Thursday 28 de March, 2024

PERSONAJES | 20-09-2015 00:05

Cecilia Roth: “Todavía necesito que en mi país me quieran”

Protagoniza “Historia de un clan”. La adaptación al exilio, el dolor y la deuda social. Maltrato y el amor como única esperanza.

Cecilia Roth elige a sus personajes concienzudamente y sabe que ellos le traen cosas. Pero nunca imaginó que Epifanía, la mujer de Arquímedes Puccio en “Historia de un clan”, que acaba de estrenar Telefe, la impactaría tanto. Junto con Luis Ortega, el productor, establecieron que aquella mujer de ficción (la real aún vive) sabía todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor. ¿Cómo podría haber ignorado que había gente cautiva en la vivienda familiar? “Imaginate el trabajo que tiene que hacer una persona que sabe todo lo que está pasando para hacer como que no sabe, para sostener un personaje detrás de otro personaje”, resalta.

Noticias: ¿Qué le trajo Epifanía que no sospechaba que le traería?

Cecilia Roth: Me trajo lo que todavía tengo que sacarme un poco de encima y vomitar: esa dualidad, ese barullo interno de alguien que está viviendo una cosa, diciendo otra. Su objetivo era estar en la guía azul y los medios por los que iba a llegar a eso no importaban…

Noticias: En su historia personal, construyó una nueva vida en España después del exilio. Hasta dice que en esos años dejó de ser argentina.

Roth: Sí, sí (se ríe).

Noticias: Estuvo tres meses llorando para de repente…

Roth: ¡Salir del sótano! (se ríe).

Noticias: Dejar de ser argentina y tener un nuevo novio, después de que el otro quedara acá.

Roth: ¡Sí, decirle por carta que nos habíamos separado! (carcajada). Fue hasta modificar la lengua madre.

Noticias: ¡Y que no se note!

Roth: ¡Sí! Por algo me movilizó tanto esta cosa de la Argentina que me daba horror y pánico, que la conocía aun viviendo acá porque vivía en casa de periodistas (su padre Abrasha Rotenberg fue socio fundador del diario “La Opinión”)… Además había gente que no estaba, que desaparecía. No era ajena, aun siendo adolescente.

Noticias: Con su familia se exiliaron el 3 de agosto del ´76 y su primera película, “No toquen a la nena”, se estrenó dos días después.

Roth: (Piensa). No recuerdo si estuve en el estreno. Sí que la había hecho en el verano del ´75, todavía no existía la idea de irnos. Quería ser actriz y era lo único que me importaba. Me acuerdo que viviendo en España volví a la Argentina para hacer “Crecer de golpe”. Mirá los nombres, ¡”No toquen a la nena” y “Crecer de golpe”!

Noticias: Y en el contexto de que cinco días después de llegar a Madrid, cumplió 18 años. Parece de ficción.

Roth: Sí, totalmente. En ese momento mi padre iba y venía. Todavía no había pasado nada con (Jacobo) Timerman, con (David) Graiver. Recuerdo que Jacobo le dijo a mi papá: “A mí no me va a pasar nada por estar expuesto pero a vos sí, váyanse. Vení cada 15 días pero que Dina y los chicos estén afuera”.

Noticias: ¿Qué les pasaba a ustedes con cada viaje de él?

Roth: No teníamos tanta conciencia. Por otro lado, (resalta cada sílaba y eleva el tono) la perversión más absoluta por la que se pasó esos años. No hay que olvidarse lo que pasó en la dictadura. Entre los 30.000 desaparecidos hay adolescentes. Y esto no significa partidismo político. Porque en este momento, si querés construir a partir de la memoria sos encasillado: “Ahhh, sos k”, o “Sos de izquierda”, o “Ya pasaron casi cuarenta años…”. ¡Sabés cómo están en España, todavía sin haber desenterrado los huesos de los muertos de la guerra civil! Es una sociedad que aún está insana.

Noticias: Si bien llegaron en la primavera española, era una sociedad desmemoriada y con negación, ¿no?

Roth: Totalmente, pero fue muy importante la transición en España. Lo que quería vivir en la Argentina estaba pasando en España. Los primeros tres meses no salí de mi casa, lloraba todo el día. Hasta que mi di cuenta con ayuda de mis padres, ellos fueron dos columnas fortísimas y lo siguen siendo. Entonces me metí en una escuela de teatro, conocí amigos, me puse de novia y empecé a trabajar rápido.

Noticias: Un año después estaba en el Festival de San Sebastián con dos películas, salió del ostracismo y se lanzó al mundo.

Roth: Soy y era terriblemente vital y optimista, luego la vida te da machaques. Tenés cicatrices, algunas valen la pena y otras no. Pero una vez salida de ese ostracismo, tuve que vivir en una especie de burbuja española. No volví a la Argentina en diez años. Por eso trabajé tanto en terapia el tema del exilio, que para mí no era un tema.

Noticias: No había pasado nada.

Roth: No había pasado nada…

Noticias: Por eso le decía que ese esfuerzo del personaje de hacer de cuenta que está todo bien, parece parte de su historia.

Roth: Exactamente. La adaptación y sobreadaptación que siempre es muy dura y deja mella. Me sobreadapté, luego me adoptaron rápidamente entre mis amigos y la profesión y me sentí reconocida y querida; entonces fue más fácil, más aun me hizo olvidar de dónde venía. Tenía mucho dolor y el dolor se transformaba en enojo. Venían conocidos argentinos o azafatas de Aerolíneas que traían cartas de amigos y los veía a todos como unos pelotudos, me daban vergüenza.

Noticias: ¿Se sentía superada?

Roth: ¡No! Me daba vergüenza la irrealidad en la que vivían. Yo estaba como haciéndoles conciencia de “¿Ustedes saben lo que pasa en la Argentina o se están haciendo los boludos?”. Sí, hay una unión que me traés, de reconocerme en esa parte de Epifanía.

Noticias: ¿Qué pasó cuando volvió a la Argentina como la actriz cool, la chica Almodóvar?

Roth: No volví así. Sí para el afuera.

Noticias: Me refiero a la mirada de los otros.

Roth: Tenía mucha necesidad, y la tengo todavía, de que en mi país me quieran. Porque a veces siento que aquí piensan que soy española.

Noticias: Eso de no soy de aquí ni soy de allá.

Roth: Sí, pero en España las nuevas generaciones creen que soy española. La gente cree que vivo en España porque Ariel (su hermano, el músico Ariel Rot) vive en España. Por suerte siempre he viajado y llegan cosas de acá…

Noticias: Como si nunca se hubiera ido.

Roth: Es que llego y hablo como española, como si fuera otro idioma.

Noticias: El metamorfosearse le queda cómodo.

Roth: Evidentemente suma, a mí no me resta nada tener la posibilidad de pertenecer o de transitar mi vida en dos lugares. Y hasta para mi hijo de alguna manera es así. No se rompió para nada el vínculo con España. El recorrido que pude hacer tanto en mi oficio como en mi vida personal, en mi cabeza y con mi cuerpo, tiene que ver con poder sentirme tranquila en ambos lugares sin ocultarme como argentina allí ni ocultar mi parte española aquí. Me es más difícil aquí, tal vez. Creo que este es un país más duro, un país difícil.

Noticias: Tiene el hobby de la escritura, ¿cuándo lo va a hacer en serio?

Roth: (Lanza una carcajada) Ahora escribo poco. Pero todas las noches antes de dormir digo: “¿Por qué en lugar de estar leyendo lo que estoy leyendo no me pongo a escribir?”.

Noticias: ¿Y qué se contesta?

Roth: Tiene que llegar el momento. Supongo que estoy acumulando cosas.

Noticias: ¿No es de forzar los procesos creativos?

Roth: Es que tengo tanta cosa, la vida no es fácil (carcajadas).

Noticias: ¿Qué es lo difícil en la vida de Cecilia Roth?

Roth: Para todos, no sólo para mí… Soy una single mother con un hijo adolescente. Laburo muchísimo para mantener un nivel de vida que quiero tener y que si dejo de trabajar no tengo.

Noticias: ¿Trabaja para eso?

Roth: No (rápido), no es que laburo para eso. Pero la realidad es que no puedo parar de trabajar.

Noticias: La escuchaba hablar de que está atravesando el desprendimiento que se produce con los hijos en la adolescencia, el no poder abrazar a Martín como antes.

Roth: Ya volverá a abrazarme. Ayer lo asaltaron en la calle y volvió a mis brazos.

Noticias: ¿Lo lastimaron?

Roth: Le pegaron, sí.

Noticias: ¿Qué le pasa ante algo así?

Roth: Nooo. Bueno, soltar. Por supuesto que un chico de 16 años tiene que ir tranquilo por la calle, eso se lo exijo a la sociedad. No quiero usar la palabra “inseguridad”, me da horror, pero estamos en un momento….

Noticias: ¿Cómo lo maneja como madre?

Roth: Por un lado, me parece que tiene que vivir y, por otro, cuando sale estamos mensajeándonos todo el tiempo. Me gustaría que pudiera tener una vida mucho más libre de la que tiene; mi hijo como tantos otros. Venimos arrastrando deudas con nosotros mismos como sociedad. Para mí esa carta que escribió María Elena Walsh del país-jardín de infantes todavía en un sentido lo sigue siendo. Parecería que la ley se hace para tocarla de refilón, a ver cómo puedo hacer que soy…

Noticias: Vuelve a aparecer la simulación, ¿no?

Roth: Es muy argentino todo esto, cómo puedo hacer para no salirme del todo de la ley y estar ahí al borde beneficiándome. Es una sociedad que tiene que aprender mucho. A Martín lo asaltaron chicos de su edad, ese es el dolor. No se trata de reprimir ni de ver a qué cárcel los mandamos. ¡No, de qué estamos hablando! La única manera es la educación. Estamos en un mundo loco y te puede pasar todo en cualquier lugar del mundo. Pero me preocupa lo que pasa aquí, sobre todo en Buenos Aires, lo ves en la calle, la crispación. Parece un lugar común pero es muy llamativo. Es una sociedad que tiene que depurarse mucho. Hay mucho trabajo para hacer en conjunto porque no creo en los individualismos. Eso es lo que venimos haciendo durante siglos y por eso este país nunca termina de constituirse como tal.

Noticias: Dice que es de las que cree en el amor.

Roth: Es lo único que salva. No el amor personal, de pareja sino el tener conciencia del dolor del otro, sino es imposible construir nada. Te juro por mi vida que los pibes que lo asaltaron ayer a Martín me producen pena porque nacieron seguramente en un contexto en el que no tienen otra posibilidad. Por la familia, por el nivel social, por la no educación, por el narcotráfico, la violencia verbal, la violencia contra las mujeres… ¡por Dios!

Noticias: Me sorprendió que dijera que en algún momento la maltrataron mucho verbalmente mientras usted se había quedado sumisa en la relación.

Roth: Sí, sí, (se le llenan los ojos de lágrimas). Es verdad, me dejé maltratar también, es cultural. Admiro profundamente a mujeres y hombres que han tenido desde siempre la posibilidad de saber hasta dónde le dan permiso al otro. Tal vez esta cosa un poco alienada del dejar pasar, ni siquiera en una pelea, en una mirada frente a algo. No dejo pasar más nada.

Sonríe permitiendo ver más de lo que esconde. Es la que se fue y la que volvió, la chica Almodóvar y la mamá de Martín.

por Valeria García Testa

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