Thursday 28 de March, 2024

MOTORES | 18-08-2015 11:02

Lamborghini Aventador LP 750-4 SV: un viaje a 350 km/h

Se fabricaron tres unidades y se vendieron a 3 millones de euros cada una. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos.

En los últimos salones se presentaron una gran cantidad de súper deportivos que cautivaron al público. Y un claro ejemplo fue el lanzamiento en el último motor show de Ginebra del Lamborghini Aventador LP 750-4 SV, un poderoso vehículo que exhibe la evolución más radical del propulsor V12 atmosférico de Lamborghini. Fue tal el impacto de su presentación en sociedad que las únicas tres unidades producidas hasta el momento ya fueron vendidas a 3 millones de euros cada una.

Las míticas siglas SV (de “Super veloce”) se justifican al leer su ficha técnica donde sobresale su poderoso motor de 750 caballos de potencia (más de 30 CV con respecto al que porta el modelo 720-4 50 Anniversario). Este bloque gira hasta las 8.400 rpm gracias a los nuevos sistemas de admisión, distribución y escape.

El Aventador LP 750-4 SV también pesa 50 kilogramos menos que su antecesor debido a la inclusión de distintas piezas de fibra de carbono en su estructura, material que también se empleó en distintas inserciones del interior como los paneles de las puertas, las butacas y la consola central.

Dueño de un diseño asombroso y con una excelente relación peso/potencia, este Superveloce es, hoy por hoy, uno de los modelos de Lamborghini más rápidos de su historia, ya que supera 350 km/h con una aceleración alcanza los 100 km/h en 2,8 segundos, gracias a su sofisticada electrónica y a la caja de cambios ISR de doble embrague y siete marchas. Y para detener semejante potencia, los ingenieros de Lamborghini pusieron la atención en el eje delantero donde se destacan los amortiguadores de dureza variable, los neumáticos Pirelli P Zero Corsa con llantas de 20 pulgadas adelante y 21 atrás, así como un sistema de frenos carbo-cerámico de serie. Como siempre, Lamborghini continúa sorprendiendo a sus fanáticos con alta tecnología y sofisticación.

por Alberto Musella

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