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SOCIEDAD | 22-02-2018 11:05

Nueva tendencia VIP: Dame un cuarto de helicóptero

Los famosos compran fracciones de aeronaves que equivalen a horas de vuelo. Los costos de volar en un tiempo compartido, pero exclusivo.

Paros sorpresa, asambleas y suspensión de vuelos son algunos de los motivos por los que volar en la Argentina puede convertirse en una odisea. Salvo para las celebrities y políticos que gastan fortunas para moverse en vuelos privados. Sin embargo, este año, en Punta del Este, apareció una nueva tendencia VIP que ya es furor entre los famosos: la compra de aeronaves fraccionadas, una especie de tiempo compartido para volar.

Tener un avión propio implica un sinfín de responsabilidades que muchas veces no justifican la inversión respecto de las horas de vuelo que se utilizan. Hay gastos de hangaraje, mantenimiento, sueldos de tripulación, seguro y trámites de vuelo, entre otros. Por eso, muchas celebrities como Marcelo Tinelli o Adrián Suar se vuelcan a los vuelos privados. Sin embargo, este verano, empresarios y famosos de la talla de la conductora Mariana Fabbiani y del ex tenista Gastón Gaudio fueron invitados a volar por la empresa Ventus Flights y, al terminar la temporada, se convirtieron en propietarios de aeronaves. O más exactamente, en propietarios de una porción de la misma que se contabiliza en cantidad de horas de vuelo.

Famosos en el aire

En Punta del Este, en plena temporada, es muy normal ver helicópteros volando sobre las playas. Este año, se intensificaron y las aeronaves que podían verse desde la orilla del mar eran mucho más lujosas (Ventus llevó a NOTICIAS en un lujoso helicóptero Bell 407 GXP). Lo que pocos saben es que en muchos de esos vuelos llevaban famosos, algunos invitados y otros ya dueños de esa aeronave.

“Elegimos Punta del Este para el lanzamiento de Ventus porque es un destino muy popular, atractivo para cualquier máquina de la flota y nos pareció un muy buen punto de partida. Lo que atrae de nuestra propuesta es saber lo simple que es tener una aeronave donde uno se olvida de toda la administración porque eso lo hacemos nosotros”, explicó a NOTICIAS Sebastián Chiou, uno de los propietarios de la empresa.

Uno de los primeros en comprar una fracción de un jet fue Gaudio, quién junto a su amigo y ex colega, Mariano Zabaleta (también propietario de una aeronave), se dio el lujo de volar sobre la playa y brindar con una copa de champaña en una aeronave que fue despegada por él mismo. Sucede que está haciendo el curso de piloto y, además de usar su nave para moverse, lo aprovecha para sumar horas de vuelo acompañado por su instructor.

Fabbiani es una de las más recientes propietarias. La conductora voló con la empresa junto a su esposo, el productor y director de la productora Mandarina, Mariano Chihade, y juntos estudiaron los beneficios que implicaba tener una fracción de una aeronave. Terminaron volviendo a Buenos Aires en su propio jet.

En el ámbito del fútbol, también hay propietarios Ventus. Fernando Cavenaghi y Guillermo Pereyra (ex jugadores de River Plate) fueron de los primeros en sumarse a esta nueva manera de movilizarse chic. Incluso, ambos son los protagonistas del primer spot publicitario de la empresa comercializadora que puede verse en Buquebus y en el puerto de Montevideo, y también en las redes sociales. A la lista se suman varios empresarios que se interiorizaron por el sistema y que, posiblemente, tengan su parte de un avión o helicóptero.

Aviones fraccionados

El sistema de propiedad compartida, o “fractional ownership”, nació en 1985 en Estados Unidos, con la idea de poder fraccionar la propiedad de los aviones, producto de que el mercado del taxi aéreo estaba muy saturado. Y porque no justificaba invertir en un avión propio. Este negocio se expandió por diferentes países y se volvió muy fuerte en Brasil.

“Un propietario primario full no vuela más de 120 horas al año, muy pocas para una aeronave. Por ese motivo es que todas tienen capacidad para tener múltiples dueños”, explicó Chiou. Pero, ¿en qué consiste el sistema que lo haría tan beneficioso? La empresa cuenta con varias aeronaves de diferentes portes, helicópteros para 3, 4 o 6 pasajeros más el piloto o aviones monomotor, bimotor y jets. Eso les permite hacer clearing, o sea que si el propietario de un jet quiere ir a una chacra donde sólo puede aterrizar un helicóptero, tiene la posibilidad de cambiar horas de vuelo de su nave por una que pueda bajar en espacios reducidos.

Un usuario puede comprar un cuarto, un sexto, un octavo o hasta un décimo de una aeronave. Por valores que arrancan desde 75.000 dólares (el valor de un auto de alta gama), que aumenta según el tipo de máquina que se quiera adquirir. Luego se paga una expensa mensual que cubre los gastos administrativos (hangar, seguro, mantenimiento y tripulación, todo a cargo de la empresa comercializadora). Esa porción adquirida equivale a una determinada cantidad de horas de vuelo anuales.

¿Qué pasa si dos propietarios de un mismo avión quieren volar el mismo día y a la misma hora? “Nuestro sistema es mal llamado tiempo compartido, porque la nave no se comparte. En esos casos se utilizan dos aviones diferentes, uno para cada propietario. Un sexto de un helicóptero Robinson R44, para tres pasajeros más el piloto, cuesta 75.000 dólares e incluye 60 horas anuales de vuelo que se pueden regalar, usar con amigos, familia o solo. Esa porción tiene una expensa mensual de 800 dólares con los que se cubre el resto de los gastos”, afirmó uno de los propietarios de la comercializadora.

Teniendo en cuenta el tráfico de la Ciudad de Buenos Aires, sólo falta que se habiliten helipuertos en el centro para que empresarios y celebrities abandonen sus autos de lujo para empezar a moverse en sus propias aeronaves.

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