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EMPRESAS | 25-04-2015 00:01

Cambio en tiempo real

La líder del intercambio de datos cumple 25 años en el país y se concentra en la internet de las cosas. Sus negocios en la "nube".

En su origen, a fines de los '70 y principios de los '80, Oracle se hizo popular por su sistema de administración de bases de datos. Después se convirtió en uno de los más grandes proveedores de software de gestión, concentrado en el segmento corporativo. Hoy es la segunda compañía de software del mundo en ingresos, detrás de Microsoft: el año pasado, facturó a nivel global US$ 38.270 millones. Su fundador, Larry Ellison, íntimo amigo de Steve Jobs (Apple) y tercer "genio" de la industria si se incluye a Bill Gates, fue también CEO hasta septiembre pasado. Apoyada en una agresiva política de adquisiciones de empresas líderes, desde hace unos diez años la compañía ofrece a las empresas soluciones integradas punta a punta.

La filial local, por ejemplo, cumple 25 años en plena diversificación. “Hacemos magia”, dice Silvia Tenazinha, gerente general para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. “Eso le digo a mi hijo menor cuando me pregunta de qué trabajo. En realidad, nuestro trabajo es resolver los desafíos que nos traen los clientes. Podríamos decir que nuestro negocio es la innovación”. ¿Qué tipo de desafíos? Por ejemplo, cómo prevenir las inundaciones. “Estamos trabajando en un proyecto piloto, convocados por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires”, explica la directiva. “Si ponemos sensores en las bocas de tormenta que avisen cuando se tapan, y al mismo tiempo los conectamos con el pronóstico del tiempo y con otros receptores que midan el estado de los desagües, vamos a poder actuar proactivamente y evitar los desastres”. La clave está en la manera de conectar y procesar toda la información a la vez; la capa de tecnología que se conoce como middleware, el intercambio de información entre distintas plataformas y aplicaciones haciéndose cada vez nás compatbles entre sí.

Es que la informática se extiende sobre esa red infinita que la industria definió como "internet de las cosas". “Nuestra compañía actúa en tres niveles: hardware, tecnología y aplicaciones”, explica Tenazinha. “Desde el hardware, proveemos servidores de misión crítica, que alojan sistemas que no se pueden caer, como los que manejan toda la distribución de los productos de Arcor. Las aplicaciones son las soluciones finales para cada cliente: ventas, inventarios, stock, contact center. Y la capa de tecnología del intercambio es lo que conecta esos dos niveles, el sistema que permite a paquetes de datos distribuidos interactuar entre sí, conectarse y sincronizarse”

“En muchos casos -según Tenazinha-, ese intercambio está embebido en el hardware, o sea, en los servidores. Es esa tecnología la que funciona en los puestos de migraciones, donde se confrontan documentos y datos personales con enormes cantidades de información a cada momento. Y es también lo que permite hoy sacar un pasaporte en dos horas, algo que hace poco era inimaginable”. Oracle -al fin y al cabo, una potente herramienta del cliente con el servidor en función de las bases de datos- tiene infinidad de empresas suscriptas: Mercado Libre, Despegar, Coto o Garbarino. Por eso, sus equipos se centran en análisis de negocios, decisiones en tiempo real, big data y desarrollo de software. “Nuestra fuerza comercial es técnica, porque hace falta ser técnico para entender cómo ayudar a los clientes”, asegura Tenazinha, ella misma licenciada en Informática y ex gerenta comercial de la compañía. “Así creamos para Banco de Galicia, por ejemplo, el producto necesario para que funcione Quiero, que es hoy es el programa de fidelización más importante del país: los puntos representan prácticamente una billetera electrónica. Creamos cosas y las mantenemos funcionando, y a la vez creamos experiencias de uso. Hace poco, un cliente me dijo que necesitaba transmitir fragancias por internet: 'Y lo estamos pensando”, se ríe.

Exportar talento. Pregunta cantada: ¿cómo se sobrevive a los altibajos económicos del país y de la región? “Estamos aquí hace 25 años, y siempre con una mirada de largo plazo. No dependemos de las fluctuaciones del dólar. Ahora estamos vendiendo en pesos con cuotas fijas, porque no podemos abandonar la base instalada, que es gigante”. Aunque la compañía no informa cuántas personas trabajan en la Argentina, se calcula algo más de 700 empleados, que se dividen entre los equipos comercial, de consultoría, soporte y desarrollo, el más grande. Atienden a clientes locales, pero también internacionales. “A partir de la crisis del 2001 -apunta Tenazinha-, empezamos a exportar proyectos. Armamos un ‘e-estudio’, remoto, con costos accesibles, y exportamos consultores de nicho”. Gracias a la calidad de los recursos humanos locales, la filial se ocupa de parte de los “share services” globales: “La administración central está en San Francisco, California, Estados Unidos, pero los contratos de renovación de los partners de todo el mundo se manejan desde acá”. ¿Cuánto se exporta? Difícil determinarlo, según la gerenta general: “Muchas compañías internacionales toman a la Argentina como base de operaciones regional, debido a la alta capacitación de los profesionales. Nosotros le facturamos a Prosegur o a Arcor en pesos, pero ellos implementan las soluciones en todo el mundo”.

La nube explota. Es la nube, claro, que permite almacenar toda la información, conectarla y hacer correr procesos con simplicidad, velocidad y seguridad. “Por ejemplo, habilita al plan PRO.CRE.AR a evaluar 10.000 expedientes por mes”, ejemplifica Tenazinha. ”Y en última instancia te simplifica la vida, como cuando pagás con la tarjeta SUBE, o liquidás las cuentas en Rapipago”.

por Marcela Basch

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