Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 28-10-2016 00:02

La caída en cadena de los "aguantaderos K"

Las propiedades de integrantes del anterior gobierno están en problemas: el Madero Center con serias fallas edilicias, el hotel de CFK cerrado y las propiedaders de Báez y José López asaltadas.

Como en “La caída de la Casa Usher”, de Edgar Allan Poe, las propiedades emblemáticas de la era K comenzaron a sufrir la debacle del despoder. Atrás quedaron aquellos años de negocios exitosos a costa con la teta del Estado como motor financiero para adquirir inmuebles en todos los rincones.

Uno de los ejemplos más recientes es el del Madero Center, donde tienen propiedades Cristina Kirchner, Cristóbal López y el ex banquero preferido de los K, Jorge Brito. Allí además vivieron Amado Boudou y funcionó la financiera SGI, conocida como “La Rosadita”. Luego de pasar años en el centro de la escena política, el Madero Center entró en una decadencia irrecuperable. Un peritaje a pedido de los propietarios detectó que hay fisuras, filtraciones y problemas edilicios irrecuperables. El informe encontró que el edificio emblema de la corrupción K tiene problemas estructurales: se mueve y los arquitectos entraron en pánico. En el complejo, CFK tiene un departamento de vivienda y dos oficinas, las cuales le alquila el empresario del juego Cristóbal López. A su vez, López tiene un departamento propio, que habita cuando está en Buenos Aires, y además tres departamentos más en la torre Trinidad a nombre de CPC SA, la constructora del grupo Indalo.

Psicosis valijera. Tras los obscenos episodios del hijo de Lázaro Báez contando millones de dólares en “La Rosadita” y los bolsos con fajos de billetes de José López en el convento de General Rodríguez, se desató una fiebre por el dinero pocas veces vista. En la estancia “Ana”, de Lázaro Báez, un grupo de ladrones apareció una noche con pico y pala para buscar dinero escondido. Ataron al capataz y destrozaron todas las paredes de la casa. A ese episodio se le suma el secuestro del ex secretario de Kirchner, Roberto Sosa. Sus captores, dos militantes K, estaban convencidos que Sosa tenía dinero de la corrupción escondido y querían robárselo. En Tigre, luego de la detención de José López, un vecino aprovechó que la casa quedó sin custodia y una noche entró a robar. Se llevó un televisór y una guitarra eléctrica. En los episodios anteriores, los ladrones no pudieron conseguir nada.

Cierre. Cristina Kirchner tampoco es ajena la mala racha inmobiliaria. Esta temporada no abrirá Los Sauces, el hotel que funciona detrás de su casa en el Calafate. Durante su etapa como presidenta, este emprendimiento era alquilado por la familia Relats, dueña del Hotel Panamericano, por 10 millones de pesos. Tras dejar el poder, dejaron de alquilárselo. Una incómoda coincidencia.

En el cuento de Poe, la casa se termina derrumbando. Ojalá en estos casos no haya tragedias.

por Rodis Recalt

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