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CULTURA | 13-02-2018 00:09

Libros y series: del papel a la pantalla

El mundo de las series continúa nutriéndose de la literatura. Tanques que surgieron de libros y cobraron vida.

Un correo electrónico llega a la redacción de NOTICIAS. Es de una importante casa editorial y en el asunto dice con espíritu de venta: “Nuestros autores están en Netflix”. Desde hace un tiempo, la plataforma que hegemoniza el streaming se convirtió en uno de los escenarios más codiciado por los editores y, a su vez, traccionó la demanda hacia otros sitios on line donde se puede acceder a series de distintas cadenas. De una manera u otra, la búsqueda del entretenimiento visual se aleja cada vez más de la tv pero sigue encontrando en la industria del libro, tan tradicional como vigente, su principal musa inspiradora. Uno editor lo resumió con privacidad a esta revista: “Antes importaba a cuántos idiomas se había traducido el libro y en cuántos países llegaban los ejemplares. Hoy, más que eso, lo que importa es si ya tiene vendidos los derechos a una productora audiovisual”.

En la Argentina, Cablevisión salió a dar la batalla on line con el servicio Flow; que durante el año pasado tuvo a la serie “La Fragilidad de los cuerpos” como principal producto. La serie, basada en el libro homónimo de Sergio Olguín (Planeta), fue producida por Polka para Canal 13, TNT, y Cablevisión pero sus ocho capítulos fueron cargados completos a Flow, donde todavía se pueden ver.

A pesar de no haber participado del guión -hecho por Marcos Osorio Vidal (Los simuladores, Farsantes, etc)- Olguín siguió de cerca el proceso de conversión de su novela. “Lo que hice fue comentar la serie. Si veía algo que no me cerraba, lo dejaba asentado. Por la lectura que hacíamos con Marcos, lo más complicado fue aquello que tenía que ver con los pensamientos de los personajes y las referencias al pasado”, explica el escritor a Noticias.

Y es justamente ahí, en esa dificultad, donde Olguín ve una fuga irremediable. “Lo que pierde la serie, al cambiar de lenguaje, es el mundo interior de los personajes. No se puede detener uno durante cinco minutos a reflexionar sobre lo que el personaje siente o lo que ocurrió en otro momento de su vida. Con el flashback se tiende a simplificar el contexto en el que se toman las decisiones. Y si eso no es absolutamente importante en la serie, se deja de lado. En cambio, en una novela está muy presente”. Por otra parte, considera que “lo que suma indudablemente es el hecho creativo. Porque se parte de una novela y se llega a otro tipo de productor cultural como es una serie de televisión, cuya base es justamente la novela”.

Las series más potentes de los últimos años están basadas en libros. Sin aclamados actores pero con una mega producción de HBO, “Game of Thrones” popularizó el nombre de George R. R. Martin, autor de los libros en los que se basa la saga. Martin pasó de ser un escritor oculto a un rockstar del mainstream editorial con sus libros. Lo llamativo fue que la serie se volvió tan popular que avanzó más rápido que sus novelas.

El caso de “House of cards”, tanque con el que Netflix tomó la bastilla del streaming, tiene el particular origen de la memoria. Fueron los recuerdos del ex jefe de Gabinete de Margaret Thatcher, Michael Dobbs, los que nutrieron a la historia protagonizada por Frank Underwood. Aunque la primera versión fue adaptada con relativo éxito por la BBC, el verdadero suceso se daría con Kevin Spacey y Netflix.

Parecido a “House of cards” es el caso de otra de las series insignias de la plataforma. “Orange is the new black” está basada en la experiencia carcelaria que Piper Kerman plasmó en “Crónica de mi año en una prisión federal”. Kerman fue acusada en 1998 de llevar una valija con dinero de narcotráfico para una ex novia y entre 2004 y 2005 cumplió una sentencia de 15 meses.

Las memorias son un recurso apetecible. El documental “The center will not hold” -estrenado por Netflix el último 27 de octubre- que retrata la vida de Joan Didion, leyenda del periodismo norteamericano, se transformó en un reposicionamiento de su obra literaria; especialmente sus libros que cuentan los dos duelos que tuvo que afrontar: “El año del pensamiento mágico”, sobre la repentina muerte de su marido, y “Noches azules”, sobre la muerte, también rápida e inesperada, de su única hija de 39 años.

El servicio de streaming Hulu, uno de los rivales de Netflix, llevó como bandera de batalla a El cuento de la criada, una novela de la canadiense Margaret Atwood sobre un futuro distópico de corte feminista. La tira obtuvo un gran recibimiento del público y se espera una nueva temporada para este año.

Distinta es la historia del cerebro detrás del, quizá, más controversial y reciente éxito de la plataforma: “Por trece razones”, Jay Asher, de 43 años, publicó en 2007 la novela con el mismo nombre e inmediatamente fue un best seller entre los jóvenes. Transformada en pieza audiovisual, por ahora, la historia tuvo una sola temporada en la que, durante 13 capítulos, la protagonista explica las causas de su suicidio.

por Emiliano Gullo

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