Thursday 28 de March, 2024

OPINIóN | 30-09-2016 00:13

Inflación televisiva

La devaluación llegó a la televisión, la que se aferra a figuras que alguna vez fueron importantes y que hoy tienen el valor del billete de cinco pesos.

Los argentinos sabemos que la inflación aumenta el precio de las cosas en la proporción en que se deprecian. Llevamos tantos años pagando chucherías con el billete de máxima denominación que tomamos con naturalidad que la devaluación haya llegado a la televisión abierta, aferrada a figuras que alguna vez fueron importantes y que hoy tienen el valor del billete de cinco pesos.

En la televisión, como en la vida, la devaluación feroz de los últimos años dejó las cosas trastocadas. Por eso festeja ocho puntos de rating tanto como antes lamentaba si bajaban de catorce. Las ficciones se cotizan con una audiencia en descuento, lejos de los millones con que supo contarla en sus mejores tiempos. Hoy buscamos en productos televisivos importados la calidad que se deshilacha en los de confección nacional. Presa del cepo de formato que se impone a sí misma, la TV local se convenció de que el panelismo es moneda convertible al periodismo, y reemplaza sin escrúpulos reportajes de investigación con opiniones de ocasión. Con el bolsillo achicado, cartonea con imágenes de archivo que pretende amenizar con comentarios que no importan ni siquiera al resto de ignotos personajes del panel.

En esta devaluación generalizada, los televidentes reservamos nuestra atención para espacios que respeten el valor de ese capital, y que nos devuelvan esa inversión de tiempo con entretenimiento de interés. Con ese afán con que preservamos ahorros en moneda extranjera, atesoramos capítulos de series foráneas, como para no malgastar los escasos momentos de ocio en una televisión local que viene perdiendo irremediablemente sus pesos fuertes.

por Adriana Amado*

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