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COSTUMBRES | 04-08-2015 00:01

Tendencias: desconectarse para conectar con los demás

Frente al exceso, empezó la batalla contra los celulares. Restaurantes, reuniones de trabajo y salidas con amigos proponen ¡desconexión!

Mediodía de sol en restó palermitano. Mesas llenas y el claro murmullo de las sillas que se corren y los mozos que se mueven tomando pedidos. Los comensales apenas se escuchan. Pero el silencio poco tiene que ver con la “experiencia sensorial gastronómica” que propone el chef. La comunión pasa por la pantalla. La mística tecnológica que domina el ambiente. Todo, o casi todo, gira en torno a esos aparatitos que fueron creados para conectarnos y acortar distancias y que a ahora, extrañamente, nos alejan. A pocas cuadras, en Almacén Fifi, desde un pizarrón se invita a desconectarse y dejar los celulares durante el almuerzo en un cajoncito que oficia de centro de mesa. La recompensa: un descuento del 10% en la cuenta. No son los únicos. El restaurante del tradicional Club del Progreso y el de comida italiana La Baita, también ofrecen descuentos a quienes dejen el celular en la puerta, mientras en otros, como en Lo de Jesús, te regalan un vino o (en la Pizzería Monzú) te premian con una entrada gratis si hay abstinencia digital

El nuevo movimiento “unplugged” se propone reflotar el perdido encanto de disfrutar de la comida y la compañía sin interrupciones. La iniciativa no es argentina. Ya son legión los restaurantes de los Estados Unidos, Europa e incluso Asia que han adherido en los últimos años a la idea de premiar a los comensales que apaguen sus celulares. El primero fue Eva Restaurant de California, que ofrecía un descuento del 5% a los clientes por dejar sus teléfonos con la recepcionista durante toda la comida. Applebee’s, una de las más grandes cadenas de comida al paso patentó una nueva consigna “No Tech Tuesday,” (Martes no tecnológico,) parodiando al conocido “Cyber Monday”, el día de descuentos para las compras por Internet. Según se presagia la idea se generalizaría para evitar el uso de dispositivos durante ese día de la semana.

Pero esta tendencia no tiene atrás solamente un fin altruista. Según un estudio realizado por un restaurateur neoyorquino basado en filmaciones de su local, el uso de los celulares durante la comida provoca que esta dure hasta una hora más que en el pasado, lo que atrasa el servicio del restaurante y el recambio de mesas. Una pérdida para los afectos pero también para los bolsillos.

Vida digital. Según la encuestadora Carrier y asociados, hay 37 millones de líneas activas para celulares y otros dispositivos en la Argentina. Es decir que todo mayor de 10 años tiene un celular o tablet que usa con regularidad.

Al parecer, durante las reuniones de oficina, el 90% de los trabajadores tiene el celular a mano, según justifican, como “herramienta de trabajo”. Y el 80% de los usuarios coloca siempre su celular en un lugar visible cuando está en un restaurante, ya sea para chequear mensajes, sacar fotos o hablar. El uso de los celulares ha transformado la forma de encontrarse. Sin embargo, “mucha gente, se copa con la propuesta de dejar el celular por un rato. Otros nos bardean tildándonos de 'hippies y anticuados'”, asegura Luciano Combi de Almacén Fifi.

La falta de atención que provoca el uso y abuso de estos artefactos en el espacio compartido atenta contra las normas más elementales de una sana y productiva convivencia. “Hace poco estuve en una gala con funcionarios y empresarios y de las diez personas con las que compartí la mesa, ninguna me dirigió la palabra: todos estaban ocupados con sus celulares”, cuenta Karina Vilella, experta en protocolo y directora del Centro Diplomacia. Experta en el tema de las buenas costumbres, Vilella aclara que existe un protocolo ya establecido para usar los celulares. “No se atiende el teléfono en la mesa. Ni siquiera debería ponerse a la vista. Si esto es inevitable, deben estar en opción 'vibrar' para no molestar al resto de los comensales con tus canciones favoritas”, dice. Si una llamada debe ser atendida, “siempre hay que hacerlo fuera de la mesa”, concluye.

Sin señal. Hace algunas semanas, se inauguró en Chognqing, China, un “sendero para celulares”. El camino tiene un teléfono pintado en el suelo y es similar a las bicisendas. Está ubicado en un parque temático, pero no es el primero en su tipo. Otra “telesenda” fue inaugurada en Washington DC, y aunque fue parte de un experimento social, la idea de ordenar el tránsito de la gente que “textea” o está ocupada con su celular mientras camina, resulta ser algo tan realista como preocupante.

Ni siquiera durante el descanso nocturno parece haber desconexión total. Por esa razón, el diseñador Marc Jacobs se negó a seguir durmiendo con un aparato cerca y prohibió el ingreso de todo artefacto digital a su dormitorio (ni siquiera televisor). Una regla casera que copió del film “Disconnect” (2012), protagonizado por Jason Bateman. Ya sea una barrera física (prohibir tablets y celulares en la comida familiar) o una conceptual (apagar todos los aparatos a las 11 de la noche) los usuarios dicen que estas técnicas de “destete” están mejorando sus relaciones y su salud mental.

El trabajo es otro lugar donde también se empiezan a ver cambios. “Las reuniones terminaban durando años. Por eso, ahora, es obligatorio dejarle tu teléfono a la secretaria. Si hay algo urgente, ella recibe el mensaje. Y se descubrió que nunca hay algo tan urgente”, asegura Fernanda Pirosanto, gerente general de Paula Cahen D'Anvers y Cacharel.

También se imponen las “unpluggled parties” (fiestas desconectadas). Eventos sociales donde se anticipa que no hay wifi y se prohíbe el uso de celulares. “Casual & No Phones” dicen las invitaciones, en el mismo lugar en que antes se señalaba el "dress code". Es que no usar celular, hoy, está de moda.

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por Gabriela Picasso

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