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COSTUMBRES | 15-01-2019 12:20

Fitness y dietas que están de moda en las playas

El tiempo libre en verano es ideal para proponerse un plan de cuidados que dure todo el año. Actividades y alimentación en la costa.

No dormirse en los laureles. Ese parece ser el leitmotiv de todos aquellos que están disfrutando de la playa. Y es que si durante el año se trabajó fuerte por lograr un cuerpo tonificado, no es cuestión de bajar los brazos cuando más expuesto va a estar. Por eso, son muchos los que mantienen el ritmo de entrenamiento y le siguen prestando atención a las comidas en su tiempo de descanso. Si hoy se mira a los centros turísticos, pareciera que la eterna fijación argentina por el cuerpo sigue más vigente que nunca.

En movimiento. Basta hacer un paneo por las distintas costas para llegar a la conclusión de que la actividad preferida es correr. En Punta del Este, aquellos que se calzan las zapatillas son omnipresentes.

En la Punta, entre la Mansa y la Brava, en las subidas de Manantiales y La Barra, en las callecitas de José Ignacio; no hay paisaje en el que no se cuele algún runner bien bronceado. En Pinamar también son una imagen recurrente: el Bosque de los Pioneros se llena de corredores cada atardecer, aprovechando la hora dorada para cumplir con sus kilómetros diarios. Salir a correr a la vera del mar o entre los árboles frondosos, un placer que suele estar vedado el resto del año, es muy bien aprovechado por muchos.

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Pero no solo la actividad solitaria está en auge. Comprendiendo este interés por mantener la figura impecable, son muchos los paradores que han desplegado su agenda de actividades para no detenerse un segundo. En Cariló, los viernes a la tarde son de zumba en Hemingway, la disciplina que permite combinar la música latina más vibrante del verano con ejercicios aeróbicos y pasos coreográficos.

En La Escondida, en Pinamar, el spinning es rey y convoca dos veces por día con clases llenas. Este ejercicio en el que las piernas aportan el mayor esfuerzo sin duda cobra un nuevo sentido cuando se hace pedaleando con vista al mar. Aunque si el que convoca es un entrenador reconocido, también vale la pena ejercitarse bajo techo, e incluso pagando.

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Así sucede por ejemplo en el spa de Enjoy, en Punta del Este, donde el personal trainer Daniel Tangona brinda los lunes, miércoles, viernes y sábados por la mañana una clase hecha para “liberar estrés”. Un clásico de todas las temporadas, este 2019 nuevamente convoca grupos de entre 30 y 60 personas dispuestas a pasar una hora y cuarto en acción. Eso sí, lejos de la tendencia del zumba u otras disciplinas más coreográficas: “apunto a un público al que no le gusta tener que aprender situaciones incómodas para el cuerpo; conmigo buscan canalizar toda la energía guardada en base a movimientos repetitivos que una vez que se aprenden ya no requieren pensar, solo dejar fluir”, describe el trainer.

Según cuenta, la promesa de su clase es descargar estrés y angustia e irse con las endorfinas en lo más alto. Y a la vez, asegura que en la calle ve mucha gente pedaleando en sus mountain bikes, una tendencia que recomienda en lugar de la simple corrida, porque “presenta un trabajo cardiovascular sin impacto”.

Viva el wellness. Pero no todo es sudar la gota gorda. En los lugares de playa también hay espacio para el relax y las prácticas más difundidas del wellness, otra pata importante del cuidado del cuerpo (y la mente). Así, Pandora Beach House, el negocio pop up de la marca de joyas que abrió en Manantiales este verano, también convoca cada mañana a sus clases de yoga. Acompañan la propuesta un servicio de jugos naturales y hasta la próxima charla abierta de Marina Borenzstein, referente de la vida sana.

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En Pinamar, en tanto, Boutique Club de Mar también ofrece sus propias clases de yoga, y aunque su fuerte parece estar puesto en las actividades de más ritmo (ofrecen desde kangoo jump y fútbol femenino hasta clínicas de rugby, vóley y aero-board), la asistencia es más que interesante. Y asimismo los masajes se repiten en la mayoría de los paradores, creando una postal de relax envidiable.

El círculo se completa con las propuestas de cocina saludable. En Punta del Este, el exclusivo parador Bagatelle Beach, en La Barra, seduce con tartines de palta, una ensalada griega con queso feta y otra de quinoa, tiraditos, ceviche, espinacas salteadas con ajo o un salmón chileno marinado con miso y salsa de mango, entre otras exquisiteces aptas para paladares fit.

En tanto en Zafferano, el restaurante del hotel Punta del Este Resort & Spa, propuestas como láminas de pulpo con papaya y melón al limoncello, carpaccio de langostinos al Campari o nastros de pasta a la clorofila con pesto y pistachos también inclinan la balanza hacia quienes desean seguir cuidándose incluso en vacaciones.

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“Si bien el 60% de la población es sedentaria, y ese número es alarmante y debe enfrentarse todo el año, es cierto que el verano ayuda a aventurarse y arriesgarse, haciendo que la gente tenga ganas de ponerse en movimiento”, sintetiza Tangona.l

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por Vicky Guazzone

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