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VIDA GOURMET | 03-10-2017 16:46

“Le Dîner en Blanc”, el gran picnic glamoroso del mundo, tendrá su primera edición en Buenos Aires

La “cena de blanco” se realizó por primera vez en París hace 30 años. Hoy es una tradición en 80 ciudades de todo el mundo. Para asistir hay que registrarse y vestirse de blanco.

Faltan pocos días para que la ciudad de Buenos Aires se estrene en un evento de fama mundial: “Le Dîner en Blanc” o “cena de blanco”, un encuentro súper exclusivo que desde hace 30 años se desarrolla en las ciudades más glamorosas del mundo y que por primera vez tendrá una edición en la Argentina. Las consignas son simples: ir vestido de blanco y llevar sillas, mesa, vajilla, comida y champagne a un picnic espectacular.

El lugar donde se realizará esta gran comida es secreto hasta último momento, pero ya tiene fecha: el sábado 7 de octubre. ¿En qué consiste exactamente la experiencia que busca instalarse como una nueva tradición entre los grupos más cool de Buenos Aires? Aquí lo contamos.

Mística

La historia de “Le Dîner en Blanc” comenzó en París cuando un señor francés, François Pasquier, de vuelta en su tierra natal después de vivir varios años en el extranjero, quiso organizar una cena para reconectar a sus conocidos y le pidió a cada invitado que llevara a un amigo. Como la cantidad de personas que asistiría al encuentro resultó ser muy alta, decidieron reunirse en el Bois de Boulogne y vestirse de blanco para reconocerse. Así se dio inicio a la tradición. La idea de compartir un rato ameno con comida gourmet, luego se expandió por el mundo y ya se desarrolla en los espacios públicos de más de 80 ciudades, en 30 países.

Como el evento aún busca mantener ese espíritu de “reunión de amigos”, las invitaciones se consiguen a través de las redes de los anfitriones o los socios participantes.

En Buenos Aires, donde se realiza por primera vez, los organizadores ya extendieron las primeras invitaciones. Y son muchos los que se acercaron, al enterarse de que el evento tendría una versión local. Esos primeros invitados tuvieron la oportunidad de elegir también a sus propios invitados. Pero en estos días previos al evento, y justamente porque la Cena se estrena en nuestra ciudad, es posible registrarse y comprar las entradas en la página: buenosaires.dinerenblanc.com/register.

A partir del momento del registro, un “líder de mesa” se ocupa de solucionar todas las dudas del asistente.

El cupo es de alrededor de 1.000 personas y una vez que los invitados han sido confirmados, la asistencia es obligatoria.

Otra de las características principales del evento es el misterio. La locación se mantiene en absoluta reserva hasta el último minuto y se revela cuando los participantes se suben a uno de los siete micros que parten desde diferentes sitios de la ciudad. Los puntos de encuentro en Buenos Aires son: los puertos de Escobar y Nordelta en zona norte y en Capital, Sucre y Libertador, Malba, Plaza Francia, Plaza San Martín y el Teatro Colón. Se asignan de acuerdo al domicilio del invitado.

Algunas de las locaciones elegidas en el mundo fueron la Torre Eiffel y la ópera de Sydney. Y no importa las condiciones climáticas, el evento se celebra igual, tanto si llueve como si hay sol.

Magia blanca

Cuando los invitados llegan al lugar misterioso, vestidos íntegramente de blanco (dress code inquebrantable) instalan sus mesas y sillas (cada uno debe llevar la propia) y colocan su canasta de picnic (tiene que ser una canasta), la fiesta comienza. La idea es que lleven su propia comida, pero cuando se registran pueden comprar por Internet una de tres opciones de menú. Y sólo se pueden adquirir por adelantado. No se venden en la locación. Las bebidas permitidas son champagne, vino o agua. Cerveza y gaseosas están desterradas. Desde el punto de encuentro y durante el evento, los “líderes de mesa” se encargan de guiar y ayudar a todos los invitados. También son los encargados de chequear que los asistentes cumplan con todos los códigos.

La Cena de Blanco comienza con la caída del sol, cuando las servilletas se agitan en el aire.

Una vez finalizada, empieza la música. El DJ toca unas horas y luego cada invitado se dirige nuevamente al micro que lo devuelve al punto de encuentro.

El valor de la entrada es de 49 dólares, ese precio no incluye ni la comida ni la bebida. Es el costo de formar parte de esta nueva experiencia, en una noche donde la elegancia, el misterio, los placeres y los invitados que asisten son los protagonistas.

por Mariana Haramburu

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