★★1/2 La película original de Steven Soderbergh sobre un stripper que quería ser otra cosa no era demasiado buena, seamos realistas. Esta tampoco lo es, pero tiene dos ventajas: Channing Tatum afiló mucho más sus cualidades para la comedia (gracias, “Comando especial”) y la historia de volver para una última performance es casi deportiva y carece de las pretensiones de la original, lo que no deja de ser una virtud. Un pibe simpático, no más.
por Leonardo D’Espósito
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