Coincidimos con Julia. Tal como escribió en Instagram junto a la foto de su rostro sin maquillaje, la “perfección es la enfermedad de una nación”. También podríamos poner la firma junto a otras afirmaciones que hace en el texto mencionado, aunque se trate de los lugares comunes más remanidos sobre el tema: que el alma es la que está enferma, que no nos queremos a nosotras mismas, que lo que cuenta es lo de adentro y no las arrugas, los kilos,los defectos.
Pero vivimos en un mundo que premia la delgadez y la belleza. Un mercado en el que las Julia Roberts se ganan la vida poniendo el cuerpo y la cara para que otras mujeres las copien y las envidien. Incluso llama la atención que sea precisamente Roberts, cuestionada en Gran Bretaña por participar en una publicidad engañosa (Photoshop mediante) para una importante empresa de cosméticos, quien llame a la humanidad femenina a mostrarse tal cual es, a cara lavada. Alguien que está en el centro de una industria que pone por los cielos la imagen de mujeres inalcanzables. Una actriz que se hizo famosa por protagonizar un desatino sexual-sociológico llamado “Mujer bonita”. Una de las chicas perfectas que todas quisimos ser alguna vez aunque fuera muy difícil.
Es verdad que todo el mundo puede cambiar. Es posible que Julia, ahora más grande y con más arrugas, tome consciencia de que la perfección física no es todo.
Pero al resto, a las que sí tenemos celulitis, rollitos, papada, ojeras y no somos ni tan lindas, ni tan delgadas como Julia y a quienes Richard Gere nunca nos dio ni la hora, no nos parece tan mal pintarnos un poco, hacer gimnasia, comer sano o ponernos cremas para mejorar lo que natura nos dio.
Si fuéramos Julia Roberts, también saldríamos a cara lavada. Pero no tuvimos esa suerte.
Seguí a Adriana en Twitter: @lorusso10
por Adriana Lorusso
Galería de imágenes
Comentarios