Friday 29 de March, 2024

POLíTICA | 27-11-2015 18:18

El sentido completo de la palabra cambio

Con el triunfo de Mauricio Macri el 22N se impone una palabra de significados múltiples e, incluso, hasta contradictorios. De la década K a la era Macri.

NOTICIAS es hija de un cambio de ciclo. Nació hace 26 años, el 11 de noviembre de 1989, cuatro meses después de la asunción anticipada del poder por parte de Carlos Menem, quien sucedió a un Raúl Alfonsín (primer presidente civil de la presente era democrática) debilitado por la hiperinflación y su consecuente conflictividad social. El menemismo duró una década y, en ella, esta revista se convirtió en un clásico de la investigación, el compromiso y la independencia periodísticos.

El desgarrador fracaso de la Alianza, la inolvidable retirada de Fernando de la Rúa de la Casa Rosada en diciembre del 2001 y la gestión transitoria de Eduardo Duhalde abrieron paso a otro extenso proceso político, esta vez de 12 años y medio de extensión, también de signo peronista. La relación de NOTICIAS con el kirchnerismo no fue menos tensa que con el menemismo. Y, al igual que en los 90, fue en las páginas de este semanario que se revelaron los primeros casos de corrupción de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, así como se contrastaron sus manipulaciones de "la caja" y "el relato" para diseñar un aceitado artefacto de poder.

Se marcaron, también como en los 90, aspectos positivos: la recuperación económica inicial y la reconstrucción de las estructuras gubernamentales demolidas por el "que se vayan todos" fueron dos de ellos. Así como el menemismo fue un experimento de peronismo liberal, el kirchnerismo, surgido de sus entrañas, fue una especie de menemismo nacional y popular. Uno persiguió a este medio judicialmente, creando un ambiente propicio para hechos deleznables, como el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. Los otros intentaron ahogarla económicamente, mediante el uso discriminatorio de la pauta publicitaria gubernamental, que como contraparte les sirvió para gestar un multimedios oficialista inédito en la historia.

Con el triunfo de Mauricio Macri el 22N se impone una palabra de significados múltiples e, incluso, hasta contradictorios: cambio.

El anhelo generalizado de cambio implica ilusión, autoconfianza, optimismo y entusiasmo ciudadanos. Sin ello nada puede proyectarse hacia el futuro y, mucho menos, un país. Decenas de exponentes de la peor "vieja política" quedaron enterrados por los votos en el último proceso electoral. El recambio generacional refuerza las expectativas. Pese a que se llega a estas instancias sin crisis social, el parate de la economía se hace sentir en amplios sectores de la industria, el agro, el comercio y la población. Pareciera imponerse el deseo de más horizontalidad, es decir, de menos verticalismo en el manejo de la cosa pública.

Claro que en estos años también se extendieron derechos sociales y civiles que deberían mantenerse o reconcebirse con un criterio progresivo, inclusivo y productivo. El miedo a que ellos estén entre los principales objetos del cambio fue tan meneado durante la campaña que condiciona las medidas iniciales que vaya a tomar el nuevo presidente.

Al macrismo le cabe ahora el enorme desafío de sincronizar tres gestiones claves para el desarrollo del país: la nacional, la porteña y la bonaerense. Y combinar esos esfuerzos integrando al resto de las provincias al proceso que se inicia. Promete hacerlo con un estilo eficiente, moderno, dialoguista y de brazos abiertos al mundo.

Ninguna compulsa preelectoral sirve para conocer a fondo al gobernante surgido de ella. Menos aún para predecir el futuro. Indica, sí, los niveles de confianza con que los representantes que vienen asumirán  en lo inmediato sus funciones.

Desde el nacimiento de esta revista, Mauricio Macri, ha sido tema de tapa en distintas circunstancias. Llegó a llamarnos "Malicias". Brindamos por el futuro de los argentinos.  

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