★★★★ Opera prima de Ramsay, este film es por un lado un retrato social preciso de los barrios pobres de Glasgow a principios de los setenta, y la inspiración –la historia es la de un chico de unos doce años y ese es el punto de vista dominante de la trama– parece provenir de “Los 400 golpes”. El clima es ominoso para estos chicos y el punto de arranque –el protagonista provoca accidentalmente la muerte de otro chico, ahogado en un canal– es de una tensión gigantesca que se va multiplicando a medida que pasa la película. El realizador apela a todo tipo de imágenes e incluso al interludio onírico, pero no hay nada gratuito en la construcción: se trata de que el cine pueda transmitir un estado emocional que no tiene palabras para ser descripto. A veces poética, a veces dura, una película que debe ser redescubierta.
por Leonardo D’Espósito
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