Thursday 18 de April, 2024

COSTUMBRES | 20-10-2017 16:56

Buenos Aires: Emblemáticos edificios de la Ciudad abren sus puertas al público

El festival de urbanismo Open House realiza su edición 2017. Qué lugares visitar y cómo inscribirse para participar. La Editorial Perfil también podrá ser visitada.

¿Será que dentro de algún tiempo las torres vidriadas que escalan al cielo le ganarán la pulseada a las casonas o edificios con frentes ornamentados y aberturas de madera cálida? ¿Es cierto que las verdaderas joyas arquitectónicas son las de fines del siglo XIX y principios del siglo XX? ¿Qué hacer con el patrimonio cultural que está venido abajo? Son todas preguntas que mueven el avispero de Open House Buenos Aires, un festival libre y gratuito de arquitectura y urbanismo que se despliega dos días al año en la capital argentina desde 2013. La invitación no es para turistas sino para habitantes curiosos e interesados en (re)descubrir sus barrios y su ciudad, que quieran agudizar la mirada en las fachadas que ven todos los días y recorrer el interior de edificaciones con gran valor arquitectónico, cultural y patrimonial.

El próximo 28 y 29 de octubre habrá 106 edificios porteños de brazos abiertos. Obras vivas, en las que se reunirán personas y se tejerán historias, recuerdos y puntos de vista. Una construcción colectiva.

El GPS

El catálogo OHBA 2017 reúne diversidad: desde los clásicos, como el Palacio Barolo, el edificio Bencich o la Usina del Arte; pasando por el teatro Gran Rex, la Torre de Interama o el teatro San Martín; la escuela ECOS, el centro de transbordo Constitución, la planta de reciclaje de CABA; la casa taller Forner Bigatti o el Conjunto de Viviendas en el Barrio 20. “El criterio general para la curaduría que hacemos es que sean edificios que tengan alguna propuesta arquitectónica o en cuanto a su uso y reuso. Hacemos especial foco en cómo la arquitectura contemporánea modifica la forma de vivir, de trabajar, de educar y cómo afecta al habitante”, explica Ricardo Pomphile, uno de los organizadores de la versión local. Cecilia Gentilini es voluntaria desde la primera edición y en esta será coordinadora de la zona 7, que comprende el sur de la ciudad –donde está la planta de Editorial Perfil.

“Habitualmente la arquitectura queda como telón de fondo y un evento como este la pone de protagonista”, celebra. “Hacer conocer lo que se está haciendo, cómo se mejora el patrimonio o mostrar el que está venido abajo, es poner en la discusión al habitante para que pueda entender, empoderarse y opinar”, postula Pomphile.

El festival apuesta a un conocimiento colectivo y compartido porque en los turnos en los que se muestra cada edificio, pueden llegar a confluir el constructor, el arquitecto, quien haya vivido allí, periodistas especializados, diseñadores de interiores o vecinos.

La grieta

Todo lo viejo es bueno. Todo lo nuevo es malo. Esa fue la cuna en la que nació el movimiento Open House en Londres hace 25 años. Victoria Thornton, creadora del Open House Worldwide, no es arquitecta y sentía que había un divorcio entre la arquitectura contemporánea y la gente. Fue un motor para idear la propuesta que hoy se replica en 36 urbes del mundo, entre ellas Buenos Aires, la primera ciudad latinoamericana en sumarse (el año que viene, lo hará también Rosario). “Hay que entender la arquitectura en su contexto. No hay una mejor que otra, sino un contexto en el que se dan las cosas y es interesante que la gente lo conozca. OH es una herramienta para que se revierta el prejuicio. ¿Hay un edificio que te parece feo? Vení, conócelo, fíjate cómo funciona y las ventajas que tiene en relación a otro”, apunta Pomphile. “La gente suele ser reticente a las nuevas ideas arquitectónicas y esta es una excelente oportunidad para que las vivencien y salgan con otro panorama”, opina el arquitecto Diego Abramzon, anfitrión de tres edificios.

Si en los primeros años, el Palacio Barolo o el teatro Gran Rex eran los que recibían mayor cantidad de visitantes, ahora el público se acerca cada vez más a las viviendas particulares, oficinas o talleres de artistas. Dentro de lo clásico, no se muestran solo las “joyas de la abuela”, también hay espacio para “edificios que no han recibido el cariño necesario”, como dice Gentilini. “Los que no están en óptimas condiciones, los sumamos por el valor arquitectónico y para ponerlos en valor y que alguien pueda hacer algo o que se ponga en debate qué hacer con ellos”, asegura Pomphile. Visibilizarlos es un gran paso.

Pasen y vean

En la primera edición, Diego Abramzon no dudó en aceptar la propuesta de mostrar su estudio de arquitectura. Al siguiente año, abrió también su casa (excepto los dormitorios, respetando el reparo de su mujer). Y al otro, ya no hubo sectores restringidos en su hogar.

En 2017, además de su estudio y de su casa, mostrará otro edificio que construyó. “Resulta una experiencia muy interesante porque te encontrás con colegas, alumnos, amigos y vecinos, se da como una gran reunión. Habitualmente muestro el sábado y el domingo me lo tomo para ser visitante”. Como anfitrión, deja que los asistentes circulen por los ambientes y está atento a contestar las preguntas.

Este año habrá 604 voluntarios que fueron reclutados por convocatorias en redes sociales, en la FADU y en el Polo Tecnológico. No hay requisitos previos para ser uno de ellos pero sí es necesario asistir a la capacitación que luego se complementa con las fichas específicas de cada edificio confeccionadas por OHBA.

Para Pomphide, el mayor valor de OHBA es unir al ciudadano común con el mundo de la arquitectura. “Es un encuentro que llama a la reflexión sobre cómo estamos viviendo, cómo estamos trabajando y haciendo las cosas; tanto el profesional como el ciudadano”, asegura.

Quienes quieran asistir deberán anotarse en la web: www.openhousebsas.org. Allí está disponible todo tipo de información sobre el evento.

Sábado 28/10: En esta edición habrá 55 edificios que requieren inscripción previa y 51 que no. En todos los casos es indispensable presentar el DNI.

Domingo 29/10: Las visitas duran en promedio media hora y cada persona se puede inscribir como máximo para tres edificios el sábado 28 y tres el domingo 29.

por Valeria García Testa

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