Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 26-10-2016 00:07

Qué dicen los encuestados sobre Juliana Awada

Los estudios cualitativos del consultor Durán Barba y de Management & Fit revelan cómo es percibida la primera dama entre los votantes del PRO y los críticos.

En marzo pasado, NOTICIAS le dedicó su tapa a Awada con un título que a ella la irritó: “El regreso de la mujer decorativa”. La primera dama por entonces había dejado su trabajo en la empresa textil familiar para acompañar a Macri y estaba abocada fulltime a las refacciones en la Quinta de Olivos y el cuidado de sus hijas Antonia y Valentina. Era una madre y esposa abnegada sin nada de tiempo para lucirse ante las cámaras. Una vocera de la primera dama llamó desafiante a esta revista para quejarse por lo de “decorativa”. “No saben cómo le pifiaron... Ya van a ver”, dijo como quien saborea una venganza por anticipado.

Hubo que esperar un buen tiempo, sin embargo, para que algo de lo anunciado empezara a verse. A fines de abril, cinco largos meses después de llegar al poder, Awada hizo su primera incursión en la Argentina profunda con un viaje a una localidad de Santiago del Estero junto a su compañera de ruta para esas tareas, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley. Desde entonces, las paradas de ese “real people tour” se fueron multiplicando, siempre con promesas de ayuda social y fotos con vestimentas folclóloricas chic y los ponchos que están de moda. Por ahora, sólo un maquillaje de la pobreza.

Durán Barba, el cerebro del marketing PRO, continúa explicando lo que saca en limpio de sus focus groups o encuestas cualitativas: “Juliana no irradia una imagen de soberbia como otras mujeres de políticos, todo lo contrario. Sencillez, candidez, esos son los atributos que los encuestados le ven. Y algo más: Juliana transmite una imagen familiar muy fuerte. Todo el tema de ella y la hija, Antonia, está muy presente en las encuestas”.

NOTICIAS: Casi como un ama de casa.

Durán Barba: La gente la ve sólo como esposa y eso da mucha tranquilidad. Toda esa idea instalada con los Kirchner de que la política estaba para agredir, no para servir, se fue disipando. Eso de que las esposas terminan siendo candidatas... Es algo que con Rabolini y Malena Galmarini estaba presente, pero con Juliana no. Y eso es bueno.

Un estudio cualitativo de la consultora Management & Fit también llegó a manos del Gobierno antes de tomar la decisión de lanzar al ruedo a Awada. Entre los encuestados considerados afines al macrismo se repetían las siguientes percepciones: “Juliana es hermosa, y es la encargada de darle paz al Presidente”; “después de que Macri se casó con Awada todos quieren copiarlo y casarse con mujeres lindas, pero ya no es lo mismo”; “el cambio con este Gobierno es notable: Juliana conversando con Michelle y Obama no es lo mismo que si hubieran tenido que juntarse con los hijos de Cristina, ella sí nos da imagen de país serio”; “es muy dulce, creo que lo hace a Macri mejor persona”.

Fuera de esa hinchada propia, los encuestados que se consideran críticos del Gobierno en cambio emitieron opiniones como estas: “Pertenece al mismo mundo que él, de tal palo, tal astilla”; “es empresaria, está acusada de trabajo esclavo y esas cosas: más de lo mismo”; “no le creo nada”.

En el Gobierno se consuelan con que los encuestados que repudian todo lo que tenga que ver con Macri por ahora no superan el 30 por ciento. Igual no es poco.

por Franco Lindner

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