Noticias: ¿Cuánto pesa el apellido Larreta?
Anna Larreta: Es pesadito. Te haré una confidencia: Como yo tengo un problema de apellidos, porque tengo los de mi madre, siempre me sentí muy libre de ponerme los apellidos que quisiera. El día que decidí hacer teatro, Taco no sólo se puso furioso porque yo dejaba mis estudios e iba al conservatorio, sino porque me cambié el nombre. Para mí, Anna Larreta estaba muy bien. Le dije que no era para que me consiguiera trabajo, sino porque me gustaba. Durante mucho tiempo fue un problema, pero es un apellido que tiene su historia, su peso. Uno tiene que asumir sus historias y vivirlas. Cuando sos joven es un poco confuso, para después quedarte con lo más bonito. En mi caso es la unión a una de las personas que más he querido en mi vida. No sólo estoy orgullosa de llevar este apellido, sino que pienso que tengo derecho a llevarlo, porque no tuve derecho a llevar otros apellidos. No fue decisión de nadie, fue mía esa elección. A Taco le inquietaba mucho porque tuvo miedo del nepotismo. Pero en Europa el apellido no era conocido, algunos creen que es italiano y les tengo que aclarar que es vasco. Oficialmente uso el apellido que me puso mi madre, que es el de mi abuela, Rodríguez Ferreira. Quizás, si hubiera vivido aquí, en Uruguay, no me hubiera puesto Larreta.
Noticias: Con la historia de vida que tuvo, usted y su familia, con exilios y desexilios, ¿pudo ser constructora de su propio destino?
Larreta: En la medida de lo posible, sí. Me lo construí a mano y sola. Taco tuvo siempre prejuicios de abrirme puertas. En algún momento eso me podía causar dolor. Recuerdo que una vez le dije que vi una obra en Francia y que lo imaginé a él haciendo el papel que hacía Pierre Vanek. Me ofrecí a traducirla y a trabajarla juntos. Y él me hizo algo que no se hace, que no lo voy a decir, pero ponía trabitas. Así que asumí eso, que mi vida iba a pasar por otro lado y que no iba a intentar otras cosas. Me fui a Francia, tuve una escuela de teatro, mi ex marido es un director conocido allá. Uno se fabrica la vida, de una manera o de otra. Tuve que salir de un montón de obstáculos, de historias antiguas y de prejuicios. Por ser una Rodríguez Larreta no podés trabajar en ciertas cosas. Ahora puedo decir, no sin cierto orgullo, que me hice sola. Tengo una compañía de teatro que se llama “Teatro hecho a mano” (Théâtre à la main), justamente porque la vida me la he hecho a mano.
Noticias: Carmucha, su madre, era actriz de teatro, sobrina de Taco, familiares directos fueron destacados dirigentes políticos y también varios periodistas. Una familia donde los egos...
Larreta: (Interrumpe)…. ¡Uy! ¡Madre santa! Cuando murió mi tía Verónica, tuve que vaciar su apartamento y arreglar algunas cosas. Allí descubrí una faceta de una tía que nunca se había revelado. Pensé, “pobre Verónica, vivió rodeada de egos importantes”, mi abuelo tenía una gran personalidad, todos sus hermanos también la tenían. Ella cuidaba las plantas, las regaba y crecía. De pronto descubrí que era una mujer de una enorme inteligencia y que había tenido una vida profesional increíble que yo no había conocido y que nunca me lo había dicho. Pensé que ella era la que había tenido menos ego y que había estado aplastada por los egos de todos, incluido el mío. Es una familia en la que hay que ser conocido, es una especie de karma.
Noticias: El libro “Charlas con Taco. Entre bambalinas”, que acaba de salir, es el primero que se escribe sobre Antonio Larreta. Siendo el intelectual que fue, ¿por qué cree que no se había abordado una biografía o algún ensayo?
Larreta: Pienso que es algo con el teatro. El teatro es efímero. Los libros de teatro que hay son teóricos. Taco fue también un gran escritor. Fue considerado uno de los mejores escritores de habla hispana en el siglo XX. Pero creo que hubo algo al final de la vida de Taco…. se fue apagando de a poco. Tuvo un final un poco cruel, diría que muy cruel. La gente durante cinco años se fue olvidando de Taco. Cuando él murió, fue como que de golpe apareció, pero las personas ya estaban en otra cosa. Él estaba como viviendo un purgatorio en vida. Con el libro nunca tuve la pretensión de hacer una biografía. Cuento un período de mi vida muy bonito y emotivo, que sale del corazón. Son todos recuerdos, y cuando recuerdas, no todo es exactamente como pasó. Es un libro con rigor emocional.
Noticias: ¿Por qué Taco tuvo que irse del país? ¿Cuánto lo afectó el exilio?
Larreta: Taco se fue primero. Se fue con lo puesto. Él estaba requerido por las Fuerzas Armadas. Fue todo muy delicado, quizás porque hizo “Fuenteovejuna”. Mi madre sí militaba, era del 26 de Marzo. Nunca quise asumir hasta qué punto Taco había sufrido el exilio, ni asumí yo misma que estaba exiliada. Nunca dije la palabra “exilio”, hasta cuando se la dije a quien fue mi marido. Justo antes de “Volavérunt” (novela ganadora del premio Planeta, 1980) Taco estaba muy triste. Pero muy triste, por no usar otros términos, prefiero utilizar “tristeza”. Se le había apagado la mirada. Por eso digo que “Volavérunt” fue un cuento de hadas porque le dio un reconocimiento y los medios económicos para hacer cosas que él hasta entonces no había podido hacer. Luego comenzó a dirigir teatro. Siempre hubo una lucha por decir “aquí no se queja nadie”. Era un ego muy herido. Taco era una persona muy vanidosa. Cuando regresó, se instaló en su casa, en esa suerte de pequeño monasterio y escribió y dirigió una serie de obras, “Los gigantes de la montaña”, “Las maravillosas”, “¿Quién le teme a Virginia Woolf?” con “Ducho” Sfeir, entre tantas otras. Fue un período muy fructífero y quiero creer que muy feliz.
Noticias: “Curro Jiménez” fue una serie de televisión española, emitida entre 1976 y 1978 (pero repetida a lo largo de los años) que tuvo a Sancho Gracia como protagonista. Fue creada por Taco.
Larreta: Fue lo que lo sacó del anonimato. Fue lo que le permitió alquilar un lindo apartamento y recuperar su manera de vivir. Sancho Gracia fue fundamental y gracias a eso mi madre y yo pudimos ir a España. Taco había conocido a Sancho en Montevideo. Cuando le propone el trabajo, Taco dudó porque nunca había escrito guiones. El tema después lo atrajo, se puso a documentar y era el que más sabía sobre bandidos del siglo XIX. “Volavérunt” es el resultado de todo el paseo por la Enciclopedia Británica y por todas las bibliotecas nacionales madrileñas que hizo durante todo ese período.
Noticias: También en Montevideo escribió libros, “Jardín de invierno” sobre su infancia, novelas como “El guante” sobre Blanes o “A todo trapo”, la biografía de Villanueva Saravia.
Larreta: Cuando escribió “A todo trapo” él estaba muy bien y es, a mi entender, su mejor libro. Es su obra maestra. Seguramente porque era un personaje insólito (el entonces intendente de Cerro Largo) y un tema insólito, nunca escribió algo así. Además, como había sido periodista todo el trabajo de documentación está muy bien. Hizo un trabajo de periodista-escritor. Es un libro olvidado. Creo que le faltó escribir su biografía, pero hubiera sido doloroso, quizás por eso no la escribió. Lo pienso ahora. Ponerse a escribir sobre él, en momentos en que había perdido a todos sus amigos, le hubiera dolido mucho. Él fue el último, el que quedaba. Siendo como era, conociéndolo y conociendo nuestra manera de funcionar, cuando nos duele algo, lo ponemos debajo de una mesa y vamos a otra cosa. Taco podía tener algunas rabietas, pero nunca expresó su dolor. Tampoco nunca lo escuché decir que le doliera cómo lo trató el Uruguay. Taco nunca se sentó encima de sus resentimientos.
Noticias: ¿Cuál fue el vínculo de su tío con la política?
Larreta: Era una persona a la que le inquietaba la injusticia. Tenía un sentido muy profundo de la justicia, y la obra “Fuenteovejuna” es casi un acto político. Nunca supe si él militó o no políticamente. Taco ayudó y escribió, por ejemplo, Juan Palmieri (N.R.obra de teatro de 1971 inspirada en la toma de Pando por parte del MLN-T, de unos años antes). Fue una obra que no se podía hacer en este país, que se la dedicó a mi madre, que nunca podría haber interpretado el personaje de la madre. Me parece que Taco militó con su obra, lo otro no lo sé y no me siento autorizada a decirlo si lo supiera. Militó con su trabajo, también sacándome a mí de un Uruguay en el que él pensaba que yo no podía estudiar con libertad. Esos son actos políticos.
por Jaime Clara
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