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CULTURA | 20-02-2018 03:38

Harry Potter: cuando la magia se puede vivir

Crecen los eventos locales que recrean el universo de la saga. La fiebre no se detiene y tampoco la venta de sus libros. Películas, juegos y parques temáticos completan la escena.

“Es hermoso el simple hecho de estar ahí y ver flotar las túnicas; te sentís en Hogwarts”, afirma Julieta Papa, asistente de Magic Meeting, uno de los eventos que, en la Argentina, recrean a todo color el mundo mágico de Harry Potter, saga que este año celebrará el 20º aniversario de su primera edición en español.

Son siete los libros principales junto a otros cuatro escritos por la británica J.K. Rowling, nombrada la 88ª mujer más poderosa de 2017 por la revista Forbes. En 2016 salió a la venta el último texto, el guion de la obra de teatro Harry Potter y el legado maldito. Las publicaciones se transformaron en ocho superproducciones hollywoodenses que, en 2016, continuaron con el spin-off Animales fantásticos y dónde encontrarlos, cuya secuela está programada para el próximo noviembre.

Según Bloomsbury, la editorial inglesa que tiene los derechos de publicación, el fenómeno acumula más de 500 millones de ejemplares vendidos alrededor del mundo con traducción a 80 idiomas, y hoy se transforma en otro que tomó fuerza en la última década: eventos como Magic Meeting buscan más que sólo ofrecer la estética de la historia.

Desde 2012, FanCon Producciones organiza el encuentro que se celebra todos los años por la tarde en el Colegio San José del barrio de Balvanera, Capital Federal, con una entrada paga. Su elección no fue casual: por dentro, el edificio se asemeja a Hogwarts, el colegio de magia y hechicería de la saga. Durante todo un fin de semana, que se acerca todo lo posible al cumpleaños de Rowling y del propio Harry Potter (31 de julio), los creadores toman el rol de Ministerio de Magia y brindan dos días de clases a los asistentes, con la estructura que presenta el colegio en la narrativa.

El último convocó a casi 15 mil personas y generó una fila desde las siete de la mañana, por lo que la organización debió crear turnos para ordenar las jornadas. “Tal vez los más fanáticos estén entre los 20 y 30 años, pero tengo amigos de más de 30 y primas de 18, 16 y 15 que se están fanatizando. Magic Meeting está repleto de niños”, explica Papa.

Este año, la joven de 25 años asistirá por tercera vez al evento. Al igual que varios de sus amigos, ya tiene su propio stand para vender accesorios de porcelana fría relacionados con la serie, pero el eje sigue siendo la posibilidad de ser “alumna” y asistir a las aulas para presenciar los robots y las enseñanzas de la clase de Criaturas Mágicas, competir por puntos para su “casa” (son cuatro: Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff) y hasta simular hechizos o disputar una partida de ajedrez mágico. “Vivo el fenómeno a flor de piel”, asegura.

Los detalles de la experiencia se acumulan: hay 15 prefectos que recrean las tareas de vigilancia para con los alumnos, bandas de música temática y la posibilidad de jugar al Quidditch, el deporte de los magos que cuenta con una asociación oficial y 15 equipos a nivel nacional. Además, uno de los días está centrado en acontecimientos de la ficción.

Tanto Papa como FanCon señalan que la Argentina destaca en este tipo de celebraciones porque asiste gente de todo el planeta, incluyendo familias que traspasan el gusto a las nuevas generaciones. “Llega gente de Chile, Colombia, Brasil, y hasta de España, porque allá no tienen algo así”, expresan desde la organización.

Aunque las redes sociales sirven para la difusión y preparar determinados aspectos del evento, como las salas comunes de las casas, la dinámica arranca y termina en el San José, que también luce un gran patio donde los estudiantes se cruzan y comparten su momento. Todo fluye sin convertirse en algo guiado.

Varitas en alto. La oferta de representaciones que permiten vivir la magia no termina en Balvanera. Creado en 2005, el Círculo de Lectores de Harry Potter (CHP) brinda experiencias similares a las de Magic Meeting a través de reuniones regulares y otras emparentadas con fechas históricas de la serie.

“Tenemos las cuatro casas con sus respectivos jefes, una zona mixta y de cinco a siete prefectos. Todas compiten en actividades para ganar una copa, así como un torneo de Quidditch”, explica Matías Vera, integrante del staff del CHP. Y añade: “Trabajamos en equipo y vamos viendo qué generamos; replicamos todo lo que se puede replicar”.

Los miembros de CHP se juntan en centros culturales, parques y en el Planetario de Capital Federal. Las celebraciones pueden alcanzar a 700 personas. “Éramos 30 o 40 al principio”, recuerda Vera, quien remarca los números en las redes sociales: más de 16500 en Facebook, 3200 en Twitter y alrededor de 4600 en Instagram.

De ese espacio común para debatir sobre literatura fantástica surgió Potterwalk en 2011, cuya segunda edición se dio en 2017 y convocó integrantes de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, y Posadas en el país, y Montevideo, Asunción, La Paz y Barcelona en el exterior. Miles de fanáticos marcharon hacia puntos icónicos de las ciudades con ropas y materiales de la saga, superando a los 1500 de la primera vez.

Por su parte, FanCon presentó la tercera edición de Harry Potter Book Night el 1 de febrero en los jardines de la embajada inglesa en Buenos Aires, con la presencia del embajador Mark Kent. El cupo se agotó de inmediato y más de 2000 asistentes disfrutaron de un evento que se produce a nivel mundial por iniciativa de la editorial Bloomsbury, y que combina lecturas de capítulos, demostraciones de Quidditch, trivias, disfraces y otras actividades adaptadas a cada país.

No obstante, los eventos locales asentaron precedentes para la región mediante un formato que sobrepasa la actuación en sus participantes. “Somos referentes y queremos seguir en conjuntos con otras entidades”, concluye Vera.

Letras mágicas. Harry Potter dio pie no sólo a películas, sino también a parques temáticos en los estudios Universal, visitas a los estudios Warner Bros., exposiciones en Inglaterra, la convención LeakyCon en Estados Unidos, tours por las locaciones de los relatos y hasta estatuas en Madrid, conformando una escena que es comparable o “mejor recreada que la de Star Wars”, en palabras del representante de CHP.

También tiene sus libros electrónicos y audiolibros, así como nueve videojuegos y uno en camino para dispositivos móviles que permitirá crear un personaje y explorar los misterios de Hogwarts. No obstante, los libros aún son la base de la pirámide. “Siempre nos quedamos cortos: en nuestro ranking, Harry Potter está entre los primeros puestos, y el primero de la saga es el más vendido”, aclaran desde Riverside, distribuidora en el país de los títulos en español de la editorial Salamandra.

En 2015 salieron nuevas ediciones en tapa dura y blanda con un nuevo ilustrador, lo que reimpulsó las ventas a nivel mundial. El legado maldito ayudó a pesar de las críticas mixtas por el cambio de estilo. “La venta en librerías sigue liderando. Los niños empiezan a leer desde los nueve años o antes, muchas veces debido a sus padres. La gente compra en los eventos, pero son un momento de festejo y encuentro de lectores”, señalan desde la propia Salamandra.

Tal es el impacto literario que la historia obtuvo una expansión con la apertura de Pottermore en 2012, sitio web impulsado por Rowling para proveer a los usuarios de una identidad digital con casa del colegio, varita, hechizo característico y material inédito incluidos.

“Nunca hubo un estancamiento; los libros reciben nuevas generaciones y no necesita de las redes sociales para crecer”, declara Riverside. Y desde Salamandra indican que la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) siempre muestra interés en “completar los títulos” durante la realización de la Feria del Libro.

Es que la literatura misma ya se refirió al suceso: en El Código Da Vinci (2006), el simbologista Robert Langdon mantiene una charla con su editor en la que se refiere al “mayor best seller de todos los tiempos”. “No me digas que Harry Potter trata sobre el Santo Grial”, responde su interlocutor. 12 años más tarde, el mago más famoso mantiene su nivel de popularidad y logra que la fiebre “salte” de los libros a la piel de sus seguidores.

por Emilio Gola

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