**** Sé que el lector puede pensar que es una “postura” no ponerle cinco estrellas a la última, inacabada película de Orson Welles que se reconstruyó gracias a Netflix, a Peter Bogdanovich. Quizás requiera más de una visión, pero lo que hay –la historia de un director de cine que muere y deja inacabada una película, lo que hace del conjunto una caja china dentro de otra, un misterio dentro de otro– es al mismo tiempo fascinante y tedioso, rodado con tomas urgentes y con momentos fría y estéticamente calculados. El conjunto es mucho más “interesante” que disfrutable, aunque cuando estallan las emociones, recordamos que Welles fue, sobre todo, un emotivo amante del arte popular. Quizás la película no sea más que una gigantesca broma sobre las “interpretaciones” que la obra de Welles ha provocado y Orson simplemente se divierta con todo eso, al tiempo que lamenta no poder filmar como querría. Obviamente, una gran experiencia y un film aparte.
(EE.UU., 1976-2018) Drama. Dirección: Orson Welles. Con John Huston. Netflix.
por Leonardo D’Espósito
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