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SOCIEDAD | 21-10-2017 00:00

La farándula camuflada: estrategias de los famosos para salir sin ser reconocidos

Fobia a las multitudes. El caso de Susana Giménez y su peluca marrón.

Las luces encandilan la calle Corrientes. Una multitud se abarrota a la salida de un teatro. Espera por Ricardo Darín, que acaba de terminar con la función de una obra. El actor no quiere saludar a la gente, sino escaparse hacia una histórica pizzería del barrio. Para pasar desapercibido no lo duda: se calza una especie de antifaz y se escapa por una puerta lateral. Darín, camuflado, logra llegar al restaurante sin ser identificado, y consigue degustar esa deseada porción de pizza y tomarse una refrescante cerveza. Más allá de que esta escena pertenece a una publicidad, lo cierto es que la realidad superó a la ficción.

Son varios los famosos que sienten fobia por ser reconocidos y hacer frente a la gente. Y a la hora de tener que salir a la calle, recurren a las más extravagantes tácticas para pasar desapercibidos. Esto no sólo alcanza a las celebrities argentinas, como Susana Giménez, que recientemente confesó que se disfraza para ir al Barrio Chino, sino, incluso, a las estrellas de Hollywood. Una contradicción, si se tiene en cuenta que eligieron vivir de la exposición.

Camuflaje

“El otro día me disfracé y fui al Barrio Chino. Peluca marrón, anteojos como de chicata. Me hacía la inglesa, porque hasta la voz me reconocen”, relató Susana en su programa del domingo 8. La diva estaba sentada en su living junto a Sofía Gala, quien le decía que fuera a ver su película “Alanis” al cine. La rubia, entonces, confesó que para hacerlo y no llamar la atención de la gente, recurriría a un look insólito. Algo que, al parecer, le es habitual. “Se junta la gente y te da un miedo espantoso”, agregó luego la conductora. Pero Susana no es la única blonda que recurre a la táctica de la peluca marrón para escapar de la multitud. Luciana Salazar también lo hace. En el 2015, la modelo confesó que para poder ir a cenar con su ex Martín Redrado, se disfrazaba de esta manera. “Salgo muy poco a la calle porque tengo vergüenza de que me reconozcan, y de hecho cuando lo hago, voy toda camuflada”, aseguró la rubia por entonces.

Pero no todas las rubias eligen una peluca morocha. Xuxa, por ejemplo, las prefiere pelirrojas. Corría el 2011, y la brasileña estaba en Bariloche visitando a una amiga. La ex animadora quiso ir a comprar chocolates, y para pasar inadvertida, no tuvo mejor idea que calzarse una falsa y larga cabellera colorada. Aunque no logró su cometido: la primera persona que la miró a la cara, la reconoció.

Sin embargo, están también aquellas celebrities, que menos extravagantes, eligen otros métodos para pasar desapercibidos, como Natalia Oreiro que suele llevar pañuelos en la cabeza. O como Marcelo Tinelli, que es fanático de los anteojos de sol y los gorros, aún en plena noche. Aunque hubo una oportunidad en la que lo hizo con un fin altruista. Cuentan que hace unos años, para la celebración de Reyes, el “Cabezón” se disfrazó y salió a repartir zapatillas a unos chicos de la calle en Palermo.

Una fobia real

Este miedo que Susana describe al enfrentarse a gran cantidad de gente puede llegar a tomar tal magnitud en algunas personas, que termina por convertirse en una fobia. Se la conoce como enoclofobia, y es el persistente, anormal e injustificado miedo a las multitudes o a encontrarse en medio de un vasto grupo de gente. Según los especialistas, algunas razones por las que se lo puede experimentar es ser un individuo tímido por naturaleza, no poder desentenderse de las emociones de los demás alrededor de uno, o no sentirse seguro cerca de tanta gente desconocida. De hecho, son varias las personalidades que, a lo largo de la historia, la padecieron. Uno de ellos fue Albert Einstein, que en una oportunidad dijo: “Odio las multitudes”. Woody Allen también, e incluso está bajo tratamiento. Algo que resulta llamativo, y hasta contradictorio en el caso de aquellas celebridades que como el cineasta, dedican y dedicaron la mayor parte de su vida a vivir de la fama la y exposición.

Fóbicos o no, lo cierto es que en Hollywood, los famosos son particularmente originales y hasta ridículos a la hora de no ser pescados in fraganti. Como lo fue la máscara de chimpancé que eligió Leonardo Di Caprio en el 2014. El actor había intentado pasar desapercibido cuando salía con dos señoritas, mientras estaba de novio con su por entonces novia Tori Garrn. Algo que no logró.

Otro disfraz llamativo fue el que eligió Justin Bieber, el año pasado en Ámsterdam, aunque al final pareció no estar muy seguro de su idea. El cantante se calzó unos lentes aviadores y se puso un postizo de bigotes y barba. Lo curioso de la anécdota es que el joven, que no había sido reconocido, se acercó a unas chicas y les preguntó: “¿Se ve real?”. Dando a conocer su identidad. Otra intérprete pop que suele cambiar su look para no llamar la atención es Katy Perry. Tanto en Estados Unidos, como cuando sale de gira, la joven suele disfrutar de la vida nocturna, para lo que adopta distintos métodos de camuflaje. Su paso por la Argentina en el 2015, no fue la excepción, y la morocha, en su intento de pasar inadvertida al momento de ir al cine en Recoleta, eligió un par de anteojos, gorra y bufanda. Tampoco lo logró.

Pero si se trata de artistas musicales exitosos en su carrera y a la hora de no ser reconocidos, nadie como Michael Jackson. El fallecido cantante supo tener al menos cuatro dobles que servían para despistar a las multitudes. Incluso lo hizo la única vez que vino a la Argentina en 1993, donde recurrió a ellos para que la gente no supiera en qué auto se movía. Por eso, a menos que Susana Giménez aparezca con un método más original que el del artista, sin dudas, Jackson no sólo sigue siendo el rey del pop, sino también, el rey indiscutido del arte de despistar.

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