Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 07-12-2015 15:17

Cristina enojada con Macri: "Hasta acá llegó mi amor"

CFK acusó al presidente electo de maltrato. Su versión sobre la conversación telefónica que mantuvieron. Vuelta a Río Gallegos y flores en Olivos.

A pocos días de dejar la presidencia, Cristina Fernández de Kirchner parece más decidida que nunca a mostrar que aún conserva alguna cuota de poder. En una extensa carta que compartió primero en su sitio web, y luego como “catarata de tweets” acusó al presidente electo Mauricio Macri de “maltratarla”.

En la tarde del sábado, un comunicado de Cambiemos daba cuenta de una llamada telefónica entre Macri y Fernández de Kirchner, en la cual el presidente electo le habría “informado” a la Presidenta “el Programa Oficial de los actos del próximo 10 de diciembre”, además de transmitirle su decisión de “respetar la tradición” del traspaso de los atributos presidencial y su intención de que ella participe de la ceremonia en Casa Rosada.

El comunicado ya dejaba entrever que la conversación tal vez no habría sido del todo cordial -algo que suele aclararse- ni tampoco decía nada al respecto del acuerdo (o no) de la Presidenta con su decisión. Y Cristina despejó las dudas. Tras confesarse “sorprendida” por “la exaltada -eufemismos de gritos- verborragia del Presidente electo” (SIC), y con una curiosa aclaración de por medio apuntó contra Macri: “Cuando logré que me dejara hablar -debe parecerles raro, pero quien hablaba del otro lado del tel. parecía otra persona totalmente distinta a la que aparece en los medios e inclusive con la que he tenido algunas charlas-, a tal punto que en un momento tuve que que recordarle que más allá de nuestras investiduras, él era un hombre y yo una mujer, y que no me merecía que me tratara de esa forma”.

Pero la cuestión no terminó ahí. Para Cristina, el presidente electo no sólo “la maltrató” sino que está desconociendo los artículos 91 y 93 de la Constitución, artículos desde los que “por simple comprensión de textos” -según ella- se “exige la presencia de 2 personas: la que entrega el mando y la que lo recibe”. Algo totalmente erróneo, dado que la C.N. en esos artículos sólo habla de la ceremonia de juramento “en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea”. De la figura del presidente saliente, no dice nada. Grosero error para una abogada de su talla.

En la extensa misiva, la Presidenta tampoco ocultó su intención de “hacerlo cuanto antes para poder viajar a Santa Cruz, porque el vuelo regular de Aerolíneas a Río Gallegos sale a las 15 hs.” y “no me va a esperar. Quiero estar en la jura de Alicia Kirchner como Gobernadora, ya que postergó su asunción hasta las 20 hs. para que pudiera asistir”. Una interesante forma comunicar que no usará el Tango 01 para retornar a su provincia, un pedido que -según trascendió- habría hecho y al que Macri no accedió, aunque sí le habría ofrecido volar en cualquiera de los otros aviones que integran la flota.

Cristina afirma enfáticamente que el presidente electo “le gritó”, que le exigió que la espere en Casa Rosada y ella “trató de explicarle” que una vez que él jure como Presidente, ella no lo será más; por eso, ella tendría que entregarle los atributos “en forma simultánea”. La discusión podría prolongarse ad infinitum, pero CFK dejó en claro que no está dispuesta a continuarla: “Hasta acá llegó mi amor”, expresa convencida de tener la razón y el poder de la última palabra.

De las muchas razones que tal vez pueda tener Cristina para “no querer más a Macri” enumera tres: primero, que no es “su acompañante”; segundo, “que el 10/12 no es su fiesta de cumpleaños sino el día que asume como presidente”;  y tercero que no piensa seguir tolerando en silencio “el maltrato personal y público”, que según ella, le viene dispensando Macri desde el día que lo invitó a Olivos para felicitarlo por su triunfo, así como tampoco “las mentiras que se siguen propalando merced a una impunidad mediática nunca antes vista”. Como al inicio de su mandato, en el final, Cristina también culpa a los medios de comunicación de tergiversar los hechos. Ignorando, de alguna manera, el esfuerzo que estaría haciendo para colaborar y aportar institucionalidad a una transición que aparece -a la vista de muchos- tensa y complicada.

Lo que siguió excede los límites de la incorrección política a la que nos tiene acostumbrados.Tras asegurar que “ella sugirió” que el nuevo presidente provisional del Senado tenía que ser Federico Pinedo, por ser un “hombre de diálogo y un caballero”, apuntó contra la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti, remarcando su discapacidad como una “dificultad objetiva de su salud para estar al frente de sesiones maratónicas como las que se suelen llevar a cabo con mucha frecuencia en el parlamento”, y que Pinedo le ayudaría a "superar". 

Como quien no quiere la cosa y ya en el final de su carta arroja un poco de luz sobre lo que podría ser el verdadero motivo de su enojo. Con ingenuidad por demás sobreactuada, CFK recuerda haber escuchado decir a Pinedo que la ceremonia “tenía que ser en la Casa Rosada por una cuestión de generar una imagen de autoridad en el presidente electo”. Independientemente de lo anecdótico que pueda resultar la expresión de Pinedo, lo cierto es que pese a que “la democracia es así, se gana o se pierde por un voto” y aunque “el 49% no lo votó” -como afirma Cristina- el problema parece ser que la Presidenta se resiste a dejar librado al azar cualquier detalle que pudiera enviarla al olvido en un tiempo demasiado corto. “La autoridad, no la imagen, no se logra en una ceremonia de trasmisión de mando y mucho menos gritándole a una mujer por teléfono”, enfatiza CFK.

La puja por el control del peronismo, la transición y los enigmas que deja el gobierno saliente no dan tregua. Pero, según se pudo saber, las flores amarillas que Cristina encargó sembrar en los canteros que rodean el espejo de agua de Olivos “quedaron muy lindas, y en unas semanas más van a lucir aún mejor, cuando florezcan en todo su esplendor”. En su última batalla, con una guerra ya perdida, CFK aún tiene resto para seguir luchando por una cuota de poder como ex mandataria. O al menos, lo intenta.

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por Juliana Álvarez

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