Thursday 28 de March, 2024

CIENCIA | 31-08-2015 17:57

Richard Dawkins, el príncipe del ateísmo

Para este vigoroso defensor de Charles Darwin, creer en Dios es un delirio.

Richard Dawkins alcanzó un status poco común: es una celebridad que reúne enorme cantidad de público donde quiera que va por dos razones: la biología y el ateísmo. Como científico, es autor de “El gen egoísta”, que hace 40 años desató un debate sobre la relevancia de los genes en la evolución de las especies, e inventó el término “meme”, entendido como el gen de la evolución cultural. Como ateo, es autor de otro best seller, “El espejismo de Dios”, que en el 2006 se convirtió en un estandarte para muchos ateos del mundo. En este libro, Dawkins afirma que la creencia en un gran creador del todo se puede calificar como un “delirio”; y un delirio sería, en términos dawkinianos, la persistencia en una falsa creencia mantenida frente a fuertes evidencias contradictorias.

A sus 74 años, ya establecido como profesor de Oxford, Dawkins lanzó el primer volumen de su autobiografía, “Una curiosidad insaciable”. En el libro, exhibe toda su curiosidad y su flema de inglés colonizador, adquiridas tal vez en su infancia pasada en Kenia, donde su padre trabajaba como agrónomo en el Servicio Colonial. Nacido en Nairobi, Dawkins se mudó hacia Inglaterra a los ocho años. Hizo una carrera brillante como defensor ultraconvencido de la teoría de Charles Darwin y, después, como príncipe de los ateos, al denunciar a la religión como retrógrada, contra el progreso de la ciencia y manipuladora de los corazones y las mentes.

Periodista: Como darwinista apasionado, si usted pudiese tener a Charles Darwin enfrente suyo, ¿qué le preguntaría?

Richard Dawkins: Le preguntaría por qué demoró tanto en publicar su teoría. ¿No pensó que alguien podría descubrirla antes? Y, de hecho, eso fue lo que pasó, porque Alfred Russel Wallace la descubrió antes.

Periodista: A usted se lo conoce como “el príncipe del ateísmo”, por su militancia en contra de la creencia en Dios. Sus críticos dicen que su ateísmo evita los grandes debates teológicos que enriquecen a la religión y a la filosofía y, al hacer eso, lo que acaba haciendo usted es simplificar lo que es complejo. ¿Están equivocados?

Dawkins: Sí. Justamente porque no existen los grandes debates teológicos. La teología es un asunto carente de contenido. El universo, el mundo y la vida tienen ya una suficiente complejidad y no precisamos importar las complejidades manufacturadas e inventadas de la teología. Es cierto que muchos profesores de teología realizan un trabajo interesante e importante cuando, por ejemplo, analizan documentos bíblicos y la historia bíblica misma por medio de la arqueología. Pero eso es muy diferente de quedarse debatiendo el “significado” de la Trinidad y de la transubstanciación...

Periodista: A medida que el conocimiento científico sobre el mundo se va ampliando, es cada vez más difícil creer en ciertos dogmas religiosos, como por ejemplo la idea de que la humanidad tiene apenas seis mil años de existencia. Pero eso no es lo mismo que decir que religión y ciencia son completamente incompatibles, ¿no le parece?

Dawkins: No, no es exactamente lo mismo. En un sentido trivial, religión y ciencia son compatibles, en tanto que existen los científicos religiosos. Pero, por otro lado, algunos de los científicos que se presentan como religiosos no tienen fe en el sentido de los que creen en un Dios personal, sino que son creyentes en un sentido similar al que tenía Albert Einstein, que decía: “Yo creo en el Dios de Spinoza, que se revela en armonía con todo lo que existe, y no en un Dios preocupado por el destino y las acciones de la humanidad”. De manera que, del modo que yo lo veo, religión y ciencia son totalmente incompatibles. Aún los científicos que sí creen en un Dios personal solo logran esa proeza levantando barreras mentales entre áreas imposibles de ser compatibilizadas.

Periodista: Usted dice que la religión es un obstáculo para el avance de la ciencia. Pero, en el mundo religioso, la ciencia tuvo avances fenomenales en los últimos siglos. ¿Es tan así que la religión sea una traba, entonces?

Dawkins: La ciencia podría haber progresado mucho más rápidamente en un mundo no religioso. Actualmente, la mayoría de los científicos son no religiosos. Entre los científicos que forman parte de la élite de nuestra actividad, integrando instituciones renombradas como la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos o la Royal Society británica, la gran mayoría es atea. En siglos anteriores, particularmente antes de Charles Darwin, era muy difícil para cualquiera que no fuese religioso. Por eso, no es ninguna sorpresa que Newton y Galileo, por ejemplo, fuesen religiosos.

Periodista: ¿Qué es la conciencia para usted?

Dawkins: Es tremendamente difícil definir qué es la conciencia, y no existe consenso sobre el tema. Lo que sí podemos decir es que evolucionó como una propiedad emergente de los cerebros. Nosotros, los seres humanos, tenemos conciencia. Y por lo tanto es cierto que, en algún momento, nuestros ancestros obligatoriamente desarrollaron una conciencia. Dudo que eso haya pasado en un salto único e irrepetible, porque nada que es importante evoluciona de esa manera, abruptamente. Con lo cual presumo que nuestros ancestros tuvieron conciencia en una forma más o menos rudimentaria en un tiempo bastante lejano del pasado. Y creo que nuestros primos, los otros descendientes de nuestros ancestros, probablemente también tengan conciencia.

Periodista: ¿Por qué existimos y por qué estamos aquí?

Dawkins: Imagino que usted no espera que yo responda a esa pregunta en un párrafo, cuando escribí once libros sobre eso. ¿Lo espera?

por André Petry

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