Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 16-08-2017 17:40

El funcionario piropeado por Patricia Bullrich, salpicado por la desaparición de Maldonado

Pablo Noceti estuvo en Esquel el día que presuntamente Gendarmería detuvo al artesano Santiago Maldonado.

El 18 de agosto cumple años Pablo Noceti, el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad. No será la celebración más feliz, porque el funcionario de Patricia Bullrich  aunque prefiere el anonimato,  tuvo que levantar su perfil tras la desaparición de Santiago Maldonado. Sufrió las fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos, la denostación de periodistas opositores y el enojo de su propio Gobierno.

¿Dónde está Santiago Maldonado?

El 1 de agosto, el funcionario de Bullrich estuvo en Esquel encabezando el accionar de Gendarmería en una marcha de la comunidad mapuche Lof Cushamen. Desde ese día está desaparecido Maldonado, el joven chubutense de 28 años, por el cual se comenzaron a tejer diversas hipótesis. Mientras muchas voces se levantaban denunciando que la fuerza de seguridad fue la responsable de su detención y posterior desaparición, otras líneas de investigación se fueron abriendo con el correr de los días: al cierre de esta edición, un camionero aseguró haberlo “levantado” mientras hacía dedo en Entre Ríos y posteriormente apareció una cámara de seguridad que lo habría captado en la misma provincia.

Decenas de versiones inundaron los medios, la semana anterior a las PASO. Una lluvia de operaciones desde todos los espacios políticos buscaron llevar agua a su molino. Pocas cosas se sacaron en claro sobre el hecho realmente relevante: Maldonado continuó sin aparecer.

Noceti habló una sola vez, cuando el escándalo aún no había tomado dimensiones nacionales. Y sus declaraciones sólo lograron encender la llama del tema más relevante de una semana clave.

En Radio Nacional de Esquel contó sobre su accionar y las tareas que habían sido encomendadas por la ministra Bullrich: “A raíz de todos los atentados públicos que ha habido en los últimos tiempos como producto de la actividad del RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) decidimos armar un sistema de protección entre las fuerzas federales y provinciales para detener a todos los miembros de este grupo que produzcan delitos en la vía pública”. Sus dichos fueron interpretados como el armado de una estrategia represiva por el periodista K Horacio Verbitsky: “Noceti anticipó que detendría a todos los RAM. Se jactó de que lo haría el gobierno Nacional sin la intervención de un juez”. La retorcida interpretación continuó: “Hizo una ensalada conceptual que arroja dudas sobre su estabilidad psíquica”, sostuvo.

Sin embargo, tras la falta de respuestas sobre cómo había actuado Gendarmería (y sobre todo con la imposibilidad de saber qué sucedió con Maldonado) desde el ministerio lo hicieron volver a las sombras. Estaban al tanto de la columna de Verbitsky en Página/12 del 8 de agosto, que le atribuyó una alta responsabilidad al funcionario en la desaparición de Maldonado, pero prefirieron no contestar. En “off” sólo señalaban que no le darían importancia a Verbitsky, aunque no estuvieran satisfechos con el trabajo realizado por Noceti en el Sur. En “on” tenían una respuesta de pocas palabras, ante la insistencia de NOTICIAS de hablar con el funcionario: “Ahora la única vocera sobre el tema es Bullrich”.

Recelos

La desaparición de Maldonado a pocos días de las elecciones primarias provocó un cimbronazo en el Gobierno. Le “regalaron” un motivo a la oposición para criticar a Mauricio Macri y se metieron en un problema que no estaba previsto en el tablero de la campaña.

El mal manejo de Noceti en el Sur y la imposibilidad de Bullrich de controlar los daños provocaron un nuevo enojo del presidente con la ministra y su equipo. No es la primera vez que hacen fastidiar al mandatario, aunque algunas fuentes reconocen que el más furioso (el que ya tiene la paciencia agotada) es el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

A pesar de que desde el Ministerio de Seguridad intentan desactivar la bomba, diciendo que la relación entre Bullrich y Macri no está para nada desgastada, en Balcarce 50 hay funcionarios que ya no esconden la posibilidad de que la ministra deje su cartera. Una sola cuestión la mantendría aún en pié: nadie quiere mover piezas durante un proceso electoral. El cambio se haría, entonces, después de octubre.

Buen mozo

Patricia Bullrich no esconde que Pablo Noceti es uno de sus funcionarios favoritos. La acompaña desde que la actual ministra era diputada, en aquella época como jefe de asesores. Pero, además, su funcionario de confianza tiene un atributo especial. Lo contó la mismísima Bullrich en el edificio de su cartera, en Recoleta, a fin del 2016, en una fiesta de despedida de año donde hubo baile y la ministra se animó a participar del clásico trencito. A la hora del discurso, Bullrich agradeció a todos sus colaboradores, pero puso un énfasis especial en Noceti: “A todo mi equipo… A mi jefe de gabinete. Cuando yo era diputada y entraba con Pablo, íbamos caminando así, a cada reunión que entraba me decían ¿quién es ese? Todas me envidiaban, porque es el más buen mozo de todos. ¡Es un hijo de puta! ¡Terrible! ¡No saben lo que era!”

La alocución de la ministra no terminaría ahí. En el video, que publicó NOTICIAS en su web, Bullrich termina por decir: “Ahí no había más kirchnerismo ni antikirchnerismo, venía Diana Conti y me decía ¡quién es ese hijo de puta buen mozo que tenés al lado! Y hasta la Conti se volvía loca por Pablo. Y eso que Pablo le ladraba, porque le decía vos no entendés nada de Derecho Penal. Y Conti le decía, cómo que no entiendo nada, yo te voy a explicar… No sabés lo que era Pablo en el Congreso”.

Más allá de su aspecto físico, tan halagado por su jefa, el funcionario tiene un pasado oscuro que recrudeció al levantar su perfil. Cuando asumió como jefe de gabinete del ministerio de seguridad, algunos organismos de derechos humanos recordaron que Noceti había sido parte de un estudio jurídico (que además conformaban los abogados Alfredo Battaglia y Luis Fernando Velasco) que defendió a Leopoldo Galtieri en el Juicio a las Juntas. “En esa época consideró que aquellos juicios fueron una venganza política y discutió la imprescriptibilidad de esos delitos”, se sumó Vebitsky.

Era una de las semanas más sensibles para el Gobierno. Al nerviosismo generalizado que produce competir en las urnas contra la ex presidenta, se les coló un posible desaparecido, cortesía del mal accionar de Noceti y de su jefa, Bullrich. La temperatura estaba demasiado elevada para un conflicto más.

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