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SOCIEDAD | 04-06-2017 00:00

Los juicios por jurados son menos severos en la condena

Comenzó el juicio por jurados a Farré. Según las estadísticas, hubo más absoluciones.

El martes 30, Fernando Farré, el ex gerente de la multinacional Coty que el 21 de agosto del 2015 asesinó de 74 puñaladas a su esposa Claudia Schaefer en la casa que ambos tenían en el country Martindale de Pilar, enfrentó por primera vez a las doce personas del jurado que definirán si el empresario actuó consciente de sus actos o si lo hizo bajo “emoción violenta”.

Farré está acusado de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género”. Nadie discutirá su responsabilidad en el asesinato. Ni la defensa, encabezada por Adrián Tenca, ni la querella, conformada por las fiscales Carolina Carballido Calatayud y Laura Zyseskind. Lo que ambas partes intentarán es convencer al jurado de que el empresario es inimputable o bien, que hubo premeditación de su parte. El juez Esteban Andrejín, del Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro, será quien decidirá la pena.

¿Por qué Farré aceptó un juicio por jurado si él podía haberlo rechazado? Dice el refrán que “del dicho al hecho hay un largo trecho”. El rol de ser jurado no es una tarea fácil: no es lo mismo condenar a alguien en una charla de amigos que tener que levantar la mano sabiendo que uno será el responsable del encierro. Quizá por eso, según las estadísticas de la Corte Suprema Bonaerense, casi la mitad de los enjuiciados por jurado fueron absueltos.

Mitos y verdades. Hace más de 160 años que el juicio por jurados se estableció en la Constitución Nacional. Recién en los últimos años algunas provincias lo instauraron: Córdoba (2005), Neuquén en el 2014 y, un año después, Buenos Aires.

Según un informe de la Asociación Argentina de Juicios por Jurado, “en el distrito bonaerense ya se hicieron 150 juicios por jurado, de los cuales el 66% tuvo resultado condenatorio”. El trabajo agrega que ese resultado mejora de a poco.

Ante el criticado accionar de la Justicia tradicional, se suponía que un jurado popular –formado por ciudadanos enojados– podría aplicar todo el peso de la ley. Pero algo falló y la catarata de penas que se esperaba no llegó.

Según un relevamiento realizado por la Suprema Corte bonaerense, de los primeros 7 juicios por jurado realizados en el año 2015, 5 acusados fueron absueltos. Ese año se realizaron un total de 38 juicios de esta modalidad. ¿Cuántos recibieron condena? Sólo la mitad, 19.

Hasta mediados del 2016, las estadísticas no habían cambiado. De 35 celebrados, sólo 19 presos obtuvieron una condena. Pero este resultado comenzó a revertirse este año. “No es fácil definir la culpabilidad de una persona. Es una responsabilidad muy grande. Esto hizo que quienes son elegidos asuman esa responsabilidad y analicen todos y cada una de las pruebas que se presentan en un juicio”, afirman desde el Ministerio de Justicia Bonaerense.

El jurado

En la provincia de Buenos Aires, el juicio por jurado es opcional y el acusado puede rechazarlo. Además, sólo puede implementarse en todos los delitos que tengan más de 15 años de prisión, exceptuando los casos de corrupción.

El jurado está compuesto por doce ciudadanos comunes. En el caso de Farré, serán los responsables de definir la responsabilidad o inimputabilidad del empresario. Para ello, deberán escuchar los alegatos de la querella y de la defensa, como también las declaraciones de cada uno de los declarantes, ya sean testigos de las partes o profesionales que hayan trabajado en la investigación. Lo que no definirán es la pena, eso estará a cargo del único magistrado que lleva adelante el juicio.

¿Cómo se elige un jurado? Cualquier persona puede ser convocada a participar y no puede negarse, ya que es una obligación ciudadana. El Ministerio de Justicia tiene un padrón elaborado y el día del juicio cita a 48 ciudadanos, 24 mujeres y 24 hombres, mayores de 21 años.

El jurado (que en Buenos Aires cada integrante cobra 730 pesos más viáticos por día de juicio) está conformado por doce titulares y seis suplentes, los que son elegidos en la primera jornada y de común acuerdo entre la defensa y la querella, previo a descartar a todas aquellos que tengan impedimentos para ocupar esa función. Para ser jurado no se puede tener vínculo con las partes (imputado, víctima, defensa o querella), ni ser abogado, ni tener un cargo público electo (diputado, senadores, etc.), ni pertenecer o haber pertenecido a una fuerza de seguridad. Además, tienen que estar presentes en todas las jornadas. Y, en caso de ausentarse, deberán justificarlo e ingresa un suplente.

Según la ley bonaerense, es necesario que al menos 10 jurados voten a favor de una condena y, en casos de prisión perpetua, tiene que ser por unanimidad. En el caso de Farré, los doce deberán encontrarlo culpable. Sino, la pena será menor.

¿Qué pasa si el jurado no llega a un acuerdo? Si luego de tres votaciones no logran los diez votos afirmativos, se declara al imputado “no culpable”. Con al menos ocho votos afirmativos, será el fiscal quien defina si quiere continuar la acusación. Si no lo hace, el jurado se declara “estancado” y el imputado no podrá ser culpado.

Farré aceptó el juicio por jurado porque apuesta a que el jurado que lo juzgue no logre la unanimidad para encontrarlo responsable de los hechos y así lograr lo que su defensa busca alcanzar: que sea declarado inimputable por emoción violenta. Eso, para el empresario y sus abogados, sería una victoria.

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