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SHOWBIZ | 31-03-2017 16:36

Fenómeno Lollapalooza: el marketing le ganó al rock

Los festivales con marca propia se imponen como entretenimiento, más allá de la música. La oferta culinaria y la onda verde los convirtieron en una experiencia más hipster que rockera.

Una experiencia al aire libre que excede lo meramente musical y ofrece un sinfín de actividades para pasar todo el día en familia escuchando a las mejores bandas y disfrutando de talleres, actividades grupales y platos gourmet en un espacio cómodo y seguro.

Así se presenta Lollapalooza, el festival internacional que llevará adelante su cuarta edición argentina el 31 de marzo y el primero de abril en el Hipódromo de San Isidro y que espera reunir cerca de 200.000 personas con Metallica y The Strokes en su grilla.

Chiflados del rock

Todo comenzó en 1990, cuando Perry Farrell ideó una gran concierto para su banda grunge, Jane’s Addiction, y otros amigos. El nombre del encuentro surgió de un modo insólito, viendo un viejo episodio de “Los Tres Chiflados”, en donde los cómicos mencionaron el término para hacer referencia a algo inusual e inesperado.

El show se volvió una gira y esa gira se hizo itinerante y muy popular. Durante siete años, el Lollapalooza recorrió Estados Unidos y Canadá con un puñado de bandas que se corrían del mainstream del rock y el pop. Al grunge de Jane’s Addiction se sumó el rap y el punk, sumando a conjuntos como Red Hot Chili Peppers, Metallica, Pearl Jam, Soundgarden, Tool, Rage Against the Machine e incluso Ramones.

Luego, Farrell se aburrió del proyecto y le vendió la marca y parte de la operativa a la agencia William Morris, que no supo manejar eventos de esta envergadura y lo cerró en 1998.

Cuando Farrel regresó con su banda en 2003, reactivó el festival y le impuso como lugar fijo el Grant Park de Chicago. En 2010 –de la mano de C3, la empresa estadounidense que es también dueña de la marca– probó suerte con una edición internacional especial en Chile. El suceso fue tal, que se comenzó a exportar como formato, visitando diferentes capitales de todo el mundo y tocando territorio argentino por primera vez en 2014.

Ese debut, de la mano de Nine Inch Nails, Red Hot Chili Peppers y Arcade Fire, mostró que el público local aceptaba ese tipo de propuestas y volvieron cada año. En 2017 habrá seis ediciones del Lollapalooza: San Pablo, Santiago de Chile, París, Chicago, Berlín y Buenos Aires

Multigénero

"Uno ya sabe que al “Lolla” vienen músicos que están en su pico de popularidad, como Jack Ü o Twenty One Pilots el año pasado, o ahora The Weeknd o Mø, que la están rompiendo”, le explica a NOTICIAS Emilio Zavaley, de la revista Rolling Stone.

Pero Lollapalooza no se trata sólo de música, sino que lo que se ofrece es una experiencia de dos días al aire libre en la que, junto con medio centenar de artistas tocando habrá espacios gastronómicos, un área con talleres y actividades para niños y un programa de reciclaje y conciencia ecológica llamado “Espíritu verde”.

Para Marianela Insua Escalante, codirectora del sitio web Soy Rock, se trata de un bienvenido aggiornamento y modernización: “No son sólo los jóvenes quienes hoy escuchan rock. En cualquier concierto hoy ves a madres, padres, abuelos… por eso resulta importante que ya no sean espacios hacinados, oscuros, llenos de barros, con venta de alcohol y pocos baños. Cuando uno va al Lollapalooza, por ejemplo, hay espacios para niños que te dan la tranquilidad de que toda la familia la puede pasar bien”.

Héroes del marketing

Una mejor y más amplia oferta significa, por supuesto, entradas con precios más elevados. Hoy un ticket para los dos días se consigue por 2.750 o 1.750 pesos por una sola jornada, aunque había precios más económicos si se compraban con anticipación. De hecho, el Lollapalooza impuso en el país una modalidad muy popular en los Estados Unidos llamada “early bird”, por la que uno puede comprar por tiempo limitado sus entradas al show muchos meses antes y sin conocer a ninguno de los artistas que va a tocar.

En este caso, el 3 de agosto se pusieron a la venta 50.000 tickets por 990 pesos, que se agotaron en menos de dos horas. “Se trata de la muestra más cabal de que existe una estrategia de marketing muy bien desarrollada que genera que el público sienta que uno tiene que estar ahí, más allá de quién toque. Los ‘early bird’ funcionaron bárbaro porque demostraron que podés cortar tickets sólo con la marca Lolla, algo totalmente impensado fuera de este fenómeno.

La edición pasada convocó a 170.000 personas y se espera que ahora esta cifra se supere y ronde las 200.000, ya que se sumó una banda como Metallica, que tiene su propio público y que sin problemas podría convocar a 30 o 40 mil fans por sí sola. Es una incógnita cómo será la mezcla de ese público con el hábitat del festival, pero nadie espera sobresaltos.

Del pogo al relax

El buen clima del público y el espacio amplio para evitar incomodidad fueron en los últimos tres años factores fundamentales para que no se produjeran incidentes y todo transcurriera en paz.

Esa misma tranquilidad es la que viven los músicos tanto arriba como abajo del escenario, ya que una de las premisas sobre las que Farrell insistió desde sus comienzos es ofrecerles a los artistas un clima de profesionalismo y reglas claras, luego de haber vivido él mismo en carne propia los abusos y la avaricia de ciertos organizadores. Esto propicia que los shows sean más relajados, en ocasiones con listas de canciones que no son las de sus grandes éxitos y un contacto más fluido con el público.

En muchos casos, además, algunos de los nombres realizan “side shows”, es decir, conciertos propios antes de las fechas del festival para ir “calentando” el ambiente. En este caso, serán entre el 28 y 30 de marzo en los teatros Flores y Vorterix y en los locales Niceto y Roxy Live.

Mientras los más ortodoxos se preguntarán si puede ser rockero un festival “green” con hamburguesas de soja y choripanes veganos o, yendo a un ámbito más profundo, si puede ser rockero un festival cuyo nombre es más convocante que el de cualquiera de sus artistas, la verdadera pregunta es si aún existe esa entidad llamada “rock” y si tiene una caracterización única.

por Tomás Balmaceda

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