Friday 29 de March, 2024

POLíTICA | 21-07-2018 02:57

Espías que tocan timbre

Tanto Parrilli ayer como Arribas hoy acudieron a la Justicia por notas de NOTICIAS. El grave peligro de tener "servicios" ridículos.

Reza un conocido refrán: "A este lo mandan a espiar y toca el timbre". Es decir, cualquiera sabe que la destreza y la efectividad en el siempre controvertido arte de la "inteligencia" radican en arbitrar todos los medios para garantizar que ciertas cosas se mantengan en la estricta oscuridad del secreto.

Pese a sus diferentes orígenes partidarios, Gustavo Arribas y Oscar Parrilli se parecen mucho más allá de la calvicie.

Uno sucedió al otro al frente de la AFI (ex SIDE).

Parrilli, pese a la expertise acumulada en tan delicado cargo, fue grabado bajo cuerda durante meses. Tenía el teléfono pinchado. Así, el país entero supo que Cristina Kirchner lo trata de "pelotudo".

Arribas, actual Señor 5, fue descubierto por un fotógrafo vocacional en las plateas del Spartak de Moscú mientras hinchaba por Argentina contra Islandia, pese a la prohibición del Presidente de que sus funcionarios fueran al Mundial.

Parrilli y Arribas, cada uno a su turno, acudieron a los Tribunales Federales alterados por sendas investigaciones de Rodis Recalt, redactor de la Sección Política Nacional de NOTICIAS. Ambos lo hicieron por la supuesta violación del Artículo 222 del Código Penal: “Será reprimido con reclusión o prisión de 1 a seis 6 años el que revelare secretos políticos, industriales, tecnológicos o militares concernientes a la seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la Nación. En la misma pena incurrirá el que obtuviere la revelación del secreto”.

Parrilli denunció la "traición a la Patria" de esta revista por publicar los nombres de 138 agentes metidos por la ventana en la AFI poco antes de la finalización del mandato de CFK. Se trataba de militantes y punteros kirchneristas sin ninguna experiencia en la delicada profesión.

Arribas lo hizo el 12 de julio último, tras leer la nota "El nuevo Stiuso". Allí se revelaba que un tal Martín Coste acababa de ser nombrado al frente de la inquietante Dirección de Contrainteligencia que durante décadas comandara el temible Jaime Stiuso, quien sigue gozando de influencia en el organismo.

Parrilli y Arribas formularon sus respectivas denuncias a través de la misma persona: el abogado José Padilla, director, antes y ahora, de Asuntos Legales de la AFI.

En la pesquisa impulsada por Arribas, se presta más atención a quiénes pudieron ser las fuentes de la "filtración" que al medio que la hizo pública. Nuestros jefes de Inteligencia deberían mandarse presos a sí mismos: fueron ellos quienes confirmaron la identidad del flamante directivo y solicitaron que se mencionara a Coste por sus iniciales "MC", como si ello alcanzara para ocultarla.

Un consejo, estimados jefes de la AFI: cuando se pretende resguardar un secreto, no se responde sobre el asunto. ¿Vieron que los estadounidenses usan la fórmula "No comment"? Bueno, ello significa que de eso no se habla sea verdad o mentira. Al menos vean pelis.

En realidad, todos los gobernantes se parecen en su obsesión por evitar las molestias del periodismo.

Menem abrió causas penales y civiles a mansalva, y amagó con sancionar una Ley Mordaza.

Los K intentaron ser más sofisticados: despenalizaron las "calumnias e injurias", pero establecieron un perverso esquema de premios y castigos con la publicidad oficial.

Los M van a por las fuentes. Paradójico: alientan la aparición de "arrepentidos" para transparentar la República, pero meten miedo a quien pueda suministrar cierta clase de información a la prensa.

Un ejemplo, anterior a la denuncia de Arribas, fue la Ley de Blanqueo de Capitales. Se pena a quien deslice datos al respecto. De hecho, hay ex funcionarios de la AFIP detenidos por esa cuestión. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ha dicho hace poco que NOTICIAS (medio que publicó la primicia sobre su gran evasión y su blanqueo) es abastecida por "una banda de delincuentes que trafican secretos fiscales". No desmintió nada. Y le cabe el mismo comentario que con el Caso Arribas: debería denunciar por "asociación ilícita" a sus más estrechos colaboradores, ya que fueron ellos quienes confirmaron sus vaivenes fiscales (por los cuales, de haber sido descubierto a tiempo, tal vez hoy estaría preso).

El proyecto de Ley de Blanqueo entró a Diputados el 7 de junio del 2016. Penaba a cualquiera que difundiera datos de blanqueadores. Aquel mismo Día del Periodista, NOTICIAS inauguraba una muestra de José Luis Cabezas, a casi 20 años de su asesinato, en el Salón de los Pasos Perdidos. Nos quejamos en público. Quitaron ahí mismo la figura delictiva contra los medios. De no haber sido así, tal vez esta nota la habría escrito un procesado.

*Jefe de Redacción de NOTICIAS.

por Edi Zunino*

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