Admiradas, amadas, odiadas, imitadas, algunas icónicas y otras emergentes, diez mujeres que cuando pisan la alfombra roja se roban todas las miradas y sobre las que rebotan todos los flashes, pero casi nunca por los motivos correctos. Miles de dólares malgastados en ropa de diseñador que pocas veces le hace justicia a sus cuerpos o a su edad. Muchos coinciden en que la moda y el estilo es la mejor forma de expresión, ¿qué querrán decir estas celebrities al apostar por looks ridículos? ¿Vanguardia o necesidad de atención?
Quien encabeza la lista es Rihanna, que, a pesar de haber sido embajadora de Dior y haber lanzado una línea de zapatos junto al prestigioso Manolo Blahnik, muchas veces traiciona esa esencia fashionista y se inclina por atuendos que sólo sirven para destacarse negativamente entre tantas otras.
En el segundo lugar se encuentra la reina Madonna. Sin duda Madonna es un icono y referente en la cultura pop. Su objetivo es siempre provocar y a lo largo de su carrera adaptó su look a la estética de sus discos y sus videoclips. Por muchos años fue la musa de Jean-Paul Gaultier y, a pesar de tener a todo el mundo de la moda a sus pies, la chica material suele decepcionar en la alfombra roja en búsqueda de un vanguardismo que ya no va a volver.
Con solo 31 años, la guionista, directora y actriz Lena Dunham se convirtió en una referente feminista. Siempre se tomó la alfombra roja como un juego y trató de demostrar lo poco que le importaba burlándose de esa solemnidad con ridículos atuendos. En el último tiempo, la protagonista y creadora de la serie “Girls” mejoró sus looks y decidió que era mejor hacer la diferencia con su militancia y no con un vestido.
Britney Spears pasó de ser la adorada princesa del pop, con toda la inocencia a finales de los 90, a bomba sexy en 2002, a desastre psiquiátrico en el 2006, a un presente estable. Recuperó su figura pero nunca más encontró su estilo, si bien lleva dignamente sus jóvenes 35 años, se aferra a atuendos que no le hacen justicia a su recuperación: muy cortos, o muy ajustados o con muchos brillos.
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En el puesto cinco se ubica otra referente pop: Katy Perry, quien encontró la fama en el 2008 con su exitoso disco “One of the boys”. En sus comienzos apostó a un original look “pin up”, de mujer sexy de los años 20, marcando sus curvas. Si bien maduró en su estilo y muchas veces acierta gracias a los consejos de la estilista Karla Welch, muchas otras se pierde en su excentricidad.
Nicki Minaj llegó con todos sus excesos al sexto puesto. La rapera es demasiado explícita tanto en las letras de sus canciones como en su guardarropas. Nunca pudo ser vanguardista ni fashionista.
En la siguiente posición se ubica Amber Rose, una cantante y mediática estadounidense que alcanzó su fama gracias a sus relaciones amorosas (fue pareja de dos raperos: Kanye West y Wiz Khalifa) y siempre encabeza las listas de las peores vestidas de Hollywood. Sería injusto arrebatarle lo único que la hace trascender en las revistas.
En el octavo puesto la sigue otra de las menos conocidas, la cantante Ke$ha que demuestra que la juventud no es excusa para la rebeldía en la moda. Si bien sus canciones están relacionadas con la fiesta y los excesos, da la sensación que a lo único que le escapa es el agua y el jabón.
El puesto nueve es para Mariah Carey, quien siempre fue considerada una diva y puede que por ese divismo no haya podido aceptar dignamente el paso del tiempo, si tan sólo pudiese dejar los exagerados escotes, las bucaneras y los vestidos de dos talles menos, podría destacarse desde su talento.
Y finalmente, Cher, ícono indiscutido, esta mujer de 71 años se mantiene intacta con una piel y un cuerpo envidiables, pero, si bien fue un referente de la moda que impuso tendencias y se animó a mostrar de más cuando nadie lo hacía, ya dejó de marcar el ritmo de la moda, pero sí le sigue dando material para todos los transformistas alrededor del mundo que eligen imitarla.
Como decía el diseñador Karl Lagerfeld: “La moda es la última etapa antes del mal gusto”, estas diez celebrities deberían voltear en la alfombra roja para tratar de recuperar algo de la moda que quedó atrás.
por Mariana Haramburu
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