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POLíTICA | 01-04-2018 03:47

Uki Goñi: “Hay una nueva etapa de negacionismo”

El periodista reedita su libro sobre Astiz y habla de la versión macrista de los Derechos Humanos. Su paso por el Herald.

Cuando las primeras madres se refugiaban en el Buenos Aires Herald, Uki Goñi tenía 23 años. El joven periodista estadounidense las veía llegar en un Peugeot blanco conducido por un joven rubio que las esperaba en la planta baja del edificio. Al terminar la reunión, bajaba a acompañarlas y observaba de lejos al chofer. Así conoció a Alfredo Astiz. No podía imaginar entonces la magnitud histórica de ese camuflado marino de la ESMA que fue apodado “el ángel de la muerte”, condenado por secuestros, torturas y homicidios, y que hoy podría recuperar la libertad.

“La idea de liberar a 96 condenados por crímenes de lesa humanidad huele a amnistía encubierta”, dice Goñi a NOTICIAS, 40 años después. Se refiere a un reciente informe del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que incluye a Astiz entre otros mil presos en condiciones de acceder a “medidas alternativas de prisión”.

En una reedición ampliada de su libro “El infiltrado”, publicada recientemente, Goñi relata la infiltración del teniente entre las primeras Madres de Plaza de Mayo y el secuestro de “los doce de la Iglesia de la Santa Cruz”. Entre ellos estaban las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y las madres Azucena Villaflor de De Vincenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco. Todos fueron torturados y arrojados al mar en los “vuelos de la muerte”.

La investigación periodística fue incorporada como prueba en los juicios de la ESMA del 2011 y el 2017, donde Astiz fue condenado a perpetua. “Astiz fue odiado particularmente entre los represores porque se ensañó con mujeres”, revisa Goñi desde una mirada feminista. Y asegura que se trató de “femicidios complejos”. El “ángel rubio” o Gustavo Niño, como se hacía llamar, era parte de “los oficiales a los que les parecían insoportables esas mujeres valientes que salieron a hacerles frente”.

Relativismo. Bajo el mando de Robert Cox, el diario en inglés Buenos Aires Herald tuvo un rol central de denuncia durante la última dictadura y Goñi fue uno de los periodistas comprometidos en la tarea. De familia argentina, en los '70 se radicó en el país tras su paso por Irlanda, México y Estados Unidos. Estudió la dictadura y el arribo nazi a la Argentina. La democracia lo encontró en un escenario al lado de Charly García, con su banda Los Helicópteros, pero nunca abandonó el periodismo. Escribió para medios internacionales como The Guardian y The New York Times. Escribió tres libros. Y supo cultivar una cercana relación con madres como Nora Cortiñas y Taty Almeida.

Noticias: ¿En qué momento están los organismos de Derechos Humanos?

Uki Goñi: Lograron sobrevivir a todos los gobiernos: las leyes de olvido de Alfonsín, las amnistías de Menem, los gobiernos kirchneristas que les dieron mucho apoyo, y ahora se ven en una nueva etapa, donde muy viejitas las madres y abuelas tienen que ver cómo enfrentar esta nueva etapa de negacionismo y relativismo.

Noticias: ¿Cómo es esa etapa?

Goñi: En Argentina lo que hay es relativismo, que es la cara políticamente correcta del negacionismo. Se relativiza con frases como “los guerrilleros también mataron gente” o “los desaparecidos no son tantos”. En el caso del Holocausto está muy estudiado, pero en Argentina no hay trabajo académico serio para rebatir esta ola de relativismo que está adueñándose de la discusión.

Noticias: Funcionarios de este gobierno discuten el número de desaparecidos...

Goñi: No tenemos los nombres de todos y hay que hacer un cálculo estimativo. Cualquier número, mientras no esté utilizado políticamente es válido, pero lo que pasa en Argentina raya el negacionismo porque se lo usa con odio y para tratar de desvalorizar el trabajo de las madres y las abuelas, que es prácticamente lo más importante que ha sucedido en los últimos cien años. Hay una gran envidia de los políticos porque ven que ellas son el símbolo más importante del país.

Noticias: ¿Qué es la reconciliación?

Goñi: Es un acto privado entre dos individuos. La idea de que yo como presidente o diputado puedo dictaminar que están todos reconciliados, no funciona. Hablan de aplicar lo que se aplicó en Sudáfrica o Colombia, donde la vía judicial no es factible, porque si decidís llevar a juicio a los que estuvieron implicados, tenés que meter preso a medio país. En Argentina no ocurrió eso y lo que hicieron los militares es tan aberrante que no hay posibilidad de reconciliación. Además, ellos no mostraron el menor intento de reconciliarse con nada. La Justicia es lo único que lleva a la reconciliación.

Noticias: ¿Hay una política de mano dura? ¿Le preocupa la doctrina Chocobar?

Goñi: Me preocupa y mucho, porque esa no es la solución. La gente que cree en la mano dura es porque no ha estudiado, es ignorante. Pueden haber ido al Cardenal Newman pero no saben nada. Pero para mentes simples, una solución simple.

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