Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 13-04-2017 00:00

Como Menem en los 90, Macri ya tiene su propia Causa Armas

Que hay detrás de la denuncia de la supuesta compra por U$S 2.000 millones. El factor Lousteau y la bronca del Gobierno.

Si Francis Ford Coppola u Oliver Stone leyeran este guión les brillarían los ojos. La espectacular sinopsis involucra a todos estos cinematográficos personajes y elementos: una multimillonaria compra de armas suficientes para una guerra mundial, un reconocido embajador y varios políticos de primera línea involucrados y denunciados penalmente, una ex presidenta que lanza filosas acusaciones en las redes sociales, y la misteriosa relación entre un país económicamente devastado y la sombra de la mano negra del Imperio más grande del mundo. Ningún director del cine bélico podría resistirse. La supuesta intención de una adquisición masiva de armamento por parte de la Argentina a Estados Unidos fue el culebrón político de la semana y sus coletazos quizá perduren durante mucho tiempo. La oposición, incluyendo a Cristina Kirchner, montó un escándalo con el tema, y en el Gobierno arden de bronca con lo que consideran una “opereta política”. La historia es increíble.

La polémica tomó forma en el programa dominical de Roberto Navarro, el periodista ultrakirchnerista que conduce en C5N. Allí su equipo reveló la supuesta intención de compra y reveló unos documentos firmados por el embajador argentino en Estados Unidos, el prometedor Martín Lousteau. La lista es francamente escalofriante: casi cuarenta poderosos helicópteros de ataque, 182 tanquetas de guerra, 80 lanzamisiles, 400 jeeps, 24 aviones de entrenamiento y hasta un cazabombardero, entre otras cosas. La carta, firmada por Lousteau y dirigida al “honorable” Pete Visclosky –congresista republicano, miembro del Subcomité de Defensa que maneja la venta de armas estadounidenses–, se basa en la necesidad de “la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado”. El precio que calculó Navarro es de alrededor de 2.000 millones de dólares. El Gobierno lo niega rotundamente.

Fuego cruzado

“Es una estupidez. Lo que se buscaba era que Estados Unidos done equipamiento militar viejo y en desuso: es una práctica que suele hacer ese país con el resto de las naciones con las que hay un entendimiento común. Está claro que el monto de los 2.000 millones de dólares es una fantasía. No sólo no figura en el presupuesto que votó el Congreso a fines del año pasado, sino que este armamento lo vende Estados Unidos a un precio nominal, muchísimo menor”, explica el diputado del PRO Eduardo Amadeo, uno de los políticos salpicados por el escándalo. El ex embajador en Estados Unidos durante el duhaldismo tuvo un rol clave en la historia: es el que, dos meses después de la visita en marzo del 2016 del ex presidente Barack Obama a Argentina –donde se comenzó a negociar la adquisición de las armas–, fue al Congreso yanqui, junto al diputado Luciano Laspina, a reunirse con miembros de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y de la Comisión de Defensa. La misión, tanto de ellos como de Lousteau, era supuestamente conseguir equipamiento para reforzar la frontera norte del país, para equipar a los cuerpos de paz que tiene la Argentina en Haití e incluso poder enviar misiones de paz a otros países.

También se filtró un intercambio de mails entre él y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Patricia: lo del Ministerio de Defensa está avanzando rápido, pero no veo nada para vos. Sería bueno que lo llames a Lousteau para que lo muevan (obviamente sin mencionarme)”, dice el mensaje. La respuesta de Bullrich es mucho más corta: “¡A Defensa le dan y a nosotros nada!”, se queja la funcionaria. Amadeo, que denuncia que el mail fue hackeado, le asegura a NOTICIAS que el robo se dio en la famosa operación en la que a Bullrich le hurtaron la cuenta de Twitter. Además, tanto el diputado como el Ministerio de Defensa que hoy dirige el radical Julio Martínez hacen hincapié en lo que para ellos representa el punto máximo de “ridiculez” de la denuncia: que bajo el gobierno de Cristina Kirchner se habían hecho cálculos “similares” a los actuales, de un monto aproximado de 8.000 millones de dólares para reemplazar materiales bélicos. El macrismo también apunta contra el ex ministro de Defensa K, Agustín Rossi, y dice que él en el 2015 “solicitó a Estados Unidos precio y disponibilidad de aviones F-16”. “Busqué presupuestos en cinco países distintos, y además dejé asentado que la mejor opción era Israel. Es mentira lo de los 8.000 millones de dólares. Lo importante acá es saber por qué esta intención de compra no la llevaron adelante las Fuerzas Armadas, como se hace siempre”, le explica Rossi a NOTICIAS y asegura que él, en sus siete años como diputado, jamás vio a un colega negociando la adquisición de armamento.

Una fuente, ex miembro del Ejército, ex funcionario público y con presencia en el área, avala la lectura del macrismo. “Lo único que se compró hasta ahora fueron 12 aviones de entrenamiento Texan T-6, que no son ametrallados y sólo sirven para mantener la capacidad operativa de los pilotos. Pensar que la Argentina podría comprar tanto material bélico es un disparate: no tenemos pilotos para muchas de esas naves ni presupuesto. Lo que se hizo fue una carta de intención, no iba a ser una compra. ¡Con que nos regalen un 20 por ciento de lo que se pidió estaríamos mejor que nunca!”, asegura el ex militar.

El kirchnerismo dice no aceptar ninguna de todas las explicaciones, y hasta Cristina se mostró “asombrada” por el tema en las redes sociales. Un grupo de diputados K denunció penalmente al Presidente, al jefe de Gabinete, a la canciller Susana Malcorra, al ministro de Defensa y al embajador de Estados Unidos. El final de la película es desconocido.

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