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POLíTICA | 11-05-2017 00:00

Radiografía de los Moyano: quién es quién en el poderoso clan

Cada miembro tiene un rol: Pablo es el sindicalista explosivo, Facundo el político mediático y Hugo Jr el abogado fiel. Hugo los controla a todos. Celos de Pablo con Claudio Tapia y con Juan Carlos Schmid, de la CGT.

Los Moyano funcionan con una estructura espectacular, aunque eso no significa que no haya roces. Como si hubiera sido un plan, los roles se distribuyeron de manera clara. Todas las decisiones importantes -sean de fútbol, sindicalismo, política o personales- pasan por la mesa de Hugo, que la mayoría de las mañanas se encuentra en la sede de Camioneros y suele recibir a los suyos. Allí también se reúne con sus hijos: casi todos los lunes recibe a Facundo y a “Huguito”, y se suele sumar Pablo a pesar de que a veces pega el faltazo. “Son hijos de distinto matrimonio, y ni siquiera son del mismo equipo. Obviamente que hay roces, pero Hugo siempre los pone en orden”, afirma un sindicalista que los conoce bien.

Pablo, el mayor, hijo del primer matrimonio de Hugo, es el más impulsivo y temperamental, pero esas son cualidades que en el mundo sindical inspiran respeto. “Se juega la vida por los compañeros”, dicen gremialistas amigos. Otros son menos contemplativos: “Es un patotero”. “Con el viejo juega al cuento del malo y el bueno. Hugo larga a Pablo para apretar y cuando logra intimidar le tira la correa. A veces se le va de las manos”, cuenta alguien que trabajó con ambos. Secretario adjunto de Camioneros -Hugo sigue siendo formalmente el secretario general-, Pablo es el más ligado al mundo sindical e irradia poder desde el fuerte gremio que cuenta con alrededor de 200 mil afiliados. Es el que más sueña con ponerse el traje que va a dejar su padre: cuando un grupo de sindicalistas que le responden, de Udocba y Camioneros, lo propuso como el hombre de Hugo dentro del nuevo triunvirato de la CGT, él se encargó de dejar crecer el rumor. Incluso se mostró dolido porque su padre eligió a Juan Carlos Schmid, secretario general de Bragado y Balizamiento, y no a él. Hasta se animó a un escrito público, en febrero, donde se muestra “defraudado” con ciertas actitudes de Schmidt. “Es entendible que algunas cosas no le gusten, quiere estar al frente. Igual tiene algo que yo no tengo: veinte años menos. Ya le va a llegar”, le explica el secretario de Bragado a los suyos. No es el único cruce del intempestivo hijo. Cuando Claudio "Chiqui" Tapia asumió la conducción de la AFA, hubo sólo un Moyano que no asistió. La bronca de Pablo con “Chiqui” viene de hace rato. Al parecer, los roces comenzaron cuando ambos eran dirigentes en ascenso en el mundo de Camioneros, y terminaron de explotar cuando Tapia se hizo fuerte en Barracas. “Son celos, cosas típicas de familia”, minimiza un hombre del fútbol que los conoce. La fallida maniobra de Moyano de comprar el Club Comunicaciones en el 2011 habría sido para dárselo a su hijo mayor y así llenar al fin la grieta. La creación del humilde Club Camioneros, que milita en el Federal B, al parecer no habría sido suficiente para el apetito de Pablo.

El mayor conoció a Facundo y a Hugo Jr. un mediodía del 2002, en un asado. Facundo tenía 17 años y su hermano 18, y eran hijos de una relación clandestina del camionero en Mar del Plata, con una ex militante del peronismo duro en Guardia de Hierro. Hasta entonces, los de “La Feliz” solo veían a su padre cada varios meses. Hoy Facundo es diputado por el Frente Renovador y es el más mediático y aggionardo de todos los Moyano. Sueña a lo grande (“nadie que esté en política no pensó alguna vez en ser presidente”, dijo en una entrevista), aunque hoy se muestra alejado de Sergio Massa. “Está desilusionado con él. Los cruces con Daer tienen que ver con ese partido, ambos se quieren alejar y están buscando su lugar”, explica un sindicalista cercano a Facundo. El marplatense fue parte de un esquema que Moyano planea repetir para estas elecciones: ubicar gente “a nivel transversal”, en varios partidos, sin quedar pegado a ninguno y logrando colar gente dentro de las Cámaras. Hoy hay cuatro representantes del Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo, el espacio de Moyano en la política, ocupando cargos a nivel nacional. Hugo Jr. o “Huguito” es un abogado de consulta de su padre y tiene un estudio que lleva su apellido. Cultiva el perfil más bajo de toda la familia, asegura que no le molesta que lo llamen por el diminutivo y asesora a Hugo en temas delicados, como el conflicto de OCA y el de Sancor. Cerca de él aseguran que, cuando la alianza Macri-Moyano estaba en su esplendor, tuvo una breve fantasía con algún cargo.

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