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SOCIEDAD | 20-12-2018 12:13

Caso Eguillor: madre fiscal, en crisis

Paula Daniela Martínez Castro desapareció de los tribunales y no quiere hablar de su hijo detenido. Licencia psiquiátrica y reputación dañada.

Paula Daniela Martínez Castro pasó gran parte de su vida en el anonimato. A pesar de pertenecer al siempre observado Poder Judicial, su cargo de fiscal en Lomas de Zamora no la obligaba a una gran exposición y ella prefería recluirse y permanecer en ese silencio. Sólo alguna nota aislada destaca algún fallo con su firma, pero no más que eso. Sin embargo, sería su hijo quien la convertiría en un fenómeno viral. Rodrigo Eguillor,el joven de 24 años acusado de haber abusado de una joven de 22 en un departamento de San Telmo, hizo de su madre una de las personas más tristemente famosas del país.

Eguillor no sólo fue presentado por todos los medios como “el hijo de la fiscal”, sino que se puso en duda cuánto influía ella sobre su hijo. Su propio hijo alimentó las sospechas cuando, mientras era detenido por efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, dejó de lado su postura sobradora y rogó que contacten a su madre. “Llamen a mi vieja”, suplicó, mientras hacía el gesto de un teléfono con sus manos. La imagen no sólo fue motivo de burla en todo el país, sino que además empujó a la fiscal al centro de la escena. ¿Quién es esta funcionaria judicial? ¿Apaña a su hijo desde sus funciones?

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Ausencia. “Salieron todos a decir 'el hijo de la fiscal' como si se tratara de que ella tiene el poder de (Ricardo) Lorenzetti o alguien así, pero no es así. Obvio que querrá lo mejor para su hijo, pero no es que desarma causas o cambia fallos o cosas por el estilo”, la defienden desde el edificio del Departamento Judicial de Lomas de Zamora. NOTICIAS hizo una recorrida por los tribunales. Martínez Castro es la agente fiscal de la Unidad de Ejecución Penal N°2, pero a pesar del cargo que ejerce, en Tribunales advierten que no concurre con regularidad. En este momento, la fiscal está de licencia por carpeta psiquiátrica. “Acá no se dijo mucho más, sólo que no va a venir por ese motivo”, apuntan desde los Tribunales. Cuando se pregunta en el edificio por el nombre de la fiscal pocos la reconocen. Sin embargo, cuando se agrega el dato de quién es su hijo, todos la ubican. Es que el escándalo de Eguillor sigue presente y tardará mucho tiempo en acallarse. “Él dijo que trabajaba acá, pero es mentira. Habrá tratado de entrar a algún cargo o de meritorio, pero más que deambulando por los pasillos nadie lo vio haciendo nada”, comenta el secretario de otra fiscalía.

Martínez Castro habría tratado en vano de conseguirle un trabajo estable a su hijo. “Él trabajaba en el boliche Jet de Relaciones públicas. Eso es totalmente incompatible con estar en el Poder Judicial que comienza a las 7 de la mañana y tiene guardias los fines de semana. Nunca hubiera podido hacerlo”, acotan.

La poca predisposición de Eguillor para con el trabajo habría provocado cortocircuitos con la madre. Según quienes trabajan día a día con ella, eso es algo que la frustra. “Está muy preocupada por la vida que lleva su hijo. Discutieron varias veces por ese motivo”, destacan. Ese sería uno de los motivos por los cuales Rodrigo dejó de compartir la vivienda familiar en un country de Canning y hasta llegó a declarar que la relación entre ambos era nula. De hecho, durante su raid mediático, destacó que su madre “no apareció” para ayudarlo. Así, Martínez Castro tiró por tierra la hipótesis de que es ella quien le garantiza impunidad a su hijo, al menos en este caso. Además, a raíz de la acusación de abuso sexual, Martínez Castro influyó para que su otra hija, Tamara, también cortara relación con Rodrigo, según contó el joven.

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Profesional. El escándalo hizo que toda la carrera de Martínez Castro dentro de Tribunales sea puesta en la mira. El primer dato que trascendió fue que la fiscal integraba Justicia Legítima, una asociación civil que nació en diciembre del 2011. Esta organización surgió a raíz de una solicitada firmada por magistrados de todo el país, funcionarios judiciales y referentes académicos que se manifestaron en contra de un comunicado de otras organizaciones judiciales que cuestionaba la injerencia del poder político sobre la Justicia. En aquel momento, Cristina Kirchner apuntaba a una reforma judicial y quienes integraban Justicia Legítima la apoyaban. Martínez Castro firmó aquella solicitada, sin embargo, quienes trabajan con ella aseguran que nunca fue una ferviente militante. “Que haya firmado, o apoyado aquella propuesta y las políticas de ese gobierno no quiere decir que sea K. De hecho, nunca la escuché militando”, destacan.

Más aún, el primer personaje público que salió a confrontar con Martínez Castro fue el nuevo niño mimado de Cristina, Juan Grabois. El dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) acusó a Martínez Castro: “No permite que Emanuel Córdoba, un joven que siendo adicto robó un desodorante, cumpla su condena en la Casa Comunitaria Vientos de Libertad, pero apaña a su hijo abusador”. “Eso que dicen no es así. Hay que ver la causa, pero dicen cualquier cosa sin mirar el expediente”, responden desde la Fiscalía, aunque destacan que la funcionaria judicial es reconocida en el ambiente por ser estricta en sus fallos y su poca predisposición a modificar o revisar condenas. “Las veces que tuve que trabajar con ella me pareció muy correcta”, afirma un abogado que trabaja en esa delegación judicial.

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Así, mientras al cierre de esta edición, Rodrigo Eguillor continuaba detenido, su madre permanecía en el más absoluto silencio. Incluso mandó a decir a sus colaboradores que no haría ninguna declaración pública. Mientras, ve la manera de salir indemne del escándalo al que su hijo la arrastró.

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