Thursday 28 de March, 2024

MúSICA | 02-03-2017 14:55

Pablo Ziegler: Vanguardia de concierto

El pianista argentino, de visita en su país, volvió a lucirse con su cuarteto al frente de grandes solistas.

★★★★ Por razones tecnológicas, económicas o meramente culturales, el siglo XX fue explosivo para la música; seguramente como lo fue para otras áreas de las artes, el entretenimiento y la ciencia. Entregó e hizo madurar a nuevos géneros, nuevos instrumentos, nuevas miradas sobre el pasado; y mostró un exponencial del consumo, lo que permitió alcanzar a muy amplios sectores de la población que antes no tenían esa posibilidad. Pero más que por todo eso, que de por sí es significativo, el siglo pasado se caracterizó por entronizar a las vanguardias, por saludar con alegría cada innovación, por festejar el atrevimiento y la osadía –aún la más disparatada– por sobre las tradiciones y el conservadurismo. Ya en las últimas décadas de los ‘90, ese espíritu empezó a cambiar. Los pensadores bautizaron como posmodernidad al cambio de paradigma y el amor por el cambio constante empezó a ser cosa del pasado.

La consecuencia de ese proceso en los artistas que, por su edad, pudieron atravesar ambos períodos, fue que se transformaron saludablemente en clásicos que ya no asustan a nadie con sus trabajos y que, por el contrario, pueden dar muy buena cuenta, con elegancia, con solidez, con argumentos, de un pasado reciente sin dudas muy valioso.

El pianista Pablo Ziegler tenía un pasado más ligado a la formación clásica y al jazz cuando se cruzó con Ástor Piazzolla en 1978. Y es indudable que aquella cercanía que se extendió prácticamente hasta la muerte del bandoneonista, dejó su huella. Ya sin Piazzolla en este mundo hizo su camino, intentando su propio lenguaje desde el tango y sus alrededores aunque sin renegar jamás de su ligazón a un nombre que con los años no ha hecho más que engrandecerse.

Hace tiempo que Ziegler ha decidido vivir en Nueva York, desde donde construyó una importante carrera mundial de discos, conciertos de cámara, participaciones junto a orquestas sinfónicas y creaciones por encargo para los organismos más diversos. Y entonces, cuando llega a su Buenos Aires querido lo hace como una figura internacional; como un vanguardista que se ha transformado en clásico.

En este caso compartió un par de fechas con tres grandes músicos de nuestro país: el bandoneonista Walther Castro, el contrabajista Horacio “Mono” Hurtado y el guitarrista Armando de la Vega. Lo que ofreció en la intimista sala de cámara de la Usina del Arte fueron dos conciertos en los que convivieron algunos temas de Piazzolla muy bien releídos a su modo –“Introducción al ángel”, “Michelangelo 70” en brillante versión, “Fuga y misterio” y “Libertango”– con mucho material de su propia pluma. En sus piezas, la mayoría incluida en su álbum “Buenos Aires Report” de 2007, confluyen, como en todo lo que hace, la marca de su maestro-director con ciertos toques de los primeros años del tango porteño. Hizo músicas que escribió para cine y TV –“Pájaro ángel” y “La conexión porteña”–, una balada –“Muchacha de Boedo”–, un blues –“Blues porteño”– y algunas  milongas –“One again milonga”, “La rayuela”, “Milonga del adiós”– que parece ser el género que atraviesa de cierto modo todo lo que hace.

por Ricardo Salton

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