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SOCIEDAD | 01-06-2015 09:22

Prueba de fuego para Viviana Fein

A los 61, la fiscal de la causa Nisman investiga su último gran caso antes de jubilarse. Tabaquismo, abuelazgo, prestigio y apoyo de sus colegas.

“¿Me dejan bajar del taxi, por favor?”, le pedía gritando Viviana Fein a las decenas de camarógrafos y periodistas que la rodearon cada mañana, cuando llegaba a su fiscalía en la calle Tucumán. Era una escena de caos. Nunca en sus más de 40 años en la Justicia había vivido algo así. Nunca enfrentó un caso de tanta magnitud. Pero Fein lleva la carga con aplomo. Ni siquiera se queja o hace catarsis entre sus colaboradores, entre múltiples pedidos de pruebas y tomas de declaraciones en una agenda agotadora. A los 61 años enfrenta el mayor caso de toda su carrera y el más político de esta década. Sabe que, quizá, este sea su último expediente. Las autoridades de la Procuración General ya fueron avisados: su pedido de jubilación ya está escrito y listo para ser presentado. Es una decisión que fue postergada por un buen tiempo, por otra parte. “Bueno, me voy”, le repetía a varios colegas fiscales durante todo el año pasado. “Tenía el pedido en el cajón, ya se había decidido. Pero no hacía el corte, no podía parar”, confía un colega que la conoce bien: “Y ahora le llegó esta causa gigante”.

Abuela de una beba de poco menos de dos años, se había decidido a vivir un poco la vida, a disfrutar. “Ahora entiendo por qué la llegada de una nieta puede cambiarte la vida en un segundo”, había escrito en su perfil de Facebook. La enigmática muerte de Alberto Nisman y la enorme convulsión política y social que generó, la tomaron por sorpresa. Había asumido el turno de Puerto Madero pocas semanas antes, pensando que era una zona tranquila, de actividad casi nula para una fiscal de instrucción acostumbrada a robos y homicidios. Hoy, todos los ojos del país están puestos en ella. Es la responsable de la investigación judicial que más enerva al decaído poder kirchnerista.

A mí no me maneja nadie. Muchos se preguntan en estos días: ¿Fein es un títere?¿Va a cajonear la causa? ¿La procuradora general Alejandra Gils Carbó le va a decir lo que tiene que hacer? Pero altas fuentes en Tribunales coinciden: “Esta mina es independiente y siempre lo fue. Es una librepensadora. Nunca le sobó el lomo a nadie. No hace política”. Desde la Procuración misma, una voz asevera: “Fein no es del riñón”. Vecina de Belgrano, egresada de la UBA, meticulosa y organizada, encabeza la Fiscalía de Instrucción Nº45 desde que fue creada en 1999. Antes había sido secretaria en una defensoría de menores y tuvo un puesto en la Cámara de Apelaciones. El revuelo por la muerte de Nisman trastornó su rutina: la cantidad de periodistas de guardia le impide fumar tranquila en la vereda la copiosa cantidad de cigarrillos Marlboro que consume por día. Aceptó tener custodia policial en su domicilio, luego de repetidos pedidos de Gils Carbó.

El apoyo que recibe de sus colegas es total. Los otros fiscales en Tucumán 966 le ofrecieron quitarle su carga de causas para que se dedique exclusivamente a investigar la muerte de Nisman, algo que la Procuración avaló. Le tienen afecto: Fein rara vez se negaba a reemplazarlos durante las vacaciones. También suele ser la primera en llegar al edificio, a las 7.30 de la mañana, y cubre a muchos con su firma. Un poco adicta al trabajo, le cuesta soltar sus otros expedientes: “Ay, no quiero”, le dice a sus compañeros. Gastón Amran y Bernardo Chirichella -que trabajan con ella hace quince años- son sus lugartenientes y hombres de confianza.  Sus colegas no son los únicos que le ponen el hombro. Varios fiscales federales -un fuero en el que Fein inspira respeto- nucleados en la Asociación de Fiscales, piden que tenga todos los recursos necesarios. Fein, por lo visto, no está sola.

Historias del crimen. La fiscal no es ajena a causas complicadas. En el 2010, investigó el histórico robo al Banco Macro: cien cajas de seguridad habían sido saqueadas en un golpe de alta logística. El escándalo Ciccone también cayó en su despacho: recibió una denuncia contra José María Nuñez Carmona, socio del vice Boudou, a cargo del también entonces socio de Nuñez Carmona, Luis Scolari, por estafa y administración fraudulenta. También recibió una denuncia por un robo en la sede del sindicato de Camioneros comandado por Hugo Moyano. Pero el caso Nisman planteó para ella un nuevo desafío difícil de manejar. Las cartas en Facebook de Cristina Kirchner trazando hipótesis sobre la muerte de Nisman y su sorpresiva cadena nacional en silla de ruedas afectaron a la fiscal. “Es libre de pensar como cualquier ciudadano”, respondió Fein tras las teorías de CFK. Pero después desmintió a la Presidenta, quién afirmó que Nisman había apresurado su vuelta de Europa, cuando dijo: “No fue intespestivo. Había sacado el pasaje el 31 de diciembre desde Buenos Aires. Por razones de la pareja se decidió que su hija quedara unas horas en Madrid". La dimensión política del caso Nisman puede volverse algo difícil de manejar. Una fuente en Tribunales de su propio fuero y que la conoce bien afirma: “Esta no es una muerte cualquiera. Citalo a Berni a declarar. Traelo a Stiuso al país. Los fiscales de instrucción no somos políticos, no estamos acostumbrados a esta gimnasia. Es totalmente raro que un posible homicidio tenga toda esta estructura de politización alrededor como la que tiene el caso Nisman. Viviana no está acostumbrada a estas cosas. Y es algo agotador”.

Por lo pronto, Fein se prepara para continuar una causa larga y tortuosa. Hasta pasó su cumpleaños 61, el martes 27 de enero, revisando el departamento de Nisman en Puerto Madero junto a la madre del fiscal, Sara Garfunkel. Los mensajes de colegas y amigos se apilaban en su celular. Pero ella estaba abocada a su último gran caso.

Viviana Fein sobre la muerte de Nisman: "No se contaminó la escena"

por Federico Fahsbender

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