que permiten mostrar el mejor lado de cada candidato. “¿Es cierto que la gente te pide sacarse fotos con vos en el subte?”, le tiró el centro Kazcka a Pitrola que dijo que sí, porque “la mayoría de los políticos no viajan en subte”.

De alguna forma, la escritora Claudia Piñeiro le dio la razón: “El taxista le dice a Ricardo: 'Ayer había una persona muy parecida a usted en los 8 escalones”. Lo contó ella en Twitter un día después de que emitieran la participación de la escritora y de su pareja, Ricardo Gil Lavedra. Divertida con la repercusión por el desempeño en el programa, se animó a hacer chistes sobre si aparecer antes en televisión los hubiese ayudado en las últimas PASO, cuando Gil Lavedra perdió contra Martín Lousteau. Victoria Donda, que entonces lo acompañaba en la boleta, también pasó por el programa. No le fue bien, pero tuvo su propio backstage en Twitter donde se mostró amamantando a su hija Trilce en el decorado del programa.

En el cuestionario, Piñeiro y Gil Lavedra empataron con el senador Ernesto Sanz, que también pasó este mes; aunque el senador no fue con su familia sino con sus asesores. Ambos grupos se llevaron $ 20.000 cada uno. Sanz se ocupó luego de hacer pública la donación, igual que Pitrola: el Partido Obrero se llevó $ 10.000 y buscó anunciar al aire que serían para el fondo de lucha de los trabajadores de Lear.

Por el PRO, se animó Horacio Rodríguez Larreta junto a sus amigos de la infancia. Llegó a la final, se llevó $ 20.000 y contó anécdotas de su adolescencia de mochilero en Europa. Quiso repetir la fórmula María Eugenia Vidal pero se quedó en el séptimo escalón: ni un centavo. No se llevó plata pero entretuvo con una historia sobre una entrevista de trabajo a la que llegó sin zapatos.

Rating y encuestas. “Las próximas elecciones se van a dirimir en un estudio de televisión”, exagera Santiago Del Moro, en plena promoción de su libro autobiográfico, “Intratable: mi vida y la tele minuto a minuto”, editado por Planeta. Cuenta su experiencia en los medios: de conductor bizarro en un canal de música a moderador de un debate político cada noche por la pantalla de América. El programa tuvo sus picos de rating el año que Tinelli estuvo fuera de la televisión y hoy pelea desde la radicalización: muchos invitados, debates fuertes, voces elevadas y Del Moro en el centro, como director de orquesta. “En 'Intratables' se habla fácil, hizo entretenida la política. Es un producto fresco y fácil de decodificar porque pasa por mi tamiz –explicó él a Clarín–. Yo no vengo del palo político. Yo soy un conductor de televisión y mi objetivo es hacerlo entretenido. Hoy me toca hacer un programa de actualidad. Por ahí el año que viene me toque hacer un programa de juegos”. Siempre pragmático, se alzó con una de las confesiones más esperadas: Agustina Kämpfer quiso que fuese él quien la entrevistara para Infobae. Había decidido blanquear su separación de Amado Boudou.

Casi nadie le rechaza una invitación y Del Moro se anima a soñar: imagina a Máximo Kirchner o a Cristina Fernández entre sus invitados. Después de todo, la última entrevista de la Presidenta fue con Rial.

“Los políticos no suben el rating”, asegura con los números en la mano Martín Rodríguez, director del sitio especializado Televisión.com.ar. Pero –y esto no es un detalle– tampoco lo bajan. Los asesores siguen la grilla de rating con la misma devoción que los productores. Saben que la audiencia no se traduce en votos pero aumenta los niveles de conocimiento. ¿Qué ganan los programas, entonces? “Polémica fácil –resume Rodríguez–. Los políticos ya entendieron el juego y van a perfilarse, a pelearse con uno u otro. Y hay un piso de rating garantizado”.

por Marina Abiuso

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