Thursday 28 de March, 2024

MUNDO | 01-09-2016 19:42

Cada vez más lejos del hambre cero

El analista político David Rieff asegura que las promesas políticas solucionar el tema de la hambruna son inviables con el modelo actual.

El oprobio del hambre es el último libro de David Rieff (analista político, periodista y crítico cultural estadounidense, hijo de la escritora Susan Sontag), que analiza y pronostica -con cierto pesimismo- sobre los avances de la pobreza y el hambre en el próximo lustro. Con la corporación alimenticia y el mainstream desarrollista en la mira, Rieff concluye que las correcciones al modelo actual y la filantropía de algún millonario (Bill Gates es el ejemplo más notorio), no serán suficientes para evitar la crisis. Un cambio de paradigma donde los estados tome la batuta, es la única esperanza.

Pesimismo

“Yo no escribo para llegar a fines políticos. Lo hago solo para describir el mundo de la manera más exacta y verdadera que puedo. Y no diría que el pesimismo sea la postura que me guía”, advierte Rieff en el principio de la charla con NOTICIAS. “Yo creo que al inicio de mi libro dejo claro que las dos posiciones son viables (Ndr: la de la corrección a tiempo y la una hambruna apocalíptica). Me gustaría estar equivocado. Y no es que sea pesimista, he pasado 20 años en zonas de guerra, yo entiendo lo que es el sufrimiento, no quisiera pronosticar que el futuro sea horrible, pero creo que es más probable el escenario malo que el bueno”, desarrolla Rieff sobre el tono del libro.

“Yo creo que en nuestra época hay una confusión moral entre la esperanza y el optimismo. La esperanza es una categoría moral, yo puedo esperar muchas cosas, pero el optimismo debe estar basado sobre principios empíricos”, sigue. “Desde el punto de vista de la alimentación hemos tenido desde 2007 tres grandes subidas de los precios de los alimentos. La volatilidad de los precios de los alimentos va a ser un factor clave de los próximos años. Creo que eso es más preocupante incluso que el cambio climático. ¿Qué vamos a hacer con la globalización? Hasta el Banco Mundial y el FMI hablan del hecho de que el neoliberalismo no es el éxito que ellos imaginaban hace 10 años. La pregunta es cómo reformar el sistema actual”, apunta el analista.

El modelo

En El Oprobio del Hambre, Rieff versa sobre las tres principales razones para la debacle del modelo actual para enfrentar el problema de la hambruna: el conformismo clasista del modelo actual; el mal diagnóstico; un buen diagnóstico con soluciones teñidas de optimismo. “Entre los primeros dos no hay una distinción esencial, creo que hay un 'oficialismo del desarrollo', hay un consenso entre los donadores de dinero, Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Hay una cruza entre el sector filantrópico y el privado. Entre todos trazan un pensamiento del mainstream en el tema del hambre que lleva a acciones paliativas que de ningún modo cumplirán las promesas de hambre cero que hace la OMS”, enfatiza.

La tendencia a la concentración del negocio agroalimentario es consecuencia de cambios de fondo de la economía mundial en los últimos 6 años, centrados en la duplicación de la demanda global de alimentos. Monsanto intentó en agosto de 2015 comprar la empresa Syngenta, y el acuerdo Dow Chemical/Dupont creó el mayor conglomerado agroquímico del mundo, que produce 17% del total de pesticidas, 41% de las semillas de maíz y 38% de las de soja, con 117.000 empleados y técnicos.

De todos modos, Rieff aclara que cree en las buenas intenciones de ese conglomerado. Solo que sus pronósticos están equivocados. “Yo he tratado de insistir en todo el libro que no creo en conspiraciones, es una de mis grandes diferencias con el movimiento antiglobalización. Y creo en las buenas intenciones del oficialismo. No creo que Bill Gates tenga una agenda oscura, que su filantropía es una manera de cubrir sus verdaderas intenciones. El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, Jeffrey Sachs (Ndr: director del Instituto de la Tierra y asesor de algunos gobiernos de latinoamericanos, como Bolivia, Argentina y Venezuela), creo en su sinceridad. Y no creo tampoco que actúen con culpa por su riqueza. Los ricos de nuestra época como Bill Gates no tienen culpas porque creen que lo merecen”.

Gates es el blanco de muchas de las críticas de Rieff en el libro. “Gates no es un ejemplo, no lo pongo en el foco de la cuestión porque sea un nomre famoso. Gates es una de las dos o tres personas que tienen más poder en el mundo en el tema del hambre. Es el rey del desarrollo, desde una cierta perspectiva. La fundación Gates contribuye al 17% del presupuesto de la OMS en el tema del hambre, es equivalente a un país grande. No es un ejemplo, es lo que es”.

La región

“Ellos creen que este sistema actual, con correcciones pero no transformaciones absolutas, es viable. Pero a mí, lo peor me parece más probable. Las dos grandes escuelas del desarrollo no siguen un camino que va a dejarnos en un buen lugar”, refuerza Rieff. Y los problemas en el horizonte son muchos. “La migración es un problema y un desafío muy importante, pero no es un peligro existencial para el mundo. Pero el cambio climático, si llega hasta hasta unos tres o cuatro grados más de temperatura, sí sería una catástrofe”. Y el viraje neoliberal de la región podría acelerar la crisis. “El neoliberalismo ortodoxo no es sustentable para el problema de la pobreza. Por otro lado, en México hay un gobierno muy liberal, y el problema de la pobreza es para ellos casi insolucionable con ese paradigma, pero desde el punto de vista de la alimentación, el programa Oportunidades ha tenido mucho éxito. Es que es mucho más fácil combatir contra el hambre que luchar contra la pobreza”, sintetiza Rieff haciendo un repaso por el presente de Latinoamérica.

El cambio

Una tercera parte del maíz que se produce hoy en el mundo se destina a la producción de Etanol. Prescindir de ese combustible -reemplazándolo por otra fuente de energía- sería una solución inmediata para el problema del hambre. Estados Unidos es el mayor productor mundial de etanol, con 4,86 mil millones de galones líquidos, seguido por Brasil con una producción de 4,49 mil millones de galones. Entre ambos, destlilan el 88% del etanol utilizado como combustible en el mundo. “Todos aceptan que el etanol fue un error, los gobiernos que han aceptado el etanol, están desactivando esa línea”, apunta Rieff (Ndr: contrariamente, en Argentina este año se incrementó la producción).

Otros cambios, culturales, son más difíciles. “Parte del problema del hambre está en la dieta que llevamos. Pero esos cambios son difíciles, porque forman parte de una cultura arraigada. Cuando la FAO salió con un paper diciendo que deberíamos comer menos carne y más insectos, racionalmente creo que tengan razón, pero no somos del todo racionales”, advierte. “Y tampoco veo al gobierno Chino tratando de frenar el consumo”, desconfía Rieff: en junio, el gobierno chino esbozó un plan para reducir el consumo de carne de sus ciudadanos un 50%. Se trata de un giro estratégico para combatir el calentamiento y el hambre (Rieff explica que en oposición a la imágen del hambre africano, es la región norte de China la que tiene las tasas más altas de hambruna).

En sus nuevas directrices dietéticas, el Ministerio de Salud chino recomienda que los más de 1.300 millones de su población consuman entre 40 y 75 gramos de carne al día. Con estas pautas, Pekín quiere mejorar la salud pública, pero también reducir de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo cierto es que en una década, China ha duplicado su consumo de carne, y para la producción de un kilo de carne se usan, se usan cuatro de maíz. Un potencial cambio en la dieta del pueblo chino derivaría de todos modos en un incremento en el consumo de maíz: el cálculo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) es que 70% del alza de las importaciones mundiales de soja y 40% del incremento global de maíz corresponderá a China en los próximos 10/20 años. Para entonces, se convertiría en la principal importadora mundial de maíz –como ya lo es de la soja-, tras dejar atrás a México y Corea del Sur. Pasaría de importar 7 millones de toneladas de maíz en 2014 a 22 millones en 2023.

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios