Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 07-01-2016 18:04

Macri, el Presidente Ferpecto

Qué esconde la buena onda mediática con el nuevo Gobierno. Decretos, represión y aplausos. Los casos más vergonzosos en la prensa.

Algún día nos animaremos a contar la historia de este bendito país como se debe. A ver: atentos a los hechos, sin mezquindades ni héroes ni villanos rehechos a medida de los intereses momentáneos.

Tal vez no sea lo más deseable o glamoroso, pero ya nos llegará el cuarto de hora en que descubramos en las células madre de nuestra idiosincrasia cuánto más les debemos a mugrientos filibusteros hispanos, ingleses y hasta franceses o portugueses dispuestos a encontrar oro y repartirse tierras en el culo del mundo, que a un esbelto Santo de la Espada (más bien tirando a retacón y de rasgos aindiados) o a un manso y noble Padre del Aula (tipo jodido, por cierto).

Hemos llamado Patria (o República, lo mismo da) a las ambiciones de poder de una facción sobre la otra. Héroes de un mismo ejército, el fusilado Manuel Dorrego y el despellejado Juan Lavalle siguen siendo, acaso, justificativos ya culturales de una “grieta” que hasta hoy confunde a cientistas sociales ortodoxos y marxistoides posmodernos en la maraña de lo popular, lo nacional y lo democrático. Un siglo y medio no es nada. La Argentina está en pañales. Gatea. Felinamente, digo...

La doble moral nos cruza desde la cuna. El para nada inocente sacerdote del “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” es materia de pícaro cuestionamiento en la mesa familiar. De la boca para afuera, nos disgusta aquel que todo lo encubre con bellas palabras. Pero de última, si quien así piensa es el cura... Hasta el Papa se ocupó de este asunto en su homilía navideña. Francisco habla de la “credibilidad” perdida. Por algo será.

Lejos de la “santidad” romana, o por ahí no tanto si lo vemos con ojos marketineros, la proclamada “revolución de la alegría” rodea de buenas ondas el drama de las inundaciones e, incluso, la poco cinematográfica fuga de los hermanos Lanatta, capos de la efedrina. Dos pésimas noticias que, en términos políticos, le vienen bárbaro al nuevo Gobierno para sintetizar tanto el peso de la “herencia recibida” cuanto la magnitud de las influencias mafiosas. Ambas refuerzan el “acierto” oficial de haber convocado a opositores y gobernadores provinciales de todo signo en base a tres ejes:

• “Pobreza cero” (la mayor catástrofe natural del Litoral en 50 años refuerza la idea de emergencia social).

• “Combate al narcotráfico” (cuyo poder de abrir candados es evidente).

• Y “unidad nacional”, hoy más que nada sostenida por la imagen de un “Presidente Casi Perfecto” que se construye desde un renovado chingui-chingui mediático y se sostiene, “estadísticamente”, por encuestadores que no pegaron una en las dos últimas rondas electorales y eran masacrados cuando sostenían que Cristina Kirchner se iba de la Casa Rosada con una popularidad envidiable para quien fue protagonista central doce años y medio.

La “grieta”, sin embargo, permanece abierta. Le mete pico y pala el clásico doble estándar nacional, estimulado desde tres frentes simultáneos:

• Las nuevas autoridades la renuevan con gestos de mando personalista, aunque ahora en tono pausado, estética supercool y ruedas de prensa.

• Los grandes medios, que vienen estrenando una vehemencia más antiopositora que hiperoficialista.

• Y las redes sociales, donde la política talla fuerte con ejércitos de trols rentados y pensar distinto sigue siendo, acaso más que nunca, un pecado imperdonable.

Así se construye un “post relato” que, por post, no deja de ser relato.Gaby evoca a la mítica y popular Gilda mientras Mauricio bailotea en el balcón, promueve un diálogo por ahora para la foto y decreta y decreta. Antonia es marca registrada de pureza. Juliana inunda de sonrisas la transición de un matriarcado fuerte a un país más normal, mensaje de por sí plagado de mohínes un tanto machistas. Así estamos. ¿Cómo?

Las campanas y Campanella. Pongámonos la mano en el corazón y ensayemos un breve ejercicio, tipo “multiple choice”, para ver si medimos con la misma vara el pasado inmediato y las ebulliciones del presente.

• ¿Qué hubiese pasado si CFK designaba por decreto a dos integrantes de la Corte Suprema, si presentó dos candidatos al Congreso y se la cuestionó por “querer gobernar hasta último momento”?

• ¿Y si hubiera pretendido reformar así la Afsca y la Ley de Medios, cuando echó a Martín Redrado del Banco Central y fue un escándalo de proporciones “institucionales”?

• ¿Qué se decía cuando quien reprimía trabajadores que cortaban autopistas era Sergio Berni?

• ¿Y si modificaba la orgánica de la Oficina Anticorrupción para dejar a otro “soldado K”?

• ¿Y si hacía una lista de jueces federales que deben irse y operaba con un amigo para lograrlo, mientras le llovía una ola de fallos a favor?

• ¿Y si se tomaba vacaciones a poco de asumir y “llegaba tarde” cuatro días a visitar las zonas inundadas? (Daniel Scioli fue defenestrado por irse a Italia a recauchutar su prótesis en medio de la última catástrofe).

• ¿Y si los Lanatta se le escapaban al kirchnerismo?

Nada de esto empaña la actitud diligente de la administración nacional para coordinar la asistencia a los inundados. Tampoco la de la bonaerense, a cargo de María Eugenia Vidal, quien exoneró de inmediato a los jefes del Servicio Penitenciario por el Caso Lanatta. Y muchísimo menos implica una defensa de Martín Sabbatella, quien eligió la soldadeska y no el prestigio, incluso perjudicando con increíble miopía a la editorial que publica esta revista en la adjudicación de dos licencias de TV Digital Abierta. El asunto se tramita en Tribunales, como antes se resolvió a favor de NOTICIAS la politización de los tejemanejes con la pauta publicitaria oficial.

Sólo sucede que se ha puesto tanto énfasis en cuidar las formas cuando debía respetarlas “el otro” (o “la otra”, mejor dicho), que llama la atención el repentino cambio de estándares. Las campanas doblan por ti, pero distintas. Donde decía “desviaciones fascistas” debe leerse “gestos de autoridad”.

Un alto funcionario explica las movidas duras de Macri:

Noticias: ¿Era necesario el costo de los decretos?

Funcionario: Se van a usar los que sean necesarios. Necesitamos garantizar la gestión y generar movimientos. Mauricio debe demostrar que está presente, tiene poder y lo va a ejercer. Por eso no le molesta que lo critiquen por usar decretos. Además, es normal que un presidente que recién asume tenga que tomar algunas medidas rápidas y que para eso recurra a decretos.

Noticias: Pero sobre todo con lo de la Corte debieron dar marcha atrás…

Funcionario: En el caso de la Corte quizás hubo apresuramiento, un paso en falso. Hubo evaluaciones internas, se admitió el problema y se fue corrigiendo. No van a asumir ahora y recién lo harán en febrero luego de que los jueces expongan sus antecedentes y el Congreso votará los pliegos. No nos molestan las críticas por los decretos. La evaluación es que si las cosas empiezan a funcionar, a la gente no le importa cómo se llegó. Pero hay que acompañar con resultados. Si empieza a funcionar la economía y se garantiza la paz social, las críticas van a ir desapareciendo.

Lo que antes era “sustancial para la salud de la República” de repente dejó de importarle a la gente. La conclusión se apoya en encuestas muy fresquitas que le otorgan a Macri Presidente una imagen positiva del 55% (Hugo Haime) al 62% (OPSM), mientras dimensionan el apoyo a su gestión en un 76% (OPSM). También en las conclusiones de reconocidos periodistas, que han redescubierto el elogio como forma de comunicación.

Escribió mi amigo Luis Majul en Twitter: “El Gobierno tiene una lógica que repite: un fuerte principio de autoridad pero fijando reglas claras y previsibles”. El ex funcionario K y hoy columnista multimedia Julio Bárbaro también tuiteó: “Ayer fue la plaza del fanatismo, hoy la plaza de la razón, sólo necesitamos que una crezca para que desaparezca la otra”. Sumó Joaquín Morales Solá desde su columna en La Nación: “La tarde del viernes 18, Mauricio Macri se sintió, por fin, presidente. Comprobó que los argentinos confiaban en él mucho más de lo que él esperaba”. Hacía rato que desde ese lado de la “grieta” no se percibía tan buena vibra con un gobernante deseoso de transmitir firmeza.

El moño del paquete lo anudó Juan José Campanella, desde el ardiente submundo tuitero. El genial cineasta se prendió en la campaña solidaria con los inundados y echó a rodar su mensaje, que difundía una convocatoria de la Fundación Sí: “Gobierno provincial y nacional están ocupándose, pero siempre viene bien una mano más. Fijate si podés”.

No pude contener mi sorpresa y le di RT comentando desde @zuninoticias, mi propia cuenta: “Bien por la solidaridad @juancampanella. Un poco chupamedias pero bien...”. Y Campanella me bloqueó, sin el más mínimo comentario. Se ve que la tolerancia del hombre se reduce a los aplausos.

Redes antisociales. El kirchnerismo fue vanguardia en las malas artes de utilizar las redes sociales para disciplinar el debate público y dar sensación de mayoría desplegando cibermilitantes, en general anónimos, para salir al cruce de las críticas. A través de sus propios trols, desperdigados en las entretelas del Estado, el macrismo hizo propio y perfeccionó el sistema. Suelen ser más iracundos que los K. Más allá de las pasiones, el fenómeno tiene su explicación. Internet es un territorio virtual desde donde los jóvenes cristinistas despliegan ahora su inmadura “resistencia”. Desde allí se movilizaron hacia el Parque Centenario el sábado 19 para escuchar a Axel Kicillof y el domingo 27 a Parque Saavedra, para el “homenaje en vivo” al engendro televisivo “678”, levantado de La TV Pública por el ministro Hernán Lombardi. Suena hasta gracioso que ambos se acusen mutuamente en sus tuits de dictadores, con 32 años de democracia y habiendo surgido ambos movimientos del voto popular.

Pero lo más interesante, hoy, es empezar a ver cómo se articula esa especie de aval acrítico al macrismo, que representa el nuevo poder.

Luis Tonelli dirige la carrera de Ciencia Política de la UBA. “Más allá de un evidente cambio de estilo –dice–, la nueva administración ha encarado dos decisiones relevantes. Pudo cumplir con su promesa de salir sin problemas del cepo al dólar, aunque muchos lo consideraban sumamente riesgoso. La gente le creyó al Presidente y a su equipo económico, brindándole una base sólida para el crecimiento. La otra cuestión es el intento de nombrar por decreto a dos miembros de la Corte. Interpretado desde la vieja cultura política, Macri pretendió transmitir autoridad y terminó retrocediendo. O sea, lo menos recomendable. Pero dado que la cuestión fue ignorada por la opinión pública, quizás hayan prevalecido otros factores y el macrismo se encuentre en plena luna de miel con el poder y los medios. Todo se le perdona. Si hoy lo encuentran metiendo la mano en la lata, la gente va a pensar que está poniendo plata y no sacando”.

La gente cree. La gente piensa. Tonelli nomás la interpreta. ¿Sí?

Sergio Berensztein, otro agudo politólogo más allá de su benevolencia con el nuevo oficialismo, se anima a señalar que “la vocación de diálogo aparece de repente reducida a un mero formalismo al ritmo de decretazos legales pero de cuestionable legitimidad”. Sin embargo, se embelesa con un Macri que “busca apropiarse de los espacios formales con cuidado y prolijidad, y retoma tradiciones como brindar con empleados de la Casa Rosada y periodistas acreditados”. ¿Queríamos preguntar y, ya que estamos, un champancito?

Salvo el periodista Nelson Castro, casi nadie de los grandes medios se atrevió a cuestionar el despido de Sabbatella por decreto. Lo hizo desde su columna dominical en Perfil, que tituló “Comerse al caníbal”. Para Castro, el procedimiento fue malo y, en otras circunstancias, les hubiese dado pasto a las fieras.

En rigor de verdad, la discusión sobre los decretazos M (ampliados en estos días con el freno al Código Procesal Penal) se quedó en los modales. Hubo mensajes de fondo inexplorados.

El aviso y posterior paréntesis con los nombramientos en la Corte fue de mano abierta al Senado, donde manda el peronismo. Y aparte de los aparentemente incuestionables pergaminos profesionales de Horacio Rosatti y Carlos Rozenkrantz, se pasaron por alto el odio manifiesto (y al parecer justificado) del ex ministro de Justicia K con sus viejos patrones políticos y la calidad de abogado del Grupo Clarín por parte del otro (el dato figura en la web page de su estudio).

¿Por qué se desanduvo a medias el primer decreto y no el de Afsca-Sabatella? Un poco porque a Sabbatella no lo quiere ni defiende nadie, empezando por el mismo Grupo Clarín. Y otro poco porque entre quienes menos lo aprecian están los peronistas propiamente dichos que Macri desea como aliados para poder gobernar.

De paso, se levantó el perfil al enemigo ideal. Algo que tantos buenos frutos le dio a Macri, empezando por alcanzar la Presidencia de la Nación como contrapunto elegido por CFK. El citado Berensztein lo define así: “Hay un poder residual en retirada que padece un ajuste dramático. Y otro poder que crece día a día, manda, conduce, se anima a penetrar espacios materiales y simbólicos desconocidos. Ambos poderes se resisten y hasta buscan eliminarse, pero se necesitan y parecen genéticamente conectados. Como cuando Darth Vader le hizo saber a Luke Skywalker que era su padre”.

Salvo por la metáfora starwarsiana y los apurados festejos, coincido con Berensztein. No creo que aquí nadie mate a nadie, ni de mentirita. Prefiero la alegoría freudiana del hijo-padre salvador, que incluso (por ahora) salva y purifica el lugar de la madre. Por primera vez en nuestra historia, una presidenta se fue a plaza llena y llegó a plaza llena el que le sigue. Hay por ahí un montón de pibes K a los que pocos toman en serio, pero equivocados o no están movilizados y gritan: “Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar”. Ya veremos si lo que se está pariendo es un nuevo sistema bipartidista o qué. Dios dirá.

¡Feliz 2016, sin ironía!

*Jefe de Redacción de NOTICIAS.

Seguí a Edi en Twitter: @zuninoticias

También te puede interesar

por Edi Zunino*

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios