Cuando se trata de teatro, a los funcionarios y gerentes se les hincha el pecho en afirmaciones acerca de su importancia para la cultura nacional. Será porque el teatro da prestigio y grandes fotos, en las grandes salas o en los sótanos, con su brillo simbólico que nadie quiere perder. Sin embargo, a la hora de las verdades contantes y sonantes, el temor a correr riesgos suele imponerse sobre las buenas intenciones. Y no sólo para hacer teatro sino para dedicarle un ciclo nada menos que en la tevé abierta, donde los riesgos son minimizados a reglamento. Es justamente la televisión pú- blica la que debe saldar esas cuentas para ofrecer al público el espectáculo de una actividad sin red que apasiona al mundo desde hace más de dos mil años. “El país en escena” no es ni será un programa exitoso, según los números del rating. En su franja, queda último frente a los concursos de baile y las plagas de Egipto. Pero encierra otro tipo de “éxito”, no cuantificable pero sí vivo, que es el de mostrar la actividad teatral en todo nuestro territorio. En cada episodio, se explora la escena emergente teatral, desde el noroeste hasta la Patagonia, con sus hábitos y tradiciones características, a través del testimonio de sus actores, directores y dramaturgos. Los conductores son la actriz Gabriela Toscano y el director Carlos Rivas, una pareja en el trabajo y la vida, quienes por separado entrevistan a representantes locales de la escena. La charla es relajada porque tiene el tono de la conversación entre pares, con un interés genuino ante ese otro no famoso que a partir de condiciones distintas, explora el mismo oficio. La edición agrega fragmentos de las obras o de los ensayos, y los videographs suman información básica. La disyuntiva es hasta dónde explicar porque se trata de nombres desconocidos para el espectador corriente. Pero la apuesta no pasa solamente por la presentación de nuevas caras sino para conocer cómo piensan y abordan lo que hacen, y cómo funciona esa interrelación en cada medio. Porque el centro del programa es el teatro y su convocatoria festiva y comunitaria, y no el personaje recortado del entorno. En total, serán once capítulos realizados en Jujuy (capital y Tilcara), Santa Fe (el festival de Rafaela y Rosario), Córdoba, Tucumán, Mendoza, NEA (Chaco, Corrientes Misiones), el norte patagónico (Neuquén y Río Negro), la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, además de un cierre final con el balance de todo lo vivido por los conductores y el equipo que los acompañó en este recorrido federal. En cada rincón donde se grabó el programa habrá mucha gente esperando verse, feliz de esta oportunidad. También las salas del off porteño, tan cerca y tan lejos, tendrán su momento televisivo. El teatro no necesita pantallas pero sí difusión: “El país en escena” es una manera de llevar a cabo ese apoyo y hacer justicia a la cultura de los pueblos.
por Leni González
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