Brenda Stanley es la menor de las hijas del empresario Guillermo Stanley y María Cristina Tate. Tiene 40 años, es psicóloga y arte-terapeuta. Actualmente, se dedica a dictar cursos para que jóvenes y mujeres tengan “un espacio de encuentro con uno mismo”. Pero en los últimos años, participó de varias fundaciones dedicadas al trabajo social. Una de ellas es la Fundación Grano de Mostaza, que preside el ex vocero del Papa Francisco, el presbítero Gustavo Boquín.
Stanley fue la fundadora y coordinadora del programa “Sembrando Creatividad”, que recibió subvenciones del Gobierno porteño en varias oportunidades. En 2016, el Ministerio de Cultura aprobó su contratación por 350 mil pesos. En 2014, cuando su hermana Carolina era parte del Gabinete, el proyecto consiguió otros 235.960 pesos de la Secretaría de Hábitat e Inclusión. Y en 2013, otros $ 150.600.
La última contratación de la Fundación es del 21 de junio último: el Gobierno porteño le aprobó un nuevo pago por 693.853 pesos para realizar talleres de arte, manualidades y pintura en villas de la ciudad.
“Sí o sí nos tiene que ir bien. Tenemos que ayudar a mucha gente", decía Brenda Stanley en una nota para La Nación, cuando era directora ejecutiva de la Fundación por Pilar, en 2007. El espacio trabajaba con la Casa Ronald McDonald, el Hospital Universitario Austral y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), del que forma parte su padre.
“Willy” Stanley lleva casi 20 años en la industria de servicios financieros. Entró al CityBank a mediados de los ´80 y una década después tuvo un activo rol en la reestructuración de la deuda externa y el proceso de privatizaciones. Hoy integra varios directorios: del Banco Macro, la fábrica de alfajores Havanna y de la compañía de inversión Inverlat (ex D&G SA), con la que el año pasado incursionó en el negocio del GNC.
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