Friday 29 de March, 2024

SOCIEDAD | 01-05-2017 02:13

Pablo García: “No puedo no pensar en ir a la cárcel”

El hijo del periodista Eduardo Aliverti habla en exclusiva, tras la condena por matar a un ciclista en la Panamericana.

Pablo García (35), el hijo del periodista Eduardo Aliverti, está lejos de arrepentirse. Condenado a cuatro años de prisión por la muerte de Reinaldo Rodas, cree que el fallo se debe a la presión que ejercieron los medios y que esto condicionó la sentencia que dictaron los magistrados del Tribunal en lo Criminal N° 6 de San Isidro. “Los jueces trabajaron presionados por la opinión pública, se nota en el fallo”, aduce el hijo del locutor Eduardo Aliverti. Tras mucho tiempo de guardar silencio por decisión propia, García accedió a hablar con NOTICIAS ya que “una cosa es respetar en silencio el dolor ajeno y otra distinta soportar mentiras”.

La vida de García, locutor igual que su padre, cambió la madrugada del 17 de febrero del 2013. Mientras conducía su Peugeot 504 por la Panamericana, atropelló y mató a Reinaldo Rodas, un vigilador privado del country Mapuche, quien se dirigía en bicicleta a su trabajo, por el segundo carril de la autopista, sin luces ni elementos refractarios. Tras ser arrollado, el cuerpo del ciclista ingresó por el parabrisas y quedó entre el asiento del acompañante y encima de García, y en esa posición él manejó 17 kilómetros hasta el peaje a la altura de Tortuguitas. Con el muerto a su lado. Esa escena generó un gran impacto social. Además, la Justicia determinó que Aliverti manejaba borracho, con 1,45 g/L de alcohol en sangre. Este punto es clave: él niega haber bebido de más –“sólo tomé dos chopps de cerveza”–, y aduce que “cualquiera podría haber tenido ese accidente”. Gran parte de la defensa se basó en demostrar que el análisis que determinó la ebriedad de García estaba mal hecho, “con una pipeta no calibrada”, entre otras cosas. Finalmente, el proceso judicial lo encontró ahora, cuatro años después, responsable de “homicidio culposo agravado”.

Noticias: ¿Qué recuerda del momento del choque?

Pablo García: De algunas cosas me acuerdo y otras no.

Noticias: ¿Y cómo ve a la distancia el hecho de haber trasladado el cuerpo de Rodas por 17 kilómetros?

García: Lo que pensé cuando pasó el choque y quedó el cuerpo dentro del auto fue en ir a buscar ayuda. Entiendo que lo sorprendente y la espectacularidad puede venir por el hecho de los 17 kilómetros y se habla mucho de la lógica. “Lo lógico hubiera sido que...”. Pero hablame de lógica cuando te entra un cuerpo al auto cuando no te lo esperás, te estalla en la cara el parabrisas y recibís un golpe (hace el gesto) en el pecho. No entiendo cómo pueden hablar de lógica sin haber pasado un momento como ese. Yo seguí en búsqueda de ayuda. Además, una parte del cuerpo de Reinaldo quedó sobre el mío y no podía agarrar el celular que llevaba en el bolsillo.

Noticias: ¿Cómo vivió el fallo?

García: Obviamente tengo sufrimiento. Pero acá se perdió una vida. Creo que es antipático que yo salga a decir cómo me siento, entiendo el dolor de una familia que perdió a un integrante. Con el fallo estamos totalmente disconformes. Creemos que había pruebas suficientes para dictar la absolución.

En el medio. García asegura que no volvió a conducir un auto desde aquel día de febrero del 2013. “Eso que dicen que pagué una multa es todo mentira”, se defiende. Jura que ni siquiera disfruta el hecho de subirse al auto: “La paso mal cada vez que tengo que andar o ir a algún lado”. Evita los viajes largos. El locutor insiste en su inocencia y asegura que alguna de las instancias de apelación le dará la razón (dice que había ido a escuchar el fallo esperando “una absolución”). Ahora espera encontrarse con “jueces menos permeables a la opinión

Noticias: ¿Iba alcoholizado cuando ocurrió el choque?

García: No. Reconocí que había tomado dos (cervezas) Coronas, nada más. Y muchas horas antes de subirme al auto.

Noticias: Sin embargo, el control de alcoholemia en el que la Justicia se basó para condenarlo marcó 1,45 g/L, casi el triple de lo permitido.

García: Nunca se pudo acreditar que yo estuviera alcoholizado. Y no lo estaba.

Noticias: La sentencia dice otra cosa.

García: Pero eso es algo que aún tiene que resolver la Justicia porque es un proceso que está cargado de irregularidades. La pipeta estaba descalibrada y consta en la causa que se calibró dos meses después del accidente. Además, la contraprueba que presentan se corresponde con otro dispositivo. Me hicieron el control en el Hospital, donde hay vapor de alcohol y después de que realizaran curaciones en la cara, justamente, con alcohol. Y además, la prueba se hizo mientras yo tenía el celular, lo cual puede alterar el resultado. Los peritos dicen que si yo hubiera manejado con el dosaje que la fiscal dice, no hubiera ni podido manejar. Ni hubiera atinado a embocar el auto en la garita de peaje, pero bueno, espero que los próximos jueces que lleven la causa fallen de acuerdo con las pruebas y no para los medios.

Noticias: ¿De dónde venía? Usted nunca lo dijo, pero había una versión que venía de una fiesta.

García: (Largo silencio).

Noticias: ¿No puede hablar de eso?

García: No.

Noticias: ¿Usted sostiene que el veredicto de los jueces fue influenciado por los medios de comunicación?

García: El problema fue que primero hubo un juicio mediático que me condenó y después estuvo el juicio del poder judicial, que lo siguió. Considero que los jueces no se animaron a hacer lo que dictaba el derecho estricto por las consecuencias mediáticas que avizoraban. Es entendible desde el punto de vista personal y humano, pero no desde el punto de vista profesional y de la tarea que tienen que cumplir ellos. Una cosa es la Justicia que es un valor, y otra es el Poder Judicial, conformado por personas influenciables y que tienen que vivir dentro de una sociedad, la cual les exige a través de los medios, que se han convertido en tribunales populares, una manera de actuar. En ese contexto no sorprende que los jueces hayan actuado así en virtud del temor a lo que puedan llegar a decir los medios. Los medios me condenaron y demonizaron y eso condicionó el accionar judicial.

Noticias: ¿Cómo es que los medios lo demonizaron?

García: Se dijo cualquier barbaridad que, al día de hoy, se sigue creyendo. Se sigue diciendo que llevé el cuerpo de Rodas 17 kilómetros sobre el capot y que, cuando llegué al peaje, le hacía chistes a la chica del peaje y me reía. Cosas totalmente falsas que tampoco nunca se aclararon. Los medios publicaron que yo tenía el registro vencido porque se metieron en el auto y en la guantera estaba mi carnet anterior. El auto tenía que estar custodiado por la policía, pero se metieron igual. El propio Dietrich, que era ministro de tránsito de la Ciudad, fue el que salió a aclarar que yo tenía licencia vigente, que de hecho hubiera vencido recién hace dos meses.

Noticias: ¿La demonización de la que asegura ser víctima se debió a la trascendencia de su padre?

García: Totalmente. Si yo no fuera hijo de Aliverti no llegaba ni siquiera a juicio. Hubo otro hecho, posterior, en el que murieron varias personas, había exceso de velocidad y eso terminó en nada. Hubo otros casos de una gravedad mayor en los cuales las víctimas fueron anónimas y el eje del periodismo fue “el dolor de una madre”, y no era la madre de la víctima, sino, la madre del conductor del vehículo. Si yo no fuera quien soy, esto terminaba de otra manera, como ha pasado con muchísimos otros accidentes. En mi caso, los graphs dicen “el hijo de Aliverti” y ahí se ve la línea que quieren bajar. Lo mismo con la imagen de reventado que quieren crear de mí. Es una cuestión intraperiodística. El kirchnerismo duró 12 años, mi viejo tiene una carrera de 30 o más, así que viene por otro lado. Tiene que ver con a quién te acercaste o no en determinados momentos de tu carrera y hay gente que cuando te puede pegar te pega. Son maneras de encarar la profesión. No lo veo a mi viejo agarrándosela con el hijo de alguien. Estoy seguro de que ni el 1% de los periodistas o presentadores leyeron ni tres páginas de la causa. Nada. Se manejan por el sentido común: “Venía borracho, atropelló, cárcel”.

Después del accidente, García se acercó a la viuda de Rodas, Catalina, para pedirle perdón y ponerse a su disposición. Tanto es así, que con el correr de los años fueron forjando una relación. “Conversamos mucho por WhatsApp, a veces le hablo yo y otras ella, y cuando no da más, la llamo. De lo que fue el accidente ya no hablamos. Ahora hablamos de temas cotidianos. Estamos en contacto cada una o dos semanas”, sostiene el locutor. Sin embargo, la postura de la viuda no es la misma que la del resto de los deudos de Rodas. Tras conocerse el veredicto, el hijo, Rodrigo, llegó a decir que esperaba que “García se fuera con esposas a la cárcel” y lamentó que el locutor “no tuviera los huevos” para pedirle perdón.

Noticias: ¿Cómo explica que sólo Catalina lo haya perdonado?

García: Después del accidente me quise acercar a toda la familia y sólo ella accedió. Entablé una relación cotidiana, cordial y de respeto con Catalina, pero el resto de la familia no quiso. De ella entiendo sus necesidades de Justicia y hasta las personales, pero no puedo decir lo mismo del resto de la familia. Los hermanos de Reinaldo son los mismos que salieron a decir que yo seguía manejando y que incluso había ido al juicio en auto, no sé por qué lo hacen, pero es algo en lo que prefiero no meterme. Es gente dolorida y lo respeto.

Largo proceso. García asegura que el asistió a la lectura del fallo convencido de que sería absuelto. Sin embargo, la sentencia no sólo fue desfavorable sino que lo condena a una pena mayor a tres años, la cual no es excarcelable.

Noticias: ¿Cómo toma la idea de ir a la cárcel?

García: Lo que tenga que hacer lo voy a hacer.

Noticias: Tras la sentencia adversa seguramente comenzó a pensar más en eso.

García: Yo trato de pensar en que tengo dos hijas y en estar bien por ellas. Lógicamente, si un tribunal te condenó a cuatro años de prisión no podés no pensar en eso. Pero mi norte es que haya Justicia y sigo considerando que tiene que haber una absolución. Lo que diga el Poder Judicial, lo voy a cumplir. Espero cruzarme con otras personas que no sean tan influenciables.

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