Luego de la aparición del rupturista BMW X6 muchas marcas se sorprendieron por la gran aceptación que tuvo ese diseño. Era lógico se trataba de un modelo grande, con musculo que combinaba las líneas de un SUV con las de un coupé. Esa misma receta que le dio tanta satisfacción la volvió a repetir con el X4. Los años pasaron y finalmente la marca de la estrella se decidió por hacer lo propio con los nuevos GLE Coupé y GLC Coupé con un gran parecido a los modelos de BMW.
El nuevo GLC Coupé es un modelo que basa su arquitectura en el sedán Clase C. Su diseño es más pulido, en donde abundan las redondeces, los pasarruedas generosos y una parrilla con fuerte identidad de marca. Además cuenta con una generosa distancia entre ejes que le otorga un interior versátil. Ofrece espacio para cinco aunque las plazas traseras pueden resultar algo justas. El baúl por su parte, es generoso con 500 litros de capacidad. Un detalle al que nos costó acostumbrarnos es la escasa visibilidad hacia atrás, producto de su diseño.
La tecnología y el equipamiento son uno de los grandes atributos de este GLC Coupé en donde se destaca una generosa pantalla central que emula una tablet y que permite operar múltiples funciones. También ofrece un gran dotación en materia de seguridad, tanto activa como pasiva.
Con respecto al motor se ofrece con un cuatro cilindros turboalimentado que desarrolla 241 caballos y que está acoplado a una moderna caja automática de nueve marchas. Las prestaciones son casi deportivas, sobre todo en materia de aceleración ya que acelera de 0 a 100 km/h en apenas 7,2 segundos.
Este GLC Coupé queda en deuda con una rueda de auxilio que no ofrece (cuenta con sistema run flat) y también le vendría bien una garantía más amplia. El precio de 94.000 dolares es algo más elevado que el del BMW X4.
por Augusto Brugo Marcó*
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