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CIENCIA | 12-08-2017 00:30

Nebulosa del cangrejo: argentinos obtienen la imagen de mayor calidad

El hallazgo argentino de una supernova y un nuevo estudio sobre la nebulosa del Cangrejo dan brillo a los investigadores locales.  

En 1054 pasó algo extraordinario: una estrella estalló en forma de supernova. Si bien cada año explotan algunas estrellas es muy difícil que eso suceda en nuestra galaxia, la Vía Láctea. De hecho desde 1604 nunca más volvió a suceder. Tal fenómeno dejó registros por parte de astrónomos árabes y chinos, y debió ser colosal con el cielo iluminado por una estrella con un brillo semejante al de una segunda luna creciente.

Una vez que explota una estrella su brillo va disminuyendo y se forma una nebulosa con filamentos de partículas que se van alejando de su centro a velocidades que alcanzan los 3.000 kilómetros por segundo. Este es el caso de la nebulosa del Cangrejo, el remanente de aquella estrella medieval. Por supuesto es quizá uno de los objetos más estudiados de la astronomía tanto que ya no parecía haber nada más para decir.

Pero Gloria Dubner, investigadora superior del Conicet quien trabaja como astrofísica y es directora del Instituto de Astrofísica del Espacio (IAFE), pensó diferente.

Luces

Para dar con algo nuevo donde ya todos habían mirado a Gloria Dubner se le ocurrió utilizar todas las tecnologías actuales coordinadas al mismo tiempo. Se trataba de un trabajo monumental. Es que esta supernova, pasado el impactante momento de su explosión, fue apagando su luz y su nebulosa remanente se hizo muy brillante en ondas de radio o sea dentro del espectro infrarrojo. Como no se la ve a simple vista pero sí se la puede escuchar con los radiotelescopios, ampliar los sentidos para recibir toda la luz que emite en diferentes longitudes era una idea para explorar. “Estamos hablando de lograr que el radiotelescopio de 27 antenas de Nuevo México (VLA, Very Large Array), de Estados Unidos junto a dos telescopios espaciales de la NASA, el Hubble para la luz visible e infrarrojo cercano y el Chandra para rayos X, trabajen al mismo tiempo”.

El primer gran resultado fue que los científicos argentinos obtuvieron la imagen en ondas de radio de mayor calidad que jamás se produjo. “A partir de ella y de la combinación de cómo se la ve a través de todo el espectro electromagnético se pudieron descubrir aspectos que abren una nueva investigación física, como los rasgos de los campos magnéticos y las partículas a velocidades relativistas (es decir, cercanas a la de la luz). Encontramos que los rayos X no se comportaban como ondas de radio y entonces tenía que haber más de una población de partículas aceleradas. Evidentemente algo extraño pasa en el núcleo de la nebulosa que crea partículas con energías distintas”, se inquieta Dubner.

Estructuras

Los científicos además encontraron que el campo magnético remanente de la supernova tiene una topología muy similar a la que posee el sol durante sus fulguraciones -erupciones- pero mucho mayor energéticamente. Este comportamiento se predijo hace muchos años pero no se había observado hasta el momento.

“Como los filamentos se mueven tan rápido era necesario programar todo dentro de una ventana temporal muy estrecha porque para nuestra investigación necesitábamos ver las mismas estructuras, que son muy delgadas, en las tres bandas (infrarrojo, visual y ultravioleta). Si pasa mucho tiempo entre una observación y otra los filamentos se alejan y no estaríamos viendo la misma zona del cielo con los distintos telescopios. Por eso fue todo un logro que no solo nos dieran tiempo de observación en tres de los observatorios terrestres y espaciales más importantes del mundo en la actualidad, sino que también programaran las observaciones para el mismo día. Eso es realmente excepcional”, se entusiasma Dubner.

Además agregaron a su estudio información obtenida por el observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA), que para sus programas de observación en rayos X observa a la Nebulosa del Cangrejo como fuente calibradora en luz ultravioleta. “Como la radiación de esta nebulosa en esa luz es difusa, sin filamentos delgados, no es crucial la simultaneidad, y así obtuvimos otro dato importante para nuestro estudio”, concluye Dubner.

Argentina

Si observar una supernova en nuestra galaxia es algo muy difícil no sucede lo mismo con las estrellas que explotan en otras galaxias. Cada galaxia tiene poblaciones estelares que típicamente superan los 100 mil millones de estrellas. Y hay tantos millones de galaxias que no es sorprende que se pueden observar durante cada año algunas supernovas aunque por supuesto es algo que no puede realizarse sin un buen telescopio. Lo que nunca había sucedido es que un astrónomo estuviera mirando una galaxia y lograra ver el momento exacto en que una de sus estrellas explota en forma de supernova.

Eso fue lo que hizo el astrónomo aficionado Víctor Buso, de Rosario (Santa Fe). Un logro extraordinario en la conocida como Supernova Argentina dado a conocer entre los expertos en septiembre del año pasado. “Esa noche estaba observando y se me hinchó el corazón. No podía creer lo que estaba viendo y rápidamente me comuniqué con Sebastián Otero, un argentino y reconocido experto observacional que desde aquí trabaja para la AAVSO con sede en Boston donde se concentran las alertas de estas observaciones. Rápidamente estuvo claro que se trataba de un descubrimiento de impacto mundial, pero lo mejor está sucediendo ahora, porque astrónomos argentinos se encuentran estudiando los modelos físicos de esta estrella en particular y parece que están hallando particularidades que darán que hablar. Siempre tuve la ilusión de dar con un descubrimiento de peso científico aunque no fuera profesional y lo logré”, se emociona Víctor Buso.

Paper

La supernova ocurrió en NGC 613 una galaxia espiral en Sculptor, hemisferio Sur. “Fue de Tipo Ib, es decir, con poco hidrógeno, pero debida al colapso de una estrella masiva evolucionada. Todavía está en debate si estas supernovas se originan en sistemas binarios de estrellas masivas (donde la estrella secundaria se queda con el hidrógeno de la primaria) o si son estrellas aisladas que pierden su hidrógeno por viento estelar. Estas observaciones son muy especiales primero, para la Argentina, porque es la primera vez que se detecta una supernova en el país (aunque hay indicios de que en los años ´60, José Luis Sérsic había reportado otra desde Córdoba), pero sería la primera descubierta por un aficionado y, además, la más temprana de la historia.

De hecho, los datos de Víctor son tan tempranos que su alerta permitió a otros observatorios analizarla durante el primer día, cosa que no es usual. Hay en la actualidad un paper sometido a referato internacional y por eso no podemos comentar mucho más pero esperamos que el modelo propuesto dará que hablar e incluso impactará en cómo seguirán las observaciones”, comenta el astrónomo Federico García que trabaja en remanente de supernovas en el Instituto Argentino de Radioastronomía.

La última supernova visible en nuestra galaxia sucedió en 1604 y Galileo la utilizó como demostración para desterrar el dogma aristotélico imperante: la inmutabilidad de los cielos. La supernova argentina demuestra que cuando la pasión une, tanto aficionados como profesionales argentinos pueden trabajar juntos para tener impacto en el mundo científico.

por Pablo Wahnon

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