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DEPORTES | 16-05-2015 07:50

Mucho más que un juego

Un especialista explora el negocio, la ciencia y las nuevas tecnologías. El fútbol del futuro. Por Enrique Sacco*

Algo anda mal: no es posible que el fútbol genere pérdidas para todos. La mayoría de los clubes del fútbol argentino de Primera División terminan sus balances con cifras millonarias en rojo. ¿Qué sucede? ¿Se gasta más de lo que ingresa? ¿La tendencia es pocos ingresos para sostener el presupuesto anual? ¿O excesivos gastos que no encuentran respaldo en la facturación (o recaudación)? O, finalmente, la que puede considerarse atroz: muy pocos ingresos y excesivos gastos. Esto último observando el contexto y sin considerar el porcentaje de ineficacia o dolo en la gestión.

Resulta absolutamente difícil y prácticamente imposible disfrutar de un buen equipo, del espectáculo, del torneo de la Liga o la Asociación, si detrás de lo que observamos en el campo de juego no existe una equilibrada y profesional gestión de una institución. De una, varias y todas reunidas bajo el mismo objetivo en una sociación.Un ejemplo de cómo impacta lo externo en el juego es conocer cómo cualquiera de los futbolistas de la Premier League no hace tiempo simulando infracciones o protestando fallos cobrados por el árbitro. Simplemente porque hacerlo significa atentar contra el espectáculo, el mismo que genera las divisas, las que en última instancia significarán sus contratos.

En el mundo, desde hace muchos años, la tendencia ha sido y continúa siendo mejorar los ingresos por derechos de televisión, venta de tickets y marketing. Para ello resulta necesario entender que la gestión en el fútbol necesita de un management profesional. De dirigentes preparados para conducir y manejar millones, elaborar estrategias, planificar, fijar plazos y ejecutar proyectos. Obviamente, dirigentes especializados y que conozcan el fútbol.

En la actualidad resulta imposible que alguien pueda liderar un club de fútbol solo con voluntad y buena predisposición. Y peor aun si se cae en el populismo del fútbol. Eso resulta contraproducente. Toda gestión necesita responsabilidad, conocimiento y decisiones firmes que trasciendan los intereses del momento.

Fútbol y economía. Desde hace más de diez años, el fútbol se instaló en el temario de los economistas. Descubrieron que se había transformado en una industria multimillonaria que reúne a estrellas del juego, entrenadores, sponsors, grandes inversores y el poder de los derechos de televisión. Convergen los contratos millonarios, derechos de imagen, agentes o representantes, intermediarios, gerenciamientos, venta de tickets, merchandising, redes sociales y empresas.

El fútbol ya necesita de CEO (Chief Executive Officer) para administrar y gestionar el negocio, expertos económicos para maximizar los beneficios y de estadísticas que permitan analizar las tendencias. Existen trabajos de investigación sobre la economía en el fútbol que encuestan si el equipo que más invierte tiene más posibilidades de ganar algún título, si los clubes con menos presupuesto pueden conseguir grandes títulos, cuánto han influido los inversores privados (inclusive los jeques), qué club tiene más o qué liga maneja más dinero.

Así como el Manchester United de Inglaterra cotiza en la Bolsa (Nueva York), también lo hacen el Borussia Dortmund en Alemania, Ajax en Holanda, Porto en Portugal y Galatasaray en Turquía.

Las grandes marcas también se suben al negocio del fútbol. Lo hacen con gran influencia en las camisetas, en la construcción y nombre de los estadios, y pueden influir hasta en la compra de los jugadores o la elección de los entrenadores.

Revisar las cifras publicadas por la UEFA en relación con la distribución de ingresos de la Champions League 2014-2015 y la Supercopa de Europa de 1.730 millones de euros marca el parámetro del fútbol mundial. Inclusive con premios superiores a la Copa del Mundo.

Mientras el ganador de la Champions del 6 de junio en Berlín recibirá 48,4 millones de euros, el último campeón del mundo de la FIFA, Alemania, obtuvo 35 millones de euros (Argentina, subcampeón, 25 millones). Los principales ingresos de la institución que dirige Michel Platini provienen de los derechos de televisión y del acuerdo comercial con los sponsors.

Fútbol 3.0. El informe “El futuro del fútbol”, realizado por la empresa de tecnología móvil HTC y la consultora Futurizon, anuncia las innovaciones que se instalarán en los próximos cincuenta años. La compañía Adidas ya elaboró un modelo superior al balón de la final del último Mundial, que por ahora no interviene en partidos ni se encuentra en el mercado, pero que incorpora seis cámaras y permite ver qué ocurre en el campo desde la perspectiva de la pelota. Así como Nike ha renovado el calzado, desarrollando un botín parecido a una media corta con tapones ultralivianos, todo en una sola unidad para lograr un mejor calce y facilitar la rotación.

Prozone, una empresa británica, presentó en sociedad un software que, mediante cámaras ubicadas alrededor del campo de juego, permite analizar el rendimiento de los futbolistas desde su posición para marcar a los rivales en la ejecución de las pelotas detenidas.

Pero lo que se viene son los lentes de contacto para los árbitros y jugadores con una tecnología similar a los de Google Glass que les facilitará observar la acción desde distintos ángulos y resolver con una visión aumentada. Algo así como el efecto que producen las antiparras al nadar bajo el agua. Los sensores ubicados en los arcos, la indumentaria y los botines de los jugadores, generarán datos sobre el estado físico del jugador, su ritmo cardíaco, la tensión de sus músculos y con qué sector del calzado impactó al rematar o efectuar el pase.

Los smartphones o teléfonos inteligentes le ofrecerán al público la posibilidad de disfrutar de simulaciones ultrarreales con holografías en 3D de los futbolistas. Y aportarán datos, informaciones y estadísticas para elevar el punto de partida del análisis del desarrollo del juego de un partido.l

* Periodista de ESPN, autor

de “Muchos más que fútbol” (Planeta).

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